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JONATHAN HEGUIER

"Lo peor llegará en marzo y abril". La frase pertenece a gobernadores peronistas y a dirigentes de primera línea del PJ. Pero también esas palabras tienen otro dueño: Javier Milei. El Presidente adelantó que será un rubicón a cruzar. Estará lleno de malas novedades a nivel económico. Hay incertidumbre y un camino que parece impredecible. En el mientras tanto, con diferentes estrategias, los mandatarios provinciales del peronismo buscan contener y ampliar un frente contra las medidas del Presidente. 

En el norte del país, la zona más perjudicada cuando hay ajustes de este tamaño en nuestra historia, Gildo Insfrán desde Formosa y Ricardo Quintela de La Rioja encabezan los movimientos contra la actual gestión. 

Son dos de los tres mandatarios ausentes en la reunión en Casa Rosada para dar el primer paso hacia el Pacto de Mayo. Una clara señal de rechazo al gobierno. Así y todo, para mantener la institucionalidad, ambos enviaron a sus vices.  

Con Alberto Fernández licenciado como titular del PJ, Insfrán quedó como uno de los líderes para impulsar una transición ordenada dentro del partido. Esta semana fue protagonista de la foto política más importante del último tiempo. 

El gobernador de Formosa convocó a un encuentro a Miguel Ángel Pichetto y Guillermo Moreno, de cara al Congreso del PJ Nacional para el 22 de marzo. El diputado y el exsecretario de Comercio de los gobiernos kirchneristas podrían tener un regreso al PJ luego de girar por otros espacios. 

Otro que está en la mira es Martín Llaryora, el gobernador cordobés. En medio de la tensión del Gobierno con el cordobesismo, hay líneas de contacto entre ambas partes. Y para esta nueva etapa podría ser un jugador importante para un PJ que pretende renovarse y al que hace rato se le escapa la pata cordobesa. Y además podrían sumarse tres nombres nuevos: Sergio Massa, Juan Grabois y Juan Manuel Urtubey. Hoy los tres están fuera del PJ a nivel partidario.

El 22 de marzo la idea es llamar a una Comisión de Acción Política (CAP) que represente a todos los sectores internos, con fuerte presencia de gobernadores y sindicatos, los grandes protagonistas de este primer trimestre de mandato libertario. 

Por otro lado, Axel Kicillof intenta hacer equilibrio entre la gestión de la provincia país, como lo es Buenos Aires, y su mirada híper crítica de la gestión de Milei. El mandatario bonaerense fue uno de los PJ que sentó a la mesa que encabezó el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, en la Casa Rosada. 

Kicillof hace foco plenamente en la provincia e intenta ampliar el espacio con un sector del radicalismo y con intendentes boina blanca del distrito. Hace días, los alcaldes radicales se habían mostrado en sintonía con el gobierno bonaerense en el marco de la pelea por los recursos tras la quita del Fondo de Fortalecimiento Fiscal.

Esteban Reino, intendente de Balcarce y vicepresidente del Foro de Intendentes Radicales, fue el vocero de ese apoyo al gobernador. Reino, Pablo Barrena (Lobería) y Miguel Lunghi (Tandil) se reunieron con Kicillof hace días con la excusa de analizar la temporada de verano. Ya en enero, también junto a intendentes UCR en Mar Chiquita, Axel hablaba de "unir puntos en común" con los radicales  para "defender la Patria de la destrucción".

En el sur, las provincias unidas tienen colores diversos. Hay PRO, partidos provinciales, pejotistas y kirchneristas. Allí, Sergio Ziliotto de La Pampa y Gustavo Melella de Tierra del Fuego tienen el doble rol de ocupar el fuerte bloque patagónico y defender junto a sus pares los recursos estratégicos de la región y además ser parte del tejido peronista en la zona. Un trabajo quirúrgico. 

Así se preparan las provincias peronistas para el cóctel impredecible de marzo-abril, con un Presidente que promete "mear" a los gobernadores pero a la vez tiene la tarea, reclamada por Estados Unidos y el FMI, de dar muestras de diálogo, consenso y gobernabilidad. El 25 de mayo del Pacto requerido por Milei aun parece muy lejano...