La mandataria brasileña, separada de su cargo por un golpe parlamentario, considera que su país está experimentando una situación grave.
La presidenta de Brasil, electa en los comicios de 2014, Dilma Rousseff, denunció que su país parece dirigirse hacia “un Estado de excepción”, al comentar la detención de su exministro Antonio Palocci, presuntamente implicado en la trama de corrupción en la estatal Petrobras.
"El país está experimentando una situación grave. La nueva fase del anuncio de chorro de lavado por el ministro de Justicia, Alexandre de Moraes, una plataforma electoral en su totalidad en la actividad de la campaña Ribeirao Preto, el día antes de la detención de Antonio Palocci, arroja sospechas abuso de autoridad y uso político de la policía federal ", expresó Dilma.
Palocci fue ministro de Hacienda en el Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva y luego ocupó la influyente cartera de la Presidencia en la gestión de Rousseff, destituida el pasado 31 de agosto por supuestas irregularidades fiscales y sustituida desde entonces por el ahora mandatario Michel Temer.
Más que criticar la detención de Palocci, Rousseff denunció que la operación que llevó a su arresto pueda haber sido anticipada por el ministro de Justicia, Alexandre de Moraes.
Este fin de semana, en un acto de la campaña para las elecciones municipales en Ribeirao Petro, en el interior de Sao Paulo y donde Palocci ya ha sido alcalde, el ministro dio a entender que esta semana habría novedades en la investigación sobre el caso Petrobras.
“Esta semana habrá más. Pueden estar tranquilos”, dijo De Moraes sobre esas investigaciones, lo que para Rousseff “lanza sospechas de abuso de autoridad y de uso político, por parte del Gobierno, de la Policía Federal”, responsable de las operaciones sobre Petrobras.
"Si tal situación se produjo en mi gobierno, estaríamos severamente criticados por la prensa y la oposición. Estamos pasando al estado de excepción", dijo.
En tanto, legisladores del Partido de los Trabajadores (PT) y del Partido Comunista de Brasil (PCdoB). denunciaron que la operación anticorrupción Lava Jato se consolidó como un instrumento del golpe contra la democracia.
Con la detención del exministro Antonio Palocci, anticipada la semana pasada por el titular de Justicia y afiliado al Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), Alexandre de Moraes, se confirma claramente además el uso electoral de la Policía Federal (PF), señaló el diputado Afonso Florence.
El líder de la bancada petista en la Cámara baja significó que el arresto se produjo a una semana de los comicios municipales y en momentos cuando proliferan las denuncias contra políticos del PSDB, del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) y de otros de la base de apoyo del gobierno golpista de Michel Temer.
Nunca en los gobiernos de (los expresidentes) Lula y Dilma el Ministerio de Justicia interfirió en los trabajos de la PF y tampoco se divulgaban informaciones privilegiadas de operaciones secretas, remarcó Vanessa Grazziotin, senadora del PCdoB, a través de las redes sociales.
La semana pasada, mientras acompañaba a su esposa en un hospital donde sería sometida a una intervención quirúrgica para tratarse un cáncer, fue detenido en Sao Paulo el exministro de Hacienda Guido Mantega, en lo que el PT consideró un 'espectáculo de la Policía Federal' que causó indignación generalizada.
Esa detención, dijo el presidente nacional del PT, Rui Falcao, fue 'arbitraria, inhumana e innecesaria'.
Comentá la nota