“No podemos aceptar ni permitir que quede en manos de la autoridad de turno, nuestro derecho a ser madres y nuestro derecho a ejercer la política”, aseguró la legisladora opositora. Fue tras la denuncia de la concejal de Cambiemos, Natalín Faravelli, que cursa su cuarto mes de embarazo y por estar dentro del grupo de riesgo por la pandemia pidió participar de la sesión de manera remota. El titular del cuerpo se lo rechazó.

La edil recibió el apoyo del arco político. Las diputadas María Eugenia Brizzi y Noelia Ruiz, oriundas del municipio de Morón, también expresaron su malestar. “Tanto en el Congreso de la Nación, como en la Legislatura Bonaerense, e incluso en varios Concejos Deliberantes, se está sesionando de manera remota y virtual. Entonces, ¿por qué en Morón no se puede hacer lo mismo? Claramente por falta de voluntad política, de empatía y de respeto a los derechos humanos”, dijo Ruiz.

El caso de Faravelli sucedió la semana pasada. Laviuzza había armado la sesión extraordinaria del martes en plena plaza San Martín, al aire libre. Era imposible que la mujer participara ya que por su estado tiene que cumplir con las medidas de prevención y cuidado, para ella y su bebé. Por eso, le había pedido por nota al presidente del cuerpo que arbitrara lo medios para sesionar de manera remota. La respuesta fue negativa, argumentando cuestiones legales y de organicidad. No obstante, las sesiones virtuales ya funcionan en algunos Concejos y la Legislatura nacional y provincial.

El hecho terminó siendo un escándalo y el caldo de cultivo para la especulación política. La denuncia regó varias páginas, es que la mujer además teme perder su obra social, ya que sin licencia está obligada a concurrir. No hacerlo significa la baja y el reemplazo por el concejal suplente. Nada de eso ocurrirá, parece, mientras dure la pandemia y el Concejo sesione cada tanto.

En el encuentro virtual por Zoom con los referentes de Cambiemos, del que participaron Patricia Bullrich del PRO, Sandra París y María Luisa Storani de la UCR y Carolina Tironi de CC, entre otras, Faravelli fue contundente: “Me están obligando a que elija entre ser madre o ejercer mi vocación política, pero tampoco hay que ser ingenuos y pensar que esto es solo por mi estado. Esto es grave porque atenta contra la democracia y contra los derechos de todas las personas a las que yo represento”, y agregó: “Gracias a todos por el apoyo, la comprensión y el cariño. Denunciar no es fácil y el lugar de víctima no le gusta a nadie. Ojalá que mi voz sirva para que nadie más intente obligar a una legisladora a elegir entre ser madre y trabajar”.

En diálogo con REALPOLITIK, Antinori defendió a la concejal moronense. “Para ella la dieta es su salario, vive de ello y mantiene a su hijos. Sin dieta, IOMA no cubre. (Laviuzza) le da de baja en medio de un embarazo”, protestó. “Entiendo que la situación es más grave al no permitirle cumplir con su representatividad como concejal. Porque las licencias a más de una sesión son sin goce de dieta, o sea que la cobra el concejal suplente que asume”, completó.

MODIFICACIÓN

La legisladora, junto a su par Verónica Barbieri, es autora de dos proyectos destinados a modificar la Ley Orgánica de las Municipalidades y el Reglamento Interno de la Cámara de Diputados. “Hablamos de incluir la licencia, no solo por maternidad, sino por parentalidad, estipulando todos los tipos de conformación de una familia. Pedimos que se incluya los tres meses, como tiene la legislación laboral, que comprenda a los concejales y a los legisladores”.

Los proyectos están presentados y tienen estado parlamentario. “A partir de lo que sucedió con Natalín (Faravelli) vamos a pedir el tratado sobre tablas para la sesión del jueves, porque entendemos que la situación es grave. Todos tenemos derecho a armar una familia, reorganizarla y por eso la licencia es tan importante. Seguimos teniendo leyes pensadas solo para hombres”, dijo Antinori.