Marcharon por las calles y debatieron en los claustros, ante los ataques permanentes de Javier Milei al feminismo y en tierras de Milagro Sala, aun presa.
Por Euge Murillo.
¿Qué tienen para dar los feminismos en la calle? Que miles atraviesen más de 30 cuadras de la capital jujeña para cerrar el 37° Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans, Bisexuales y No binaries: “Milei nosotras te vetamos a vos”, dicen desde la cabecera de una marcha que corta una de las autopistas de ingreso a la ciudad. Unos metros más atrás, varias sostienen las letras celestes y blancas en papel con la frase “la patria no se vende”. Este es el primer Encuentro que sucede en el gobierno de Javier Milei con la lucha por la educación pública y las ollas vacías en el centro del debate.
El aliento está, sobre todo después de las acaloradas discusiones que se dieron durante el fin de semana con una pregunta clave: ¿la calle o las redes? El Encuentro es un hecho político que inclina la balanza por fuera de los algoritmos y las tendencias digitales, es una prueba del cuerpo aquí y ahora. Y más aún, en un territorio en donde la criminalización de la protesta está avalada por la Constitución.
La organizaciones sociales, los sindicatos, los movimientos de la economía popular, los partidos políticos y las organizaciones estudiantiles se encolumnaron para atravesar la ciudad con banderas, consignas, canciones y batucadas. Una combinación que años atrás fue la pata de apoyo más importante de los feminismos: “Yo vengo a los Encuentros desde hace por lo menos 10 años, y el momento de la marcha es para mi conmovedor. Ver a viejas, adolescentes, mujeres de todos lados marchando en una ciudad en la que tal vez nunca estuvieron. Es una huella que no tiene nada que ver con eso que dicen de que pintamos las paredes” dice Laura Correa, que milita en una Biblioteca Popular de Córdoba capital.
Estamos en la calle
Hacer el trayecto de la marcha implica un esfuerzo descomunal, casi nadie que haya ido alguna vez a un encuentro en alguna ciudad del país puede negarlo. Después de dos días de talleres, asambleas y reuniones, tras haber viajado cientos de kilómetros, pasando las noches en bolsas de dormir y acarreando banderas, megáfonos, cañas y equipaje. ¿Cómo se explica que aún quede aliento para una marcha de horas?. La respuesta no esta volando en el aire, no hay fuerzas del cielo ni realidades paralelas. Es una gimnasia y una herramienta disponible.
“El Encuentro vuelve a decir una vez más que estamos en la calle” dice la Diputada Nacional Mónica Macha. “Es también una muestra de que podemos ponernos de acuerdo en poder sostener una agenda transfeminista y es algo que Milei no puede controlar.
Los Encuentros son autogestivos y se organizan hace casi 40 años de manera independiente en distintas ciudades del país. El presidente no puede decir como dice siempre, `afuera`; y esto es bien importante para nosotras porque tenemos una construcción hecha que además se transmite de generación en generación”, dice en diálogo con Página/12.
La marcha acompaña la caída del sol, los carteles de la autopista indican la salida hacia la Avenida El Éxodo, un nombre que viene de cuando el pueblo jujeño abandonó sus ciudades dejando detrás de sí sólo tierra arrasada.
Unos 200 años después, el régimen extractivista repone un arrasamiento de los bienes comunes que las comunidades originarias defienden con la vida. “Este encuentro es importante porque tomamos energía”, dice Lourdes Albornoz de la Comunidad de Mujeres Diaguitas. Vino desde Tucumán a participar de la Asamblea de Abya Yala y de la marcha por el agua. “¿Acaso ustedes no se preguntan por qué están pagando el agua privatizada?”. El interrogante queda en el aire y antes que alguien pueda responder, el remate suena aún más desgarrador: “El agua vale más que el litio, venimos de la marcha del agua y ahora estamos acá para decir `no tiene permiso para llevarse el agua´”.
Se trata de una lucha que está en carne viva en los territorios del norte con la reciente aprobación del Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) que fue repudiado durante todo el Encuentro.
“Jaldo es el gatito mimoso de Milei, él también tiene que ver esta marcha”, dice Andrea Lequin de la Casa de las Mujeres de Tucumán. “Les venimos a mostrar que las calles son del pueblo y que le vamos a dar vuelta este viento que parece que está a su favor”, dice mientras comienzan a escucharse los sikus, un instrumento que no se toca en escenario sino en ronda” explica Lourdes y sigue: “Eso es porque no se toca para los colonialistas sino para el pueblo”.
La marcha llegó al centro de San Salvador, entre la calles angostas. Entre la masa flamea la bandera de la Revolución de las Viejas de Mar del Plata. "Que se vaya a cagar Milei", dice una de la que las sostiene. Esta enojada, viene a denunciar el ajuste que esta haciendo el gobierno a les jubilados: "No podemos más, pero estamos acá en la calle. Y no es la calle solamente, hay que estar en todos lados. En la calle se siente que tanto nosotras que somos las más viejas, como las más jóvenes, tenemos el mismo objetivo que es vencer al patriarcado", dice con un grito final. Se llama Laura Delaude y sentencia: "Ustedes los jóvenes tienen que copar todo, las redes y las calles. Pero nosotros los viejos vamos a estar siempre en la calle".
La plaza de los feminismos populares
Horas antes de la marcha, la Plaza de los Inmigrantes fue renombrada por el día como plaza de los feminismos populares en donde se convocó la militancia más orgánica: Movimiento Evita, Barrios de Pie, Nuevo Encuentro, La Cámpora, la Tupac Amaru y los sindicatos: “Un gobierno de estas características no puede representar a la clase trabajadora, por eso es tan importante estar en el Pluri, nuestra rebeldía es necesaria, es un tiempo muy cruel, donde nos cuesta poner el cuerpo, pero aún así estamos acá” dice Carla Gaudensi, Secretaria general de la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa.
Es mediodía y entre dos troncos de árboles de espinillo cuelga una soga como en un tendedero, sosteniendo un cartel con una consigna: “Feministas como las viejas”. La leyenda está acompañada de un pañuelo blanco, una referencia a una lucha constitutiva de los feminismos: la de las Madres. Otro de los blancos hacia los que va el gobierno: "Este gobierno reivindica el golpe de Estado, ese mismo ataque que ejerce sobre el feminismo también lo ejerce sobre la lucha por los Derechos Humanos", dice Gaudensi.
Sobre el final se escuchó un saludo de Milagro Sala que agradeció a quienes estaban en Jujuy: "Quiero saludarlas y agradecerles a las miles que se encuentran en Jujuy discutiendo cuál es la Argentina que queremos, todos saben que los jujeños venimos diciendo que Jujuy es un laboratorio, y en donde se aplicó muchísimo el lawfare". Estallaron los aplausos en la plaza al escuchar las palabras de la referente de la Tupac Amaru que cumple prisión domiciliaria y esta internada en La Plata.
“Hace más de 8 años que estamos pidiendo por la libertad de Milagro”, dice Carolina Arrib de la Tupac Amaru, quien cuenta que la dirigente está internada y que mucho de lo que padece en su cuerpo es por todo el hostigamiento que recibió: “Que el Encuentro se esté haciendo acá es muy importante, porque esta tierra es una tierra que posibilitó construir viviendas, y esa posibilidad sigue viva porque la Tupac aún está acá” explica.
El Movimiento Evita intervino la Plaza con ollas vacías, una puesta en acto denunciando el hambre, un reclamo al Ministerio de Capital Humano que fue una constante de todo el Encuentro: "Estamos rascando las ollas, ya no podemos más con seguir inventando comida donde no hay, y encima vemos cómo la comida se deja en galpones. Estamos sosteniendo comedores en un país en donde los chicos se acuestan sin comer, y sobre una base de más de la mitad de la población pobre" explica Rocío Limai, militante en barrios populares de Jujuy que observa la intervención con los ojos llenos de lágrimas.
La expresión más fuerte del feminismo en el gobierno de Milei
“Jujuy ha sido durante todo este tiempo un laboratorio de políticas represivas y autoritarias que se están replicando y profundizando a nivel nacional” dice Marina Vilte, parte de la Comisión Organizadora del Encuentro y persona no binaria. “Esto nos llama de nuevo al alerta, a poder recuperar una perspectiva federal y darle a los conflictos territoriales provinciales, la importancia que merecen. Lo que ocurre a lo largo y a lo ancho del país se utiliza como prueba y error de políticas para beneficiar a los sectores financieros, empresariales y políticos que no están pensando en el bienestar del pueblo, sino en el enriquecimiento de unos pocos” explica mientras encabeza la marcha.
La marcha en Jujuy revela un ensayo feminista que lleva décadas, pero es la expresión más masiva de los feminismos desde la asunción de Milei. En un proyecto de país que propone el odio a los feminismos, a las disidencias sexuales y a volver al otro descartable. Es ahí donde la injerencia de los feminismos se vuelve crucial para poner agenda en común. Los feminismos desplegaron en este octubre las pruebas de que en la calle hay ánimo y aliento, y sobre todo una historia que lleva casi 40 años, luchando por eso que Milei intenta corroer con su política de la crueldad.
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