La legisladora massista ya tiene cierto consenso en el Frente de Todos para quedar a cargo de la Cámara. Hay negociaciones por quiénes irán a las secretarías parlamentarias, mientras JxC arma una cumbre virtual para definir una postura común. La banca del tigrense, para un “trotskista” kirchnerista a quien todavía nadie llamó.
Por Mauricio Caminos
Con Sergio Massa dentro del Ejecutivo como “superministro” de Economía, Producción y Agricultura, el oficialismo se encamina a designar su reemplazo al frente de la Cámara de Diputados. Allí desembarcaría Cecilia Moreau, hoy vicepresidenta del bloque, quien ya tiene un importante consenso interno, según pudo reconstruir elDiarioAR de distintas tribus oficialistas en el Congreso. Ahora la disputa interna es cómo rodearla, teniendo en cuenta que el tigrense, tarde o temprano, se llevará consigo a quienes hasta ahora fueron sus principales colaboradores en la labor parlamentaria.
El nombre de Moreau ganó rápido acuerdo en el bloque de 118 diputados, por ser una persona del propio círculo de Massa, pero también por tener diálogo fluido con Máximo Kirchner. Incluso cuenta con el aval de los movimientos sociales (donde pisa fuerte el Evita de Emilio Pérsico) y de algunas voces referenciadas en las provincias y los gobernadores.
Sin embargo, Moreau –hija del histórico dirigente de extracción radical Leopoldo Moreau– no es la única mujer en danza para liderar el hemiciclo: otra opción es Rosana Bertone, la ex gobernadora de Tierra del Fuego, aunque con acciones muy minoritarias.
Durante el transcurso de este viernes quedará oficializada la convocatoria a una sesión especial para el martes –aún no se sabe el horario, pero probablemente sea antes del mediodía– en la que el FdT le propondrá al pleno del recinto su candidatura como presidenta de la Cámara. Dicha sesión estará comandada por el macrista Omar De Marchi, hoy vicepresidente segundo. Allí deberían pasar tres cosas: se aceptará la renuncia de Massa, asumirá el diputado que ocupará la banca del tigrense –sería Juan Marino, del Partido Piquetero, según el orden de la boleta de 2019–, y se votará la designación, muy probablemente, de Moreau.
Aunque no tiene la mayoría, pero sí es la primera minoría –Juntos por el Cambio tiene 116 legisladores– el oficialismo no tendría que tener problema para conseguir el aval del arco opositor para designar a Moreau.
“Buscamos que la persona que nosotros propongamos nos exprese a los diputados del Frente de Todos y que también avance en el diálogo con el resto de la Cámara. Cecilia Moreau reúne todos los requisitos”, dijo esta mañana en Futurock el presidente del bloque oficialista, Germán Martínez, a quien Moreau acompañaba hasta ahora como vice. El resto de la cúpula del espacio lo completa Paula Penacca, de La Cámpora.
En el bando opositor, durante las próximas horas se espera que haya un diálogo entre las espadas de JxC –Mario Negri, de la UCR; Cristian Ritondo, de PRO, y Juan Manuel López, de la Coalición Cívica–, según confiaron a este medio dos importantes legisladores cambiemitas. Será una cumbre virtual, ya que Negri está en Córdoba, Ritondo en Miami y López en Buenos Aires. Definirán qué hacer cómo bloque, pero no quieren adelantar nada hasta tanto alguien del oficialismo los llame para decirles quién se hará cargo de la Cámara.
“La presidencia es un lugar que le corresponde a la primera minoría, después cómo se vota es otro cantar”, apuntó una de las fuentes de JxC consultadas, dando a entender que darán su aval a la candidata oficialista, aunque reparó en que ayer “se manejaron muy mal”. “Siempre debería ser un perfil de diálogo y de respeto por la oposición y el reglamento”, completó otra voz opositora.
El tablero de Diputados
En el bloque oficialista se cuidan de dar por hecho la designación de Moreau, pero más por lo que significa el cargo que por su nombre. El organigrama de la Cámara baja también es una disputa de poder. “Los consensos para que sea Cecilia ya están. Lo que resta definir son detalles sobre nombramientos institucionales”, apuntaron desde un despacho del FdT. “La cuestión es los reemplazos. ¿Quedan los mismos de Massa? ¿O ella pone otros? ¿La oposición apoya 100x100 o pide algo?”, se preguntaron.
La clave está entonces en quiénes serán los funcionarios que estén debajo de la nueva presidenta de Diputados. Con las tres vicepresidencias –De Marchi como primero, el peronista José Luis Gioja como segundo, y el radical Julio Cobos como tercero– sin tocar, la disputa interna en el oficialismo son las secretarías.
Sería lógico que la mudanza de Massa al Palacio de Hacienda signifique también la mudanza de su mano derecha, Juan Manuel Cheppi, hoy secretario general y con ascendencia sobre la Prosecretaría General. Es el cargo principal, ya que custodia la firma del presidente y es el tablero que maneja los tiempos de la Cámara. Una fuente en el oficialismo entendió que siendo Moreau del riñón massista, no habría conflicto en designar otro alfil. La duda es a quién. Otra mirada supone que no necesariamente Cheppi tenga que ser reemplazado en lo inmediato, ya que por un tiempo podría pivotear entre Diputados, para acompañar a la nueva jefa, y Economía, para asesorar informalmente al tigrense.
Otro casillero en duda es el de la Secretaría Parlamentaria, donde reside Eduardo Cergnul, un experimentado en leyes y normativas. La prosecretaria parlamentaria es la peronista Ana Laura Lozano. “¿No los van a cambiar a ellos?”, se preguntó con sorna una voz opositora.
Después está el manejo de la caja del Congreso, custodiada por La Cámpora. En la Secretaría Administrativa está Martín Rodríguez, y en la Prosecretaría, Luis Samyn. Tanto en el oficialismo como en la oposición hay consenso de que esos lugares no se cambiarán.
Por último quedan los espacios reservados a la oposición, que tampoco se van a tocar. La Secretaría de Coordinación Operativa está vacante hace poco tiempo, pero le corresponde al diputado radical Maximiliano Abad definir su ocupante. Y la Prosecretaría de Coordinación Operativa es de Carla Piccolini, esposa del ex ministro macrista Andrés Ibarra.
La banca de Massa
Tras su salida del Congreso, Massa finalmente dejará su banca a quien ocupó el puesto 29 en la lista del FdT en 2019: Juan Marino. Referente del Partido Piquetero y actual funcionario en el ministerio de Desarrollo de la Comunidad bonaerense, a cargo de Andrés Larroque.
Marino está a favor del salario básico universal que impulsa Juan Grabois. De hecho, estuvo en una de las últimas manifestaciones que encabezó el MTE para exigirle al Gobierno dicha medida. Declarado como un “trotskista”, no tiene la venia del Frente de Izquierda-Unidad; al contrario, lo identifican como uno de los responsables de lo que fue la represión de Sergio Berni en la toma de Guernica.
Aunque su nombre comenzó a circular ayer, Marino por ahora se mantiene en silencio. A quien lo consulta, asegura que aún nadie lo llamó desde el oficialismo para decirle que va a asumir el martes como diputado nacional. Es clave el detalle de si el tigrense renuncia –y ahí sí entraría– o si se toma licencia –dejando la banca vacía–. Sin embargo, en un contexto de paridad parlamentaria, donde cada voto vale oro, es poco probable que Massa se tome licencia.
“Sería una muy mala señal política que Massa no queme las naves y no renuncie, dejando la puerta abierta a que si le va mal en Economía, vuelva a Diputados”, entendió un legislador que tiene diálogo con el líder del Frente Renovador. Está el antecedente de José De Mendiguren, quien en 2020 –cuando le quedaban dos años como diputado del Frente Renovador– se tomó licencia como legislador para asumir en el BICE. No renunció, bloqueando así la llegada de Marcelo Díaz, del espacio de Margarita Stolbizer, que había sido socia de Massa en las elecciones de 2017.
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