Ante las diferencias internas, el Frente de Todos le dio "libertad de acción" a sus legisladores. Con los votos de Juntos por el Cambio, el proyecto se aprobaría por amplia mayoría.
El 24 de febrero pasado el bloque de senadores del Frente de Todos se reunió por primera vez en el año. En la previa a la elección de autoridades de la Cámara, se gestó un encuentro encabezado por el jefe de la bancada, José Mayans. “La reunión fue hostil”, comenta uno de los participantes. El formoseño se despachó sin tapujos contra el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y la negociación encarada por el ministro Martín Guzmán. Sus palabras fueron potentes, pero resonaron aún más fuerte dado su alineamiento con la vicepresidenta Cristina Kirchner. En medio de los cuestionamientos, el senador albertista Edgardo Kueider preguntó qué margen de acción iban a tener en el recinto quienes expresaran una postura más indulgente con el entendimiento. “Va a haber libertad”, respondió Mayanas y abrió así la posibilidad de que la bancada vote por primera vez dividida. Bajo ese precepto, en la Cámara alta se vivirá esta semana una escena repetida de lo que ocurrió en Diputados. Nadie pone en duda que el texto se aprobará por amplia mayoría, la atención nuevamente estará puesta en la actitud que tomen los legisladores que responden a CFK. Juntos por el Cambio, por su parte, ya anticipó que habrá unidad a favor del proyecto y pondrá su energía en exprimir al máximo la división oficialista. Más allá de las especulaciones, los votos están y, en su mayoría, pertenecen a la oposición.
Mañana a las 13 horas todos los integrantes del bloque oficialista se verán las caras por segunda vez. Será dos horas antes de que el ministro de Economía, Martín Guzmán, el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, y la titular de la AFIP, Mercedes Marcó Del Pont, expongan en la Comisión de Presupuesto y Hacienda. Pese al silencio y hermetismo, no existen dudas de que La Cámpora y el cristinismo no van a acompañar el acuerdo. Se calcula que alrededor de 15 senadores oficialistas –en total son 35– votarán en contra o se abstendrán. Un panorama similar al de la Cámara de Diputados en donde 1 de cada 3 legisladores del Frente de Todos –41 de 118– no respaldaron el refinanciamiento de la deuda contraída por Mauricio Macri. “Vamos a respetar la decisión que tome cada senador”, indicó Mayans después de reunirse el jueves con el presidente Alberto Fernández y el jefe de Gabinete, Juan Manzur. Ya había tenido también un encuentro con CFK. Hay quienes sostienen que el formoseño no respaldará el texto. ¿Qué haría la vicepresidenta? “Habrá que ver el voto de Mayans. Esa es la opinión de Cristina”, remarcó un integrante de la bancada.
En la lista de los posibles disidentes aparecen todos los nombres del ala cristinista: Juliana Di Tullio (Buenos Aires); Mariano Recalde (CABA); Anabel Fernández Sagasti (Mendoza); Oscar Parrilli y Silvia Sapag (Neuquén); José Mayans y Teresa González (Formosa); María Inés Pilatti Vergara (Chaco); María Eugenia Catalfamo (San Luis); María Eugenia Duré y Matías Rodríguez (Tierra del Fuego); Ana María Ianni (Santa Cruz); Nancy González y Carlos Linares (Chubut); y Silvina García Larraburu y Martín Doñate (Río Negro). Por fuera de este espacio, también es una incógnita qué harán el puntano Adolfo Rodríguez Saá y el jujeño Guillermo Snopok, este último desilusionado con que el acuerdo implique una refinanciación y no una reestructuración.
Alberto Fernández tiene en claro el poroteo y las disidencias. Desde Valparaíso, aseguró que “está tranquilo porque fue el mejor acuerdo posible” y le pidió “reflexionar” a los diputados que se abstuvieron. “Por ahí tienen dudas y podemos aclararlas”, agregó durante el almuerzo que el presidente chileno Gabriel Boric brindó a los mandatarios invitados a su asunción. En Casa Rosada intentan restarle importancia a las heridas abiertas y celebran la futura aprobación que será por amplia mayoría. Los cambios al proyecto en Diputados allanaron el camino. Lo cierto es que el Gobierno volverá a depender de Juntos por el Cambio. La segunda fuerza en la Cámara alta aportará alrededor de 30 votos frente a unos 20 del oficialismo, que en gran medida responden a los gobernadores. Catorce de los mandatarios provinciales ya visitaron el Congreso para manifestar su postura a favor del entendimiento.
El sector que mayor sintonía tiene con Fernández y Guzmán está compuesto por Edgardo Kueider (Entre Ríos); Sergio Leavy y Nora del Valle Giménez (Salta); Maurice Closs (Misiones); Marcelo Lewandowski (Santa Fe); Lucía Corpacci y Guillermo Andrada (Catamarca); Gerardo Montenegro, José Neder y Claudia Ledesma Abdala de Zamora (Santiago del Estero); Daniel Bensusán (La Pampa); Ricardo Guerra (La Rioja); Antonio Rodas (Chaco); Pablo Yedlin y Sandra Mendoza (Tucumán); José Uñac y Cristina López Valverde (San Juan).
El trámite será express y la aprobación requerirá una mayoría especial –dos tercios de los votos afirmativos, por no pasar siete días entre el dictamen y el debate en el recinto–. En el calendario de vencimientos de deuda figura que el 22 de marzo hay que pagar 2.800 millones de dólares que el Banco Central no posee. De ahí el apuro. “Los votos están”, confían en la jefatura de la bancada oficialista.
El texto podría llegar al recinto el miércoles o jueves. Exposición de funcionarios mañana, aprobar un dictamen único el martes y sancionar la ley uno o dos días después, es el cronograma que el Gobierno tiene anotado. En la oposición se quejan por el “hermetismo” del Frente de Todos, aunque hacia adentro tienen todo acordado. “Tenemos un mandato de la Mesa Nacional de votar afirmativo”, explicó Humberto Schiavoni, jefe del bloque PRO. Obviamente, podrán aparecer rebeldes como sucedió en Diputados con los macristas Fernando Iglesias, Francisco Sánchez y Héctor Stefani, quienes abandonaron sus bancas antes de la votación. O Ricardo López Murphy, que se diferenció del espacio por considerar que el acuerdo “no propone ningún cambio estructural”.
Más allá de rebeldías, cruces y chicanas, el entendimiento al que Fernández llegó con el FMI tras dos años de negociación, será convertido en ley y girado al directorio del organismo internacional a la espera de su aprobación. De esa forma, finalizará la discusión legislativa y se abrirá una nueva ventana de tiempo a la espera de un próximo capítulo que exponga la fractura expuesta del Frente de Todos.
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