El candidato de Larreta en Buenos Aires busca cerrar acuerdos con la UCR y sumar a Ritondo de cara a la interna con Néstor Grindetti, el elegido por Bullrich
Matías Moreno
Juntos por el Cambio atraviesa semanas decisivas. Cuando resta un mes para el fin del plazo legal para la inscripción de las listas, se aceleran las negociaciones entre los socios de la coalición opositora para definir las candidaturas y el esquema de alianzas con vistas a las PASO. Descartada la chance de unificar la postulación a la gobernación, la disputa entre Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich se concentra en la estratégica provincia de Buenos Aires, donde vota más del 40 por ciento del padrón nacional. En las últimas horas ambos aspirantes apostaron a fortalecer su estructura y reclutar aliados para la pelea bonaerense.
Mientras intenta disimular su disgusto por la negativa del jefe porteño y de Bullrich a discutir la idea -impulsada por Mauricio Macri e intendentes de Pro y la UCR- de competir en la provincia con un postulante único a gobernador, Diego Santilli, la gran apuesta electoral de Larreta, toma impulso para la competencia con Néstor Grindetti, el elegido por la exministra para la contienda en Buenos Aires.
Lanzado en la pelea por la sucesión de Axel Kicillof, Santilli enfrenta el desafío de consolidar su posicionamiento -es el que mejor mide en los sondeos- en el interior y el conurbano bonaerense, el conglomerado electoral más influyente del país, y evitar un posible coletazo de la interna nacional de Pro. Es decir, necesita que Larreta fortalezca su nivel de adhesiones y no sea superado por Bullrich en las zonas más pobladas de la provincia. La tendencia que visualizan radicales y macristas en sus encuestas amenaza sus posibilidades. En la Ciudad, en cambio, se aferran a sus números y creen que el binomio Larreta-Santilli ya es una marca con peso propio, por el impacto que tiene la gestión porteña en el conurbano. En las últimas 24 horas compartieron actividades en Moreno y Almirante Brown.
El arrastre que supone el candidato a presidente en el primer tramo de la boleta es crucial en la disputa por la gobernación bonaerense. Es por eso que a Bullrich no le inquieta haber apostado por Grindetti, quien tiene un escaso nivel de conocimiento en la provincia en comparación a Santilli. La exministra confía en que su figura empujará el ticket de Grindetti en las primarias. Esa misma lógica aplicaron los intendentes de Pro del interior de la provincia, como Héctor Gay (Bahía Blanca), Mariano Uset (Coronel Rosales) o Javier Reynoso (Rivadavia), para mudarse al pelotón de Bullrich.
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En la rama interna de Pro que sostiene la postulación de Santilli insisten en que la competencia en la categoría de gobernador complicará la confección de las listas distritales y nacionales. Sin fórmula única a la gobernación bonaerense, aventuran, Juntos se enfrenta a una interna en todos los niveles que podría obstaculizar el plan de arrebatarle la provincia al kirchnerismo, sobre todo, si Kicillof desdobla los comicios. De ahí que avizoran que se incrementará la presión de la dirigencia bonaerense sobre Larreta y Bullrich para que revisen el veredicto del pacto de Recoleta al filo del cierre de listas.
En el campo del larretismo relativizan el costo de la decisión de rechazar la unificación y apuntan ahora a tonificar la campaña de Santilli. Larreta sabe que su suerte en la compulsa con Bullrich dependerá en gran medida de su performance en el conurbano, donde viven más de nueve millones de bonaerenses.
Con ese trasfondo, Santilli, que jura lealtad al larretismo pero planea aplicar un alto grado de segmentación a sus mensajes y recorridas proselitistas durante las próximas semanas, una manera elegante de despegarse de su jefe político, apresura la construcción de acuerdos para consolidar sus ambiciones. Si bien ya tiene asegurado el respaldo de la Coalición Cívica, de Elisa Carrió y mantiene una alianza táctica con Miguel Pichetto (Encuentro Republicano Federal), Santilli requiere garantizarse un mayor caudal de masa crítica que apuntale el proyecto presidencial de Larreta en Buenos Aires. Por esa razón, impulsó la incorporación de Cynthia Hotton, que se sumó al gobierno porteño como titular del Consejo Social y tiene ascendencia en el mundo evangélico, y reclamó la inclusión de José Luis Espert (Avanza Libertad) a JxC. Y, después de que Bullrich se inclinara por Grindetti, Santilli actuó en tándem con Larreta para atraer a Cristian Ritondo, quien quedó disgustado con la decisión de la exministra y conduce la estructura que dejó María Eugenia Vidal en la provincia.
Ritondo definirá su futuro -si se suma al esquema de Bullrich o regresa al larretismo- tras escuchar a su tropa bonaerense. ¿Waldo Wolff, un larretista con genética de “halcón”, también podría tener un puesto en el rompecabezas de Santilli? En Uspallata no lo descartan.
No obstante, el objetivo primordial de Santilli con miras al cierre de listas es contar con el apoyo del radicalismo bonaerense. Por consiguiente, el larretismo mantiene conversaciones frecuentes con Facundo Manes y Maximiliano Abad, titular de la UCR de la provincia, quien hasta ahora preserva una posición neutral. También dialogan con el intendente de San Isidro, Gustavo Posse, y las autoridades de Evolución Radical, el sector que responde a Martín Lousteau y Emiliano Yacobitti. Tanto la fuerza de Lousteau como Posse ya integran el armado bonaerense de Gerardo Morales, precandidato a presidente y uno de los socios estratégicos de Larreta.
Larreta y Santilli, en Moreno
Cuando falta un mes para el cierre de listas, Santilli tiene reservado el casillero de vicegobernador para los radicales. Es más: anhela tener a Abad como compañero de fórmula y a Manes como primer postulante a senador nacional. Para ese puesto también suena el nombre de Pichetto. Está claro que Santilli apunta a salir beneficiado de un “acuerdo macro” entre Larreta y los popes de la UCR. O sea, aspira a sellar un pacto que le garantice el apoyo de las tres vertientes del radicalismo que tienen despliegue territorial en Buenos Aires, sobre todo, en el interior de la provincia. Apuestan a que Larreta se quede con el “pack full” del centenario partido, aunque reconocen que la fragmentación del radicalismo dificulta al máximo las tratativas. En Pro sobrevuela un interrogante clave: ¿quién empuñará la lapicera del radicalismo? ¿Abad o Morales?
Morales y Lousteau, que se jactan de controlar al 80% del partido, ya eligieron bando dentro de la interna de Pro. Por eso, Bullrich talla para seducir a los detractores del jujeño, como Alfredo Cornejo, Gustavo Valdés, Carolina Losada o Luis Naidenoff. La exministra también se arrima a Abad y Ernesto Sanz, mentor del jefe de la UCR bonaerense. De hecho, Abad mantuvo contactos con Santilli y Grindetti en las últimas horas. Pese a que mantendrán la presión para que Larreta y Bullrich unifiquen la candidatura, Abad y sus aliados -controlan la mayoría de las intendencias- definirán con el oficialismo partidario qué camino tomar en caso de que la UCR no lleve candidato a gobernador. Por ahora se mantienen en carrera Abad, Posse y Martín Tetaz (Evolución Radical).
Rodríguez Larreta, Hotton y Santilli durante la celebración por los 40 años de Aciera en el CCK+Valores
A la espera de esa definición, Santilli encargó una medición para analizar el nivel de aceptación y conocimiento de al menos diez dirigentes que evalúa como potenciales compañeros de fórmula, según fuentes de Pro. En esa lista figuran desde Abad y Posse, rivales en la interna del universo radical, hasta Tetaz y Hotton, entre otros. También aparecen intendentes de Pro.
El desembarco de Hotton
Ya ensamblada al andamiaje presidencial del larretismo, Hotton se reunió la semana pasada con Santilli. El exvicejefe porteño la habilitó a recorrer la provincia como precandidata a vicegobernadora. Es parte de su operativo para contener aliados. “Ella tiene la voluntad de acompañar a Diego, pero la factibilidad de que sea Cynthia es remota”, deslizan en Pro. La exdiputada nacional y referente de “Más Valores” sabe que corre desde atrás con los radicales, pero aspira a tener protagonismo en la campaña de Santilli y Larreta y ocupar esa vacante en caso de que no haya acuerdo con la UCR. Por eso, puso en marcha el motorhome que usó en las presidenciales 2019, cuando escoltó a Juan José Gómez Centurión en la fórmula de NOS, para posicionarse en Buenos Aires. Ese frente quedó en el quinto lugar con el 1,71% de los votos.
En las legislativas de 2021, con el apoyo de agrupaciones evangélicas, Hotton sacó tres puntos en la provincia. En Pro aseguran que Hotton cosechó adhesiones en lugares del conurbano donde al macrismo le cuesta llegar con su mensaje. Larreta y Santilli confían en que su figura les permitirá reconquistar votantes “celestes” o “pro-vida” y que los ayudará a disputarle la representación al kirchnerismo -incluso a Milei- en barrios postergados de la provincia. Por caso, Hotton, quien muchas veces ingresa a los asentamientos acompañada por un pastor evangélico, hizo una buena elección en Virrey del Pino, en el fondo de La Matanza, y Villa Itatí, una de las villas más grandes del país, en Quilmes. Y podría aportar músculo para la fiscalización: en 2021 desplegó a 9000 personas.
Junto a Wolff, Silvia Lospennato y Martín Redrado, Hotton es una de las espadas mediáticas del proyecto presidencial de Larreta. “Estamos para competir en todos lados”, dicen en el larretismo.
A Bullrich le entusiasma el desafío de Larreta de llevar la disputa a todos los distritos. De hecho, la exministra se mostró ayer con Grindetti y Ricardo López Murphy en Lanús. Y hoy estuvo con Juan Pablo Allan (La Plata) y Ramón Lanús (San Isidro), quienes desafían a Julio Garro y Posse en sus territorios. La disputa de poder en Juntos por el Cambio ya está desatada en Buenos Aires.
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