Diez claves para entender la 'privatización' de ARSAT

Diez claves para entender la 'privatización' de ARSAT

El presidente de la empresa estatal firmó una carta de intención en la que muestra su estrategia: crear una nueva compañía para desarrollar el satélite que esté controlada por la estadounidense Hughes.

 

1) ARSAT es una sociedad anónima cuyas acciones son propiedad exclusiva del Estado Argentino y que fue creada por la ley 26.092 de 2006. Su objetivo es realizar el diseño, el desarrollo, la construcción en el país, el lanzamiento y/o la puesta en servicios de satélites geoestacionarios.

2) ARSAT primero se encargó de retener dos posiciones orbitales que habían sido asignadas al país y que había cedido a la extranjera Nahuelsat durante la gestión de Carlos Menem. Luego fabricó junto con INVAP y puso en órbita los dos primeros satélites argentinos geoestacionarios de telecomunicaciones.

3) El 4 de noviembre de 2015 el Congreso sancionó la Ley 27.208 de Desarrollo Satelital que declara “de interés y prioridad nacional el desarrollo de la industria” y estableció que cualquier transferencia de acciones de la compañía debía ser aprobada por el Congreso. En esa ley también se establece el Plan Satelital Geoestacionario Argentino (PSGA), que estipula la fabricación de ocho satélites nuevos hasta 2035. Allí figura el plan de negocio del ARSAT-3.

4) Con el cambio de gestión, Mauricio Macri decidió que la titularidad de las acciones de ARSAT fueran ejercidas por el Ministerio de Comunicaciones, a cargo de Oscar Aguad; y designó como presidente de ARSAT a Rodrigo De Loredo, yerno de Aguad, un abogado cuyo cargo anterior había sido ser legislador provincial por el radicalismo en Córdoba.

5) Apenas asumió De Loredo se informó a los ingenieros de la empresa que se interrumpía el desarrollo del ARSAT-3 hasta que se consiguiera financiamiento. Según el plan dejado por la gestión anterior, el tercer satélite debía financiarse con los ingresos generados por el ARSAT-1 y ARSAT-2, pero De Loredo decidió destinar ese dinero a la red de fibra óptica. El primer lugar donde se extendió la red fue Córdoba, cuna política del actual presidente de la compañía.

6) A fin de 2016 Tiempo dio a conocer que ARSAT solo había ejecutado el 10% del presupuesto que tenía asignado y que había recortado 1.747 millones de pesos de su partida. Eso también había afectado la inversión en la red de Televisión Digital Abierta (TDA), lo que prácticamente descartaba la llegada al apagón analógico en 2019 y dejaba en suspenso una política que garantizaba el acceso a la televisión abierta a millones de personas. Poco después De Loredo reconocía en una entrevista con Tiempo la falta de inversión en la TDA y que el lanzamiento de ARSAT-3 estaba supeditado a la inversión de operadores privados.

7) Ayer El Destape filtró una carta de intención firmada por De Loredo con los representantes de la empresa estadounidense Hughes Network Systems para crear juntos una nueva empresa, cuyo capital accionario se repartirá de la siguiente manera: Hughes tendrá al menos el 51% y ARSAT tendrá como mucho el 49%. Se establece en el acuerdo que el accionista mayoritario tendrá el control ejecutivo de la empresa.

8) La nueva empresa, llamada “Newco” como apócope de new company (nueva compañía en inglés), lanzaría en conjunto “uno o varios” satélites geoestacionarios. El primero de ellos será el ARSAT-3, aunque aclaran que podrían cambiarle el nombre.

9) La construcción de ARSAT-3 seguirá siendo realizado por INVAP y tendrá la carga útil de Thales Alhenia Space (TAS), tal como estaba previsto en el plan de negocio original. También se ubicará en las posiciones orbitales de la Argentina y costará 230 millones de dólares (la misma cifra presupuestada para su construcción estatal). El acuerdo también establece que el segmento de tierra (gateways y antenas) se le comprará a Hughes por 50 millones de dólares.

10) Si bien se establece que el uso del satélite será determinado por Newco, el control de la empresa lo tendrá Hughes por tener la mayoría accionaria. De esa forma, si bien ARSAT no se privatiza, se le cede a un tercero extranjero la decisión estratégica sobre el uso del satélite (que podría garantizar el acceso a Internet en lugares donde no llegue la red de fibra óptica, por ejemplo); se le otorga la posición orbital que pertenece al país; y se le vende el trabajo y la experiencia acumulada en el desarrollo de ARSAT-1 y 2 al costo de producción como si se tratara de un desarrollo propio.

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