La vicepresidencia tercera le corresponde a la tercera minoría y si bien el Frente Renovador podría superar al PRO con aliados, el Gobierno intenta evitarlo y si no lo consigue tiene la carta de votar a favor del macrismo y cerrar el debate. El argumento sería la procedencia pura de los diputados. El resto de los cargos.
La definición promete esperar hasta el final pero es casi seguro que el Frente para la Victoria deberá sortear al menos para poner reglas claras.
Hace dos años, Agustín Rossi sorprendió en plena sesión preparatoria para señalar que el Frente Amplio Progresista merecía la vice porque había competido como fuerza nacional.
Con ese argumento, Alicia Ciciliani se quedó con el cargo aun cuando el interbloque del peronismo federal era mayor. Hace un mes los socialistas aseguraban que la secuencia se repetiría, sobre todo luego de que el Gobierno le facilite directores en el Afsca y RTA.
Sin embargo, al Gobierno le habría gustado la idea de levantar al PRO, que tiene una guerra fría con el massismo por una porción de electorado que pueda engrosar las chances de ganar en 2015.
En los pasillos de la Cámara baja esta semana se vio a Juliana Di Tullio pedir informes para saber si el PRO podía superar en aliados al Frente Renovador, mientras espera nada menos que saber si sigue al frente del bloque. Julián Domínguez seguiría en la presidencia y la santiagueña Norma Abdala de Matarazzo en la vice.
La misión de Di Tullio fue tan clara que pidió detalles sobre los diputados que integran el PRO pero tiene historia en otras fuerzas, como el mendocino Roberto Pradines (que viene el Partido Demócrata) y Ricardo Spinozzi (santafesino y cercano a Carlos Reutemann).
Descartaban que el salteño Guillermo Durand Cornejo, que llegó con un frente, también se sume al macrismo. Con ellos y Patricia Bullrich el PRO puede sumar 20 votos sólidos, número que el Frente Renovador superaría si confirma aliados que esperaba tener pero que todavía no confirman el voto.
Mario Das Neves y Elida Lagoria estuvieron con Massa en Puerto Madryn, pero se limitaron a decir que construirán “consensos”. Alberto Assef, presidente del bloque Compromiso Federal, se reunió con Massa, pero luego le dio quórum al Gobierno y sus pares reafirmaron que no levantarán ninguna otra bandera que la de los Rodríguez Saá.
La entrerriana María Cristina Cremer de Busti asumió desde el macrismo, su marido se sacó una foto con Massa y ahora armó un monobloque. Los cordobeses Juan Schiaretti, Blanca Rossi y Carlos Caserio son un misterio: De la Sota, fiel a su estilo, tiró flores para Massa y para Macri.
Hay algunos casos llamativos donde se puede ver la mano del Gobierno en esta contienda, como el mencionado de los diputados de Rodríguez Saá o el de Facundo Moyano, de buena relación con el bloque K pese a la bronca de su padre, quien no termina de confirmar que votará junto al Frente Renovador.
Tampoco lo hace el bonaerense Carlos Brown, oriundo de San Martín, tierra de Massa. Menos hablan Omar Plaini, del gremio de canillitas, o el olvidado Francisco De Narváez. Un dato: muchos de estos nombres tienen línea con Eduardo Duhalde, a quien le gusta al menos telefonear cuando aparecen estas peleas.
Pero si el Gobierno quiere terminar la discusión sólo tiene que mandar los suyos a votar y con el argumento de que los diputados del PRO fueron elegidos por esa fuerza (la única excepción es Patricia Bullirch) le da el dulce a Macri.
Una forma de garantizar la victoria sería que la vice tercera recaiga en Spinozzi y así sepultar su pasado reutemanista. Uno que se anota seguro es Jorge Triaca. Bullrich sería vicejefe del bloque, que seguirá conduciendo Federico Pinedo.
Los otros cargos
Julio Cobos finalmente dejaría su marca entre las autoridades de la Cámara y, si no hay otro cambio de último momento, su ladera Patricia Giménez sería vicepresidenta de la Cámara.
El cargo lo dejó el cordobés Mario Negri para ser presidente del bloque, un lugar que Cobos pidió para sí o para uno suyo. Tras ese fracaso, sufrió una embestida de Ernesto Sanz, quien negoció con Negri y Alfonsín nombrar al tucumano José Cano de vice. No lo lograría.
El frente amplio progresista funcionará como interbloque manejado por Hermes Binner y el Frente Renovador debe definir quien será su presidente de bloque. Los principales candidatos son Graciela Camaño y Felipe Solá.
Seguro que quien pierda esa contienda buscará la vicepresidencia que el kirchnerismo quiere bloquearle. Sobre todo porque la vice de ese bloque, si se respeta el acuerdo de septiembre, debe quedarse en manos del santafesino Oscar “Cachi” Martínez. Será discusión de estos días.
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