Reuniones con los sectores perjudicados por el DNU y la ley ómnibus
Por María Cafferata
La Libertad Avanza oficializará este jueves en la Cámara de Diputados la nueva mayoría con la cual planea aprobar la Ley Ómnibus. En espejo a lo que había ocurrido antes en el Senado, Martín Menem tejió un nuevo acuerdo con la oposición amigable y le cerró la puerta al peronismo, quitándole tres lugares en las comisiones que debatirán el mega proyecto a partir de la semana que viene. Unión por la Patria perdió la pulseada y planea hacer ruido cuando las comisiones se conformen oficialmente esta tarde: no quiere que les pase lo que mismo que en el Senado y terminar totalmente corridos de las negociaciones. Sin embargo, más allá del escándalo, el peronismo trabaja en su propia estrategia para rechazar el DNU desregulador y la Ley Ómnibus. Lo primero lo ven más posible que lo segundo, pero insistirán, durante los próximos días, en visibilizar las consecuencias que ambas iniciativas tendrán sobre varios colectivos. Para eso se reunieron con asociaciones inquilinas y organismos de Derechos Humanos y planean hacer lo mismo con jubilados, asociaciones de turismo, entre otros sectores.
El miércoles había sido un día de reunionismo febril en el Congreso. Mañana, tarde y noche, los diputados entraban y salían del Palacio Legislativo. Mientras Javier Milei se reunía con sus legisladores en Casa Rosada, en la Cámara de Diputados, el PRO, el radicalismo y el peronismo hacían lo mismo con los suyos. Martín Menem había anunciado que el jueves citaría, para su conformación, a las comisiones de Asuntos Constitucionales, Presupuesto, Legislación General y Relaciones Exteriores, habilitando así el inicio del debate parlamentario. Y los bloques opositores necesitaban terminar de coordinar su estrategia.
Los primeros en reunirse habían sido los lilitos, cordobeses y pichettistas de Hacemos Coalición Federal, un bloque que se había creado con el objetivo de sumar poder de fuego a la hora de negociar cambios en las leyes de Javier Milei. "Nosotros vamos a acompañar el tratamiento del proyecto de ley, queremos darle al Ejecutivo las herramientas que necesita para gobernar, pero de ninguna manera eso significa que vamos a votar a libro cerrado", advirtieron en la bancada, luego de la reunión.
En el encuentro, que había comenzado temprano a la mañana, los diputados habían intentado ponerse de acuerdo --como lo había hecho la noche anterior el radicalismo-- en los artículos que no estaban dispuestos a aprobar y los que sí. Piden varias modificaciones, pero siempre con el subtítulo de que están dispuestos a aprobarle su ley al Presidente. En línea con este espíritu "colaborativo", habían anticipado que aceptarían que el proyecto se tratase solo en las tres comisiones que había convocado Menem. Parece menor, pero LLA temía que, debido a la heterogeneidad del mega proyecto, la oposición reclamara que se tratase en un total de 20 comisiones y el debate se terminara dilatando aún más. Una decisión similar adoptarían, luego, en el PRO y el radicalismo, terminando así de allanar el camino para el tratamiento exprés que Milei desea darle a su ley de privatizaciones, facultades delegadas, aumentos de retenciones y criminalización de la protesta.
Reuniones con inquilinos, rechazo al DNU: la estrategia de UxP
"Nos cagaron", la frase, furiosa, de un dirigente peronista que ingresaba al despacho del bloque de Unión por la Patria en el tercer piso sintetizaba el enojo y la sorpresa frente a la decisión de Menem. El acuerdo al que Germán Martínez, titular de la bancada de UxP, había llegado con el presidente de la Cámara en la sesión preparatoria de hace tres semanas se había roto: los lugares en las comisiones no serían por D'Hondt sino de acuerdo a un sistema de proporcionalidad que había decidido Menem y que, en la práctica, perjudicaba al peronismo. A medida que se iba conociendo las pérdidas --un lugar menos en Presupuesto, otro menos en Legislación General y dos menos en Asuntos Constitucionales--, el enojo crecía. "Nunca le deberíamos haber dejado la presidencia de la Cámara, fue un error", mascullaba un diputado de UxP.
Conciente de que les estaban haciendo la misma jugada que en el Senado --es decir, conformar una mayoría no peronista que incluía a todos menos a UxP para quitarle lugares en las comisiones--, Martínez ya había salido la noche anterior a denunciar que no había diálogo ni negociación. Advertía que se estaban cortando solos y, por este motivo, convocó para el jueves una reunión de bloque para dar las malas noticias. Pero no solo eso: buscando evitar quedar en offside, Martínez tomó la delantera y comenzó a convocar reuniones informativas con todos los sectores que estaban siendo perjudicados por el DNU desregulador de la economía y la Ley Ómnibus.
Fueron dos encuentros y ambos se desarrollaron en el despacho del bloque de UxP. El objetivo era escuchar los cuestionamientos y reunir masa crítica, pero fundamentalmente mostrarse moviéndose activamente en rechazo a las dos iniciativas. Si bien el objetivo de UxP es pedir que se convoque a estos grupos en el debate de comisiones, muchos sospechan que el oficialismo hará oídos sordos al pedido, por lo que se buscaba también "suplir lo que no íbamos a poder escuchar".
La primera de las reuniones había sido al mediodía con las asociaciones inquilinas, perjudicadas directamente por la derogación de la Ley de Alquileres (uno de los primeros artículos del DNU). Luego fue el turno de los organismos de Derechos Humanos, que contó con la presencia de Estela de Carlotto, así como de representantes de HIJOS, CELS, APDH, entre otros. "Nos unimos para modificar las actitudes de este gobierno que ya ofenden a la humanidad. Este señor ha insultado al pueblo y está gobernando de una manera ilógica e ilícita. Esto es un escándalo", afirmó Estela que, bastón en mano y acompañada por Victoria Montenegro, había participado de todo el encuentro.
A unos metros, un legislador peronista intentaba mostrarse optimista: "No nos resignamos a ser minoría. Al DNU se lo vamos a voltear en el recinto, ahí vamos a ser mayoría", exclamó, a modo de canto de guerra, justo antes de subirse a un ascensor. La decisión de referirse al DNU, y no a la Ley Ómnibus, no era aleatoria: en el peronismo observan que tienen más posibilidades de reunir una mayoría para rechazar el mega DNU, mientras que, en cambio, perciben que Milei logrará sancionar la Ley Ómnibus --o lo que quede de ella después de los cambios-- junto a su nueva mayoría.
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