Por Gabriela Vulcano

El gesto de hablar de espaldas al Congreso el día de su asunción como presidente fue apenas un anuncio del vínculo que Javier Milei iba a tener con los legisladores. La derrota que sufrió el martes último en la Cámara de Diputados durante el debate del proyecto de la Ley Ómnibus no hizo más que ratificar su idea de gobernar sin depender de lo que suceda en el terreno parlamentario. A las listas de "traidores", que él mismo difundió, le siguió una medida que golpea de frente a los gobernadores, como es la quita de subsidios al transporte, obturando así cualquier posibilidad de generar consensos con la oposición para implementar el puñado de reformas que tiene en carpeta.     

"La votación o no de la ley (Bases), no va a cambiar el rumbo económico del Gobierno", se apresuró a decir el ministro de Economía, Luis Caputo, en su cuenta de la red social X, después que de que Milei dio la orden de que la iniciativa vuelva a comisión, ante la dificultad del oficialismo de reunir los votos para la aprobación de algunos incisos y artículos. En las horas siguientes, les hizo saber a los mandatarios provinciales que sufrirían las consecuencias por el fracaso legislativo de La Libertad Avanza a través de un fuerte "ajuste en las partidas". 

El mandatario publicó, en simultáneo, el listado de apellidos de los diputados que votaron a favor y en contra "del pueblo", que fue confeccionado en la Cámara baja el mismo día de la fallida sesión. También reposteó diversos tuits en los que se exhibían los rostros de algunos de esos legisladores, a los que después llamó "delincuentes" en una improvisada conferencia de prensa desde Jerusalén. 

Un grupo de diputados radicales, cercanos a Facundo Manes, analiza realizar una presentación en la Justicia por estos dichos y por el armado de "listas negras". "Vamos a hacer una denuncia para que se investigue lo que dijo el presidente sobre que hay diputados coimeros y que lo citen para que aporte información", dijo a BAE Negocios un legislador del bloque de la UCR. 

El resto de los "escrachados" prefieren mantener el perfil bajo, a excepción de algunos como Martín Tetaz, que se encargó de machacar en público que el radicalismo acompañó a La Libertad Avanza en la votación en general, incluso él, que rechazó algunos incisos en el tratamiento en particular.

La exhibición de la nómina de cómo votó cada uno no es lo que más preocupa a los opositores, a pesar de que varios ya son blanco de ataques en las calles mediante insultos o escupitajos por parte de ciudadanos de a pie. "Sabíamos que Milei iba a aprovechar para reforzar su discurso en contra de lo que llama casta. El problema real es otro, le va a cortar el chorro a los gobernadores y acá no va a mandar nunca más un proyecto", afirmó un diputado radical. 

"No sabemos si mandaremos una nueva ley, pero no vamos a dejar de hacer lo que tenemos que hacer. En estos días, se hará un anuncio muy importante en materia económica", aseveró a este diario un funcionario de alto rango del oficialismo el martes por la noche, en una especie de advertencia que pareció dirigida a la oposición. La comunicación de la medida adoptada se realizó este jueves con la eliminación de los subsidios al transporte en las provincias. 

Con esa decisión, el Ejecutivo nacional terminó de dinamitar los puentes con los gobernadores, que se quejaron de a uno por la resolución del gobierno de Milei. En el Congreso también acusaron recibo y la mayoría de los bloques, entre ellos la UCR, Hacemos Coalición Federal e Innovación Federal,  se preparan para recibir los rebotes de las desavenencias entre la Casa Rosada y las administraciones provinciales. 

En la bancada de PRO, que conduce Cristian Ritondo, algunos sacan pecho, seguros de que serán el único salvavidas del oficialismo, cuando Milei necesite hacer pie de nuevo en el Parlamento. Como adelanto, el diputado bullrichista Gerardo Milman presentó un proyecto para realizar una consulta popular sobre el proyecto de la Ley Ómnibus. La idea surgió en el Ejecutivo nacional, pero necesitaban que la propuesta saliera del ámbito legislativo para que el plebiscito fuera vinculante. 

No está en el ánimo de Milei embarcarse en tamaño desafío, pero tampoco lo descarta por completo. Por ahora, analiza que su gobierno sea sin el Congreso, al que deberá volver el 1 de marzo para la inauguración del período de sesiones ordinarias.