Ya hay disputas por sillones en el Directorio del Consorcio

Ya hay disputas por sillones en el Directorio del Consorcio

La intervención de Matías Machinandiarena en el puerto marplatense concluye a fin de año pero ya comenzó la danza de nombres de futuros candidatos. Tettamanti, “Manino” Iriart y Pulti, comisarios que reparten caballos para repetir el modelo (catastrófico) del “Pezzati friendly”.

El decreto 301 firmado por el gobernador Daniel Scioli en mayo pasado prorrogó la vigencia de la intervención que ejerce Matías Machinandiarena en el Consorcio Portuario de Mar del Plata por otros 120 días hábiles.

 

La intervención, que comenzó en octubre de 2012, superará los 24 meses. En este lapso el Directorio, órgano de consulta del Presidente, fue desactivado; y aunque el Interventor pidió en más de una oportunidad a la Provincia que le activen el pulso para así tener mayor cobertura para sus decisiones, por ahora no lo ha logrado.

Pero a juzgar por los movimientos, gestiones, operaciones y mensajes cruzados que comenzaron a desplegarse y emitirse en la estación marítima local, un nuevo Directorio parece estar a la vista.

Los más optimistas señalan que después de terminada la obra de dragado, en octubre, según el propio Interventor, Scioli desempolvaría los 10 sillones del primer piso del nuevo Consorcio para devolverle actividad a una figura desmembrada en el invierno del 2012, tras el fallecimiento de Eduardo Pezzati.

Así como el último Presidente que tuvo el Consorcio, sentó a quien quiso en el Directorio y violó los reglamentos para designar a gente amiga o que en teoría no le acarrearía problemas, parece que la historia vuelve a repetirse.

El funcionario y empresario naval Horacio Tettamanti, el diputado “Manino” Iriart y el intendente, Gustavo Pulti, parecen dominar la escena como comisarios cuyos jinetes avanzan sin obstáculos. Los dos primeros deciden en función de intereses propios, Pulti se reserva el poder del veto.

El trío apadrina a Miguel Ángel Sánchez, presidente de la Asociación Bonaerense de la Industria Naval (ABIN), en reemplazo de Tettamanti, quien, en los papeles, como en SPI, tuvo el decoro de dar un paso al costado cuando asumió como funcionario kirchnerista en la Subsecretaría de Puertos y Vías Navagables.

ABIN no tiene ni más socios ni más representación que la Cámara de la Industria Naval, la cual ya fue postergada por Pezzati en la composición del último directorio, pero las influencias dominan la escena y es número puesto para un sillón.

La estrategia de un Directorio adicto a sus intereses y negocios –no olvidar el proyecto de construcción de los muelles 8 y 9 en las inmediaciones de los dominios de Terrena. Paraíso, a decir verdad, por lo que terminó pagando para usufructuar el predio- se completa con la designación de un hombre del Sindicato de Obreros Navales (SAON) en representación de los gremios vinculados con la actividad marítima y pesquera.

Fito Chávez fue el representante del SIMAPE en el último Directorio y un fiel exponente de la anarquía que atravesó al cuerpo. Pero no fue el único: Juan Carlos Ferreyra, del SUPA, nombrado como un “protector” de los manejos de Pezzati, también terminó siendo una espina en el zapato.

Carlos Sepúlveda, presidente la Cámara de Estibaje y Servicios Afines de la Actividad Portuaria (CESAP) ocuparía el lugar de Alberto Rosa, de la Federación de Cooperativas, llevado de la mano de “Manino” Iriart, el referente político de los estibadores portuarios.

La queja administrativa del personal de la Asociación del Personal de la Dirección de Ferrocarriles y Puertos (APDFP) –denunciaron sin éxito en el 2009 que por ley les corresponde un lugar en el directorio – y la formulada por la Cámara de la Industria Naval -señalaron violación del Artículo 18 del estatuto- deben estar en el mismo cajón donde descansan los antecedentes de Sepúlveda como cooperativista.

Emilio Bustamante, otro referente de la estiba y soldado de “Manino”, busca repetir mandato. Sería un atropello al sentido común. Ya fue el representante de los permisionarios, dejando a un lado a los empresarios reunidos en el Centro Comercial, uno de los sectores principales que aporta a las cuentas del Consorcio.

Como íntimo amigo del Interventor, Mariano Pérez, ex presidente de CaIPA, también tendría un lugar garantizado. De esta forma volvería la Cámara al Directorio después del desaire que sufrió Oscar Fortunato en la gestión Pulti-Pezzati. La que no tendría el lugar garantizado es la Cámara de Armadores. García Luchetti no sería el ocupante de la silla que dejó vacante el hoy asesor del Ministerio de Agricultura, Darío Sócrate.

La Cámara de Frigoríficos Exportadores (CAFREXPOORT) ya pidió por nota que le reservan un lugar. Suena más lógico contar con un sillón, antes que la Bolsa de Comercio, cuyo representante fue Ricardo Polverino, otro amigo de Pezzati.

Después quedan dos lugares para hombres con cargos públicos. Un representante de la Municipalidad, Carlos Theiler, hombre de Tettamanti en la Secretaría de Desarrollo Productivo, quien podría repetir su intrascendencia en la mesa.

Y otro sillón queda reservado para un representante de los Partidos de la Región. Tras su pase al massismo no será Patricio Hogan el hombre designado. Una buena para Walter Sivina, que ya no tendrá que mandarle las actas a Miramar para que las firme y así salvar el quórum.

“A días de cumplir 100 años, algunos todavía parecen no valorar al puerto como una herramienta estratégica para el despegue de Mar del Plata y lo eligen como escenario donde aplicar decisiones caprichosas y tendenciosas; conductas que no hacen más que graficar en vuelo gallinaceo su estatura como funcionarios públicos”. El párrafo es de octubre de 2009, una vez oficializado el último Directorio. La realidad fue más feroz con el pronóstico. La historia parece condenada a repetirse.

Revista Puerto

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