Los dilemas del radicalismo en la oposición

En la Unión Cívica Radical de Río Negro las relaciones personales y los posicionamientos políticos de sus principales dirigentes –más allá de las formas- se encuentran en idénticas o peores condiciones que los niveles de marzo último.
En aquel momento se intento dirimir una interna –que tuvo ganadores y perdedores- y resolver las diferencias para adelante pero que, en definitiva desde el punto de vista político, pareciera haber resultado infructuoso y estéril.

Todo está como era entonces. El conflicto sigue. Tiende a reactulizarse con valor agregado y adquiere las características de un laberinto circular, donde resulta muy ardua la búsqueda de comunes denominadores.

Los dirigentes más lúcidos advierten la encrucijada. Tratan de buscar respuestas a desafíos que la realidad plantea como insoslayables; hay que reconstruir un partido aplastado por una derrota que todavía no se pudo digerir y que en cuestión de días abandonará el gobierno que ejerció ininterrumpidamente durante 28 años.

Las consecuencias de ese doble impacto, si no tiene adecuada contención puede afectar la cohesión del radicalismo y transformarse, si no aminoran los empecinamientos, en el principio de la diáspora de dirigentes y afiliados.

Cesar Barbeito, el ex candidato a gobernador recorre la provincia y visita localidades y otro tanto hace el vice gobernador Bautista Mendioroz, líderes visibles de las corrientes en pugna, pero los extremos no se tocan y actúan como líneas paralelas, de acuerdo a las circunstancias que están viviendo.

Mientras tanto hay dilemas que resolver y evitar que el radicalismo rionegrino sufra la parálisis de una fractura de proporciones, que deje muy poco para recoger y el proceso se torne irreversible.

UN DOBLE ESCENARIO

Hay dos escenarios cercanos para ensayar consensos y modos de convivencia que signifiquen señales alentadores para todos los radicales, que parecen navegar sin brújula: el bloque de legisladores electos, única representación política junto a los escasos municipios que se pudieron sustraer del desastre electoral de septiembre, y el ámbito de la máxima conducción partidaria, es decir el Comité Central de la UCR.

El dilema mas cercano ya tiene fecha cierta. El 30 de noviembre a las 18.30 horas, los legisladores electos por la UCR-Concertación para el Desarrollo fueron convocados a elegir a las autoridades de la bancada que deberá desempeñar el rol de “primera minoría y oposición” en el parlamento rionegrino.

Ese día volverán a verse las caras después de los comicios los legisladores Francisco González, Daniela Agostino, Cristina Uría, Bautista Mendioroz, Marta Milesi, Alejandro Betelú, Héctor Funes, Darío Berardi, Adrián Casadei y Alfredo Pega, todos ellos por la UCR. Y se les sumarán los representantes del Frente Grande (FG) Facundo López y Matías Alberto Gómez Ricca.

Cabe consignar que en las elecciones de septiembre un sector del Frente Grande brindó su apoyo a la fórmula Barbeito - Arriaga, y otro al binomio Soria – Weretilneck, que resultaron finamente ganadores. Allí jugaron un rol importante dirigentes de Cipolletti como Julio Arriaga y el hoy vicegobernador electo Alberto Weretilneck.

Como están las cosas y la relación de fuerza, Francisco González y Bautista Mendioroz parecen como los principales contendores en la puja por la conducción del bloque, como expresiones representativas de los alineamientos internos existentes. Hasta el momento –pese a algunos intentos- no ha podido surgir una tercera figura como factor de unidad.

Según se sabe, si bien las preferencias entre los radicales están muy ceñidas, existiría una leve ventaja en favor de la postulación de Bautista Mendioroz, que se multiplicaría en los próximos días para definir el intríngulis. El fiel de la balanza sería inclinado a favor del vicegobernador por los legisladores del Frente Grande, Facundo López y Matias Gomez Ricca.

Hay que esperar muy poco para apreciar la fisonomía del nuevo bloque y si las responsabilidades asumidas contribuyen a disminuir las pasiones y las cuestiones intestinas.

En otro orden en los próximos días habrá mayores certezas sobre “la madre de todas las batallas”, aquella que se está librando para dilucidar que acontecerá en la cúpula de la conducción provincial. Allí se juega toda una antinomia.

Por un lado los que apoyan la reincorporación del gobernador Miguel Saiz a la titularidad de la UCR –cuando finalice su licencia por una cuestión de incompatibilidad por carta orgánica- y los que como Mendioroz –en las mismas condiciones que Saiz pero como vice presidente- promueve la renuncia a todos los cargos y que haya convocatoria a elecciones.

Estos son los temas que desvelan a los radicales y que se analizan a lo largo y ancho de la provincia, en las distintas trincheras.

La iniciativa de indagar en los sucedido y despertar un proceso autocrítico sin limitaciones le correspondió al comité de Viedma, que propicia además mediante un petitorio con firmas de afiliados el alejamiento de las actuales autoridades y la convocatoria para reemplazarlas.

Tal actitud responde al descreimiento sobre las posibilidades fácticas que existen de que se pueda llamar a una Convención partidaria en diciembre, ya que la falta de tiempo y las condiciones particulares del mes venidero, caracterizadas por las fiestas de fin de año, transforman ese voluntarismo en una ilusión.

Comentá la nota