Después de que su candidato De Narváez golpeara a un periodista, Sergio Massa se comparó con Rocky. “Me pegan y sigo peleando”, dijo. Desde el oficialismo advirtieron que ya “se le fue todo el mundo”.
Sin lograr poner freno a la fuga de intendentes del Frente Renovador, Sergio Massa insistió en que no va a bajarse de la carrera presidencial. “Soy como Rocky, me pegan, me pegan y sigo peleando. Por ahí en el round 15 aparece el KO a los K”, sostuvo ayer, con una frase poco feliz si se tiene en cuenta que el precandidato a gobernador bonaerense del FR, Francisco de Narváez, acaba de desmayar a golpes al director de una agencia de noticias. El ex intendente de Tigre se quejó además de que lo quieren “empujar a cualquier precio”. Desde el Frente para la Victoria, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, remarcó que a Massa “se le fue todo el mundo” por lo que “no va a ser candidato”. Mientras tanto, el PRO volvió a rechazar la posibilidad de cualquier alianza con el massismo.
A veinte días del cierre de listas, Massa dijo sentirse “sorprendido” ante las versiones que señalan que dejaría su candidatura a la Presidencia para ir por la gobernación bonaerense.
“Hay una enorme preocupación para ver cómo pueden corrernos de la cancha. ¿Tanto miedo nos tienen? ¿Por qué tanta centralidad, tanta versión alrededor nuestro, si, como dicen algunos dirigentes y algunos encuestadores, estamos afuera de la carrera?”, se preguntó ayer.
El dirigente no quiso hablar de la sangría que sufrió su espacio con el alejamiento de siete intendentes que volvieron al Frente para la Victoria o al PRO, y que en los próximos días podría continuar con la partida de quien fue uno de sus más cercanos colaboradores, el jefe comunal de San Martín, Gabriel Katopodis.
La seguidilla de fugas fue abierta por el intendente de Escobar, Sandro Guzmán; luego se fueron el jefe del bloque del FR en Diputados, Darío Giustozzi, ex intendente de Almirante Brown, y su sucesor en el distrito, Daniel Bolettieri. Lo mismo hicieron el de San Isidro, Gustavo Posse, el de Malvinas Argentinas, Jesús Cariglino, y el de Coronel Pringles, Carlos Oreste. La semana pasada llegó el turno de Raúl Othacehé, de Merlo, uno de los municipios de peso electoral de la provincia, y Huberto Zúccaro, de Pilar.
“Tenemos una enorme convicción de seguir adelante”, fue lo que comentó sobre el punto Massa. “Tenemos certezas de qué país queremos y de qué país no queremos.”
También debió hablar sobre su precandidato a gobernador bonaerense, el diputado De Narváez, que la semana pasada golpeó al director de la agencia de noticias Nova por un artículo sobre cuestiones de su vida privada. Massa rechazó que el empresario vaya a ser desplazado de su precandidatura y sostuvo que De Narváez “está trabajando normalmente”. Sobre la reacción de su socio político, reconoció que “quienes tienen una tarea o una responsabilidad superior deben tener templanza”, pero reclamó “límites” a los medios porque “el ataque al honor de la esposa” de De Narváez “fue burdo” y “vulgar”.
Desde el oficialismo, Aníbal Fernández vaticinó el fin de la precandidatura del líder del Frente Renovador. “Sergio Massa no existe más, no perdamos más el tiempo. Lo que dije hace un año atrás, que se caía como un piano, se está cumpliendo. ¡Se le fue todo el mundo!”, señaló el jefe de Gabinete. Massa “hoy está en el piso, no tiene nada, no va a tener nada y estoy convencido de que a cortísimo plazo se va a bajar. No va a ser candidato”.
Desde el PRO, el ministro de Educación porteño, Esteban Bullrich, volvió a decir que su fuerza no va a abrir la puerta a una alianza con el FR, lo que le daría a Massa la chance de bajarse con elegancia de las presidenciales. “Mauricio (Macri) ha sido muy claro en que no, en que hemos cerrado la alianza con la UCR y la CC-ARI y en que vamos a trabajar en ese camino de cambio y en las PASO vamos a enfrentar a esas alternativas que hay al cambio que Macri lidera”, aseguró Bullrich.
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