Objetivo uno, conservar los distritos que se gobiernan. Objetivo dos, ganar en los opositores. Dónde habrá una lista y dónde no. Los nombres confirmados y los que se perfilan.
Para la primera línea del Pro, las elecciones 2019 son consideradas las más importantes de la historia. Claro, antes de 2015, incluso hasta horas previas a los comicios, no esperaban, ni por asomo, el hat trick Nación, Provincia, Ciudad. Ahora, entusiasmados con encuestas en la mano, y con los mismos nombres de la victoria (Mauricio Macri, María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta), van por más, por mucho más.
De cara a lo que viene, el primer objetivo es conservar estas tres administraciones mencionadas y la totalidad de los municipios bonaerenses en los que se gobierna, sobre todo los del Conurbano, La Plata y los grandes del interior: léase Bahía Blanca, Mar del Plata, Olavarría, San Nicolás y Tandil. Esos votos fueron clave hace dos años y medio y, al parecer, lo serán también en octubre del año que viene.
El segundo objetivo, tan importante como el primero, es lograr la victoria en las comunas opositoras, ya sean kirchneristas, peronistas, massistas o vecinalistas. Y para eso, la orden que baja desde calle 6 es que “no hay que guardarse nada”, lo que se traduce en que tendrán que saltar a la cancha los mejores candidatos, aunque su intención sea no jugar.
“Si mide bien, va a tener que estar; ésta (por la de 2019) tiene que ser la mejor boleta de la historia del Pro”, afirma una fuente amarilla de Nación pero cercana a Provincia, que, vale decir, no le presta demasiada atención a lo que suceda o deje de suceder con el radicalismo, la Coalición Cívica y el partido FE.
No importa si está para ganar o para perder seguro, hay que ponerle el pecho a la elección. Ese es el mensaje que bajan Vidal y los suyos, y, por supuesto, hacen hincapié en la Primera y en la Tercera secciones: conservar los distritos en los que ya se es gobierno e intentar ganar las comunas ajenas. En los primeros, el candidato es el intendente; en las segundas se habilitarán las PASO, aunque en algunos casos con alguna que otra “trabita”.
La línea que va a llegar a los postulantes, a los que quieran salir a la cancha de la mano de Cambiemos, es que todos tendrán la posibilidad de ser parte de la boleta. Pero no será tan así. “En los distritos que hay un candidato consolidado, que viene de ganar o de pelear palo a palo la última legislativa, no va a haber Primarias”, dice, tajante, un funcionario bonaerense que, justamente, viene de ganar la pasada elección en su distrito.
Primera
En los pagos de Hurlingham, por caso, no hay dudas. El candidato a intendente será el actual concejal y subsecretario de Rela-ciones Municipales del Ministerio del In-terior, Lucas Delfino, quien en las legislativas 2017, luego de imponerse en las PASO ante la lista del macrista (de Jorge) Ramón Fernández, le ganó a la papeleta apadrinada por el entonces randazzista Juan Zabaleta y, también, a la de Unidad Ciudadana.
Vale destacar que la nómina de Fernández consiguió el número para abrirle la lista a Delfino, y por eso es que en octubre entró en el Concejo la joven Gabriela Flores, hoy integrada al bloque como una delfinista más. Esa situación ayuda también a que no se piense en otra interna y que el foco esté puesto en destronar al peronismo. Desde el búnker del alfil de Frigerio se encargan de aclarar que, si bien están confiados, “no podemos relajarnos, Zabaleta es muy hábil”.
En tanto, en San Fernando, distrito liderado por Luis Andreotti, donde quizá más cómodo está el massismo, tampoco habría internas, pero no porque no esté abierta la chance, sino porque no hay un nombre que se anime a hacerle sombra al edil y subsecretario de Asuntos Municipales de la Provincia, Alex Campbell. En principio, él no sería candidato. Ese honor lo tendría la joven Agustina Ciarletta, también concejal y, además, coordinadora regional de los Centros de Referencia del Ministerio de Desarrollo Social nacional.
El principal nombre de la UCR a nivel local es el del concejal Sebastián Salvador, hijo del vicegobernador Daniel Salvador, quien, como es sabido, no va a hacer nada que le disguste al Pro. Por ende, en el pago chico dan por descontado que los boinas blancas, al igual que en 2015 (entró el mencionado Salvador) y en 2017 (ingresó Federico Fernández Storani), se conformarán -y sin chistar- con lo que les toque.
En tanto, en Tigre y en José C. Paz también las cosas están listas. En el terruño liderado por Zamora, la boleta de intendente será para el concejal Segundo Cernadas, quien viene de quedar muy cerca de la victoria en las legislativas pasadas. Y en la tierra del hombre del poncho, Mario Ishii, el principal nombre de la nómina será el de Ezequiel Pazos, concejal y funcionario de Desarrollo Social de la Provincia, quien en 2017, a la cabeza de la lista, se alzó con más del 30 por ciento de los sufragios.
Tercera
En la Tercera sección, donde los amarillos avanzaron más de lo que esperaban tanto en 2015 como en 2017, van por otro golpe en 2019, aunque saben que la tarea no será sencilla, pues consideran que hay varios alcaldes PJ-K “muy consolidados”. De todos modos, claro, lo in-tentarán. Así las cosas, el concejal ensenadense Gustavo Asnaghi, sin interna alguna, irá a la caza del ultra K Mario Secco, quizá el más duro con Vidal de los 135 jefes comunales.
Y en Esteban Echeverría y Ezeiza sucede algo similar. Tanto el vice del PJ, Fernando Gray, como el ex ministro de Seguridad, Alejandro Granados, pisan fuerte en sus pagos. Por supuesto, los mu-chachos del Pro no se achican, e incluso se sienten “muy esperanzados”; sobre todo el concejal subsecretario de Tierras, Vivienda y Urbanismo, Evert Van Tooren, quien en 2017 sacó apenas siete puntos menos que la mujer de Gray, Magui Gray.
Por su parte, en Almirante Brown, quien debe hacerse cargo de la papeleta amarilla es el extitular de PAMI y concejal Carlos Regazzoni, hoy por hoy completamente abocado a la política local, justamente para llegar a 2019 con un nivel de conocimiento un tanto más elevado que el actual. Enfrente estará el joven jefe comunal Mariano Cascallares, que hizo que su lista derrotara en 2017 a la de Regazzoni por más de 12 puntos.
A la carga, a ganar o morir; así va Cam-biemos, sobre todo el Pro, a los comicios de 2019 en los distritos grandes de la Pri-mera y Tercera, esos en los que, junto a las potencias del interior, hacen ganar a nivel provincial. La mira está puesta en los terruños ajenos, que es en donde se tocará timbre con más ímpetu. Lo ideal sería llegar con un solo candidato, pero si no se puede, por los motivos que fueran, la directiva de arriba es que la interna sea en orden y en paz.
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