El diputado apuesta por volver a ser protagonista de una "linda competencia" interna en Juntos por el Cambio, tal como hizo en 2021 con Facundo Manes. "Le quiero devolver la paz al bonaerense", asegura, a 0223.
Acompañado por Horacio Rodríguez Larreta, Diego Santilli aprovecha la temporada para seducir al electorado de la Costa Atlántica. La recorrida que hizo por estos días fue amplia: el itinerario incluyó Las Toninas, Mar de Ajó, Villa Gesell, Santa Teresita, Pinamar y la última parada fue Mar del Plata, donde tuvo tiempo para reunirse con grupos vecinales, dirigentes radicales y Guillermo Montenegro, a quien define como el “gran intendente” de la Provincia de Buenos Aires.
El diputado nacional del PRO minimiza la agenda de disputas judiciales que trata de imponer el Frente de Todos en el comienzo del año electoral y dice que no pierde de vista “los problemas de la gente”: inflación e inseguridad, esencialmente. Y a la hora de su carrera personal por la Provincia de Buenos Aires, evoca las Paso que protagonizó en 2021 con Facundo Manes e invita a repetir la experiencia. Ahora, sin embargo, el rival puede ser otro: Cristian Ritondo.
-¿Hoy cuál es el pedido que se escucha más en estas recorridas?
-La gente viene siendo muy cálida, y hay mucho pedido de seguir, luchar, y avanzar porque los argentinos quieren tener un cambio: quieren vivir en paz, tener laburo, y que sus hijos aprendan y estudien.
-¿Pero ve algún reclamo común entre las distintas ciudades?
-Y cada una tiene su particularidad. En Gesell te plantean la no atención en la salud, el hospital que no está, que se tienen que ir a atender a otros distritos como Mar del Plata; en la Costa te dicen que no tienen red de agua. Pero sí es cierto hay algo general que tiene que ver con lo básico: la cultura del trabajo, el valor de la educación como movilidad social ascendente, y esas cosas son centrales. La gente de clase media quiere que haya trabajo y no planes; que haya acceso a la salud y poder vivir tranquilos. Ayer me encontré en Mar de Ajó con Chela, que había tenido un episodio muy violento en su casa y se tuvo que mudar. Entonces, ¿qué derecho tiene una persona laburadora que se tiene que ir para terminar de proteger a su familia? Evidentemente no se puede seguir de esa manera.
-Además de esa agenda, está la agenda política: por la Justicia, por el espionaje, por los chats, ¿cómo convive con esa agenda?
-Está claro que el kirchnerismo no tiene la agenda de la gente, de la sociedad, y ni siquiera de sus propios votantes que le piden progreso, desarrollo, crecimiento y laburo. Hay una agenda política para que no se hable de lo que realmente le importa a la sociedad. Ahora te quieren meter en el barro de una discusión que deberíamos enfrentar todos como es el robo de datos. Es una barbaridad, esto es condenado en cualquier parte del mundo. Es un disparate y una gran ilegalidad. Esto le pasó a De Narváez, al propio Macri, y no sé hasta cuándo los servicios de inteligencia van a servir a la sociedad. Estos servicios tendrían que estar en la lucha contra el narcotráfico. Se tiene que armar un equipo con las distintas fuerzas para combatir las mafias que atentan contra la ciudadanía. Para eso tienen que estar estos servicios y no para meterse en la vida privada de los políticos, ciudadanos, empresarios, y de cualquiera.
-Ahora el ministro de Justicia Martín Soria reveló un contrato público que involucra directamente al gobierno porteño con la jueza María Eugenia Capuchetti…
-Cuando uno forma a los cadetes de una fuerza, qué mejor que los educen fiscales y jueces. Los hombres y mujeres de cualquier fuerza tienen que saber todas las nociones legales y lo mejor es que lo aprendan de estos funcionarios judiciales. Son docentes que dan clases en institutos de formación de las fuerzas de seguridad. Se están mezclando las cosas.
-Entonces minimiza esta agenda, las acusaciones…
-Mirá, yo siento que se están quedando más chiquititos, y hablando a su propio electorado y no a todos los argentinos que votaron a un presidente. Estas cosas salen para no hablar de la inflación, de los problemas del ciudadano, de las pymes, de lo que realmente le importa a la gente.
-¿Y puertas adentro cómo ve parado a Juntos por el Cambio?
-La coalición está bien. Por supuesto que hay tensiones pero son propias de las aspiraciones que tienen los dirigentes y eso no está mal. Obviamente, para resolver o dirimir el candidato después habrá que ir a una Paso, como hice yo en la elección anterior con Facundo Manes. La competencia fue linda, sana, y nos permitió ganarle al kirchnerismo, después de haber tenido una elección muy difícil en 2019 en la Provincia.
-Así que no le molestaría, por ejemplo, una Paso con Ritondo...
-Por supuesto que no. Me parece que es muy sano, está bien.
-Siempre ha sido muy crítico de Kicillof, ¿qué Provincia imagina recibir en caso de llegar a la Gobernación?
-Y soy crítico de Kicillof porque no hay gestión. El bonaerense se queja de la educación, de la seguridad, de los asaltos que vive día a día, que haya convertido el trabajo informal en trabajo formal, y hay muchos problemas estructurales que no están siendo abordados. Sé que no se pueden resolver en tres o cuatro años pero ni siquiera se abordan. Se sigue pateando la pelota para adelante y el panorama es el de una burocracia que te come. Por eso yo creo que hay que darle más autonomía a los municipios para resolver los problemas mucho más rápido desde las mismas intendencias.
¿Cuáles serían las prioridades de su plataforma de gestión?
-En líneas generales, todo nuestro espacio quiere poner la educación como centro de escena hacia la Argentina que queremos, volver a la cultura del trabajo, y vivir en paz, y eso significa que el que tenga miedo es el delincuente y no el ciudadano. Yo le quiero devolver la paz al bonaerense, y poner en marcha toda la matriz productiva de la Provincia, que es importantísima, sacándole el pie de la cabeza a los empresarios y eliminando burocracia. Hay que bajar impuesto, bajar tasas, y hacer que crezca la industria.
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