El gobernador insiste con la territorialidad de su gestión y en no confrontar. No quiere cruces con el presidente, ni en lo discursivo ni en el Congreso: el cordobesismo no dará quórum hoy a la sesión especial de Diputados convocada por Unión por la Patria, pese al apoyo expresado al reclamo universitario.
Por Bettina Marengo.
Más territorialidad y no confrontar fueron las consignas que bajó a los suyos el gobernador Martín Llaryora para el momento político que transita el oficialismo provincial, con un presidente Javier Milei que reivindica el ajuste y logra adhesiones, y conserva un inmenso poder de daño sobre todo aquel que se ponga en contra.
La territorialidad de la gestión es casi una obsesión para el jefe del Panal, consciente de que su victoria electoral de hace diez meses fue con la provincia partida en dos, con 13 de los 16 departamentos para el entonces candidato opositor Luis Juez, el senador que hoy busca calzarse el traje de jefe de la oposición y niño mimado de Milei en Córdoba. El resultado dejó una Legislatura que tiene al oficialismo con el ay en la boca, lo que se suma además a la pérdida del Tribunal de Cuentas, que quedó bajo el control también de Juez. Todo esto suele ser mencionado por los llaryoristas cuando hablan de sus penurias políticas.
En ese contexto, el jefe de Panal respondió a su manera al discurso presidencial por cadena nacional del lunes por la noche, donde el jefe de la Casa Rosada confirmó el camino del ajuste y del recorte del gasto público para sostener el déficit cero que se ufana de haber logrado en tres meses, y donde aseguró que “la era del estado presente se ha terminado y no va volver”. Claro que tras esa promesa libertaria vino la multitudinaria marcha de las universidades, que fue un grito por el estado presente al menos en la educación.
Milei hizo un recorrido por los diversos ítems donde la Nación operó durísimos recortes, como el 76% de las llamadas transferencias discrecionales a las provincias, o la caída del 87% de la obra pública, que el jefe de Estado aseguró no volverá como tal sino que será función del sector privado. Todas malas noticias para las arcas provinciales, e incluso para el intendente Daniel Passerini que mañana viaja a Buenos Aires a reunirse con el ministro Guillermo Francos con este telón de fondo.
En esto de diferenciarse sin confrontar, Llaryora ponderó la obra pública que está ejecutando en su gobierno. Ayer destacó obras en las Sierras Chicas de Córdoba, en las localidades de Agua de Oro, La Granja y Villa Cerro Azul, del departamento Colón por 300 millones de pesos y felicitó “la labor mancomunada de la Provincia con intendentes y jefes comunales, como eje central para llevar adelante obras en el interior provincial, proyectos que movilizan la economía local y el empleo”. “En estos momentos de crisis queremos que Córdoba siga progresando”, agregó. Estuvo en Salsipuedes y en El Manzano, con anuncio de obras de agua, y por la noche su gobierno anunció que el estadio Kempes volverá a ser sede de un partido definitorio de la Copa de Liga, como el River-Boca del domingo pasado, evento que el Panal “vendió” como éxito cordobesista. El próximo martes se jugará la semifinal entre Boca y Estudiantes de La Plata, y la Provincia se juega a repetir el éxito turístico y gastronómico previo.
La línea es esa. Manifestar el apoyo a la educación pública y salir a defender la universidad nacional, reclamando el presupuesto pero sin cruzar a Milei directamente. Ni en lo discursivo ni en el Congreso. Desde el bloque de diputados nacionales Córdoba Federal dentro de Hacemos Coalición Federal indicaron que no darán quórum en la sesión especial de hoy convocada por Unión por la Patria para debatir el financiamiento educativo nacional, un tema en que están de acuerdo conceptualmente pero donde no quieren converger políticamente con el kirchnerismo.
Ayer fue todo un canto a la educación pública en el cordobesismo, a tono con la importante reacción popular al recorte mileista. La vicegobernadora Myrian Prunotto, que tiene juego propio pero está bien alineada al gobernador, le dio aire a una jornada organizada por el (muy visible por estos días) legislador peronista Pablo Ovejero y su par socialista Matías Chamorro en la que reunieron a cientistas de todas las disciplinas, directores y vicedirectores de los 17 Centros de Investigación del Conicet. “Una jornada a tono con la marcha por la universidad”, indicó. Antes había puesto en marcha la edición 2024 del Programa de Estímulo a las Ediciones Literarias Cordobesas. “Una jornada bien acorde al reclamo educativo de la calle”, razonaron en la Unicameral.
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