Critican que haya aislado el diferendo marítimo de la relación política con Perú
La sensación sotto voce que reina en este país apunta a una disconformidad generalizada con la estrategia diplomática planteada por Piñera y su hoy controvertida tesis de las "cuerdas separadas", que se basó en aislar el conflicto marítimo de la relación política y comercial con Perú.
Fuentes diplomáticas chilenas también confesaron a LA NACION su preocupación por el estado actual de las relaciones internacionales de Chile en la región, marcadas por la disputa con Perú, el agresivo tono del presidente boliviano, Evo Morales (que ya llevó sus demandas marítimas a La Haya), la fría relación con la Argentina y la evidente lejanía con Brasil.
Ayer, la llegada a Chile desde Holanda del agente chileno ante La Haya, Alberto van Klaveren, para reunirse con Piñera y luego exponer junto al canciller Alfredo Moreno ante el Congreso en Valparaíso, coincidió con las quejas nacidas en el norte del país, específicamente entre los pescadores de Arica, disconformes con la interpretación pública dada por el gobierno respecto del dictamen.
"Molesta que el gobierno diga que esto no nos afecta", se quejó el presidente del sindicato de buzos y mariscadores de Arica, Óscar Contreras, que explicó que la búsqueda de peces migratorios muchas veces los lleva más allá de las 80 millas marítimas determinadas por la Corte Internacional de Justicia (CIJ) como territorio chileno.
Precisamente ese punto fue el más debatido ayer en el Congreso chileno, durante la exposición del agente Van Klaveren y el canciller Moreno.
"Es en el acápite de la extensión del límite marítimo donde nos parece más cuestionable el razonamiento de la Corte. Las 80 millas no tienen base jurídica de la Corte. Si bien salvaguardan nuestros derechos, no tienen sustento y no pueden contrarrestar la argumentación abrumadora de Chile", criticó Van Klaveren.
"Cuando llegamos al tema de las 80 millas, siendo tan positivo todo lo restante y tan difícil de haberlo conseguido a pesar de que Chile tiene toda la razón [...], uno se queda con un sabor amargo porque no hay en este proceso nada que lleve a esa conclusión", coincidió Moreno.
Otra preocupación parece ser la actitud que tomará el gobierno de Ollanta Humala respecto del triángulo exterior generado por la continuidad de las aguas más allá de las 200 millas y sobre los cuales la CIJ no se pronunció.
"Se crea el riesgo bastante objetivo de que Perú quiera ejercer esta soberanía armada, compulsiva, sobre un terreno que los demás países no consideran soberano, sino que a lo más de exclusividad económica", alertó ayer el analista político Ascanio Cavallo..
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