Con un panorama convulsionado en las altas esferas de las principales coaliciones, las certezas en Mar del Plata no abundan. Hay algunas pistas, pero lo que hoy parece firme mañana puede cambiar.
Por Mariano Suárez
Habrá Paso en todos lados, lista única abajo, fórmulas cruzadas, ruptura del frente. Va a jugar, no va a jugar. Restan 101 días para que las especulaciones que se realizan en materia electoral (y todas las que se realizarán) se terminen. Algunas incógnitas se develarán antes, pero muchas otras se conocerán al filo del 24 de junio, la fecha dispuesta para el cierre de listas de precandidatos.
Hoy hay algunas certezas pero incluso en esos casos nadie se anima a garantizar 100% que lo que hoy se da por seguro el 24 de junio siga siendo así.
Suele repetirse que los tableros electorales se ordenan de arriba para abajo. Y con esa premisa es sencillo entender por qué hay tantas incertidumbres: arriba reina el caos en los dos principales frentes electorales.
El Frente de Todos debe resolver su gran batalla interna. Alberto Fernández, cada vez más castigado por una gestión que no levanta cabeza, resiste su deseo de ir por la reelección. Para muchos integrantes del Frente de Todos, una idea trasnochada que no tiene ningún tipo de sustento en la realidad: los resultados de la gestión no lo ayudan y cada vez tiene menos respaldo político.
Su paso por Mar del Plata el martes de la semana pasada fue una muestra del escaso peso político del jefe de Estado: sin presencia de militantes, casi ninguna autoridad y con un acto que se terminó a las apuradas por los desmanejos presidenciales (ni siquiera cortó la cinta de inauguración de los nuevos espacios en el Intema).
Las alternativas que circulan son variadas. El ministro del Interior Eduardo “Wado” De Pedro tiene desde hace semanas lanzado carteles volando por el cielo marplatense con la leyenda Se viene Wado. Daniel Scioli, siempre predispuesto, ya hizo pública su voluntad de ser “uno de los precandidatos”.
Muchos todavía miran a Sergio Massa, el superministro que logró estabilizar el caos económico que se generó tras la salida de Martín Guzmán pero que sigue luchando sin gran éxito contra la inflación. Y sin torcer esa curva la posibilidad de una candidatura del tigrense parece quedar relegada. Seguramente algún gobernador también querrá anotar su nombre en la lista
Lo más claro en la coalición gobernante es que Axel Kicillof tiene todo dado para ir en busca de la reelección en la Provincia. A diferencia de lo que ocurre con el presidente, los números de las encuestas (más allá de lo poco confiable que se volvió esa herramienta) le son favorables. Y pese a la provocación lanzada por el presidente sobre la posible precandidatura de Victoria Tolosa Paz para competir con Kicillof hay un consenso generalizado para que sea él el único candidato.
¿Cuál es el único resquicio de duda? El tramo medio de la boleta no suele traccionar: la gente vota por el presidente y por los intendentes, por lo que si el candidato a presidente no resulta atractivo podría hacer peligrar el triunfo del Frente de Todos en el gran bastión del peronismo.
La otra certeza hoy por hoy es que Fernanda Raverta volverá a competir por la Intendencia. La directora ejecutiva de Anses ya lo dijo abiertamente en reuniones amplias del Frente de Todos marplatense y luego lo ratificó en una entrevista con la agencia Télam.
De ahí en más hay varios interrogantes sin definición. ¿Habrá una gran Paso en Mar del Plata? Habría un acuerdo en las altas esferas para que en los distritos donde el kirchnerismo no es gobierno haya Paso para darle mayor musculatura a la propuesta electoral. De ser así, ¿quién enfrentará a Raverta? El nombre que resuena en el mundo político de la ciudad es el de Gustavo Pulti que luego de estar enfrentado con la líder del Frente de Todos en Mar del Plata mantuvo algunas reuniones para tratar de limar viejas rencillas y trabajar en una agenda común. Pero no está claro que Acción Marplatense se sume al Frente de Todos.
“Podemos formar parte de una gran Paso, podemos explorar otras alternativas que se están empezando a gestar o podemos competir con nuestra boleta”, planteó un dirigente importante del partido vecinal. Las opciones son muchas, pero lo que parece más concreto es que más allá de los gestos de gobernabilidad que AM le dio al intendente Guillermo Montenegro, no parece haber un escenario que encuentre al partido vecinal trabajando dentro de Juntos por el Cambio.
Disputas en Juntos por el Cambio
En Juntos por el Cambio el panorama no es menos conflictivo. Los dos principales candidatos del Pro, Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, están lanzados en una carrera que ya dejó algunas máquinas abolladas.
El jefe de Gobierno porteño, convencido de que al final del camino la gente optará por un candidato más moderado, trata de evitar los roces que le propone su rival interna, quien cree, azuzada por las encuestas, que la gente reclama un candidato que juegue al límite. Aunque también está María Eugenia Vidal a la espera de que Mauricio Macri (¿ya descartado?) la bendiga como su candidata.
Y esa es solo una parte de la coalición. Por fuera queda el radicalismo, también con dos precandidatos como Gerardo Morales y Facundo Manes (con acciones en baja), y la Coalición Cívica sin nombre para competir, pero con peso para condicionar.
¿Cómo se resolverá esa interna? Es un misterio aunque el escenario más improbable es que haya acuerdo detrás de un candidato único. La posibilidad de que haya fórmulas combinadas entre el Pro y la UCR es la que gana más cuerpo.
Ese escenario abre más incógnitas en los territorios. Primero en el provincial, donde también hay varios candidatos del PRO y por ahora uno lanzado decididamente de la UCR. Diego Santilli y Cristian Ritondo son los más fuertes, pero también se anotaron Joaquín De la Torre y Javier Iguacel. Y el marplatense Maximiliano Abad (UCR) completa el abanico. El jefe de la bancada de Diputados en la Legislatura comenzó a recorrer la mayoría de los distritos del interior provincial para apuntalar su candidatura, mientras mantiene sin fisuras su acuerdo con Montenegro en Mar del Plata.
Cerca de Bullrich juran que forzarán interna en todos los tramos. Y es por estas horas el gran debate dentro de Juntos por el Cambio: se habla de la Y (Paso para Presidente y unidad en gobernador e intenedente), la X (Paso en presidente e intendente y candidato único en Provincia) o Paso en todos los tramos.
Esas definiciones se siguen atentamente en Mar del Plata, donde Guillermo Montenegro extiende la incertidumbre sobre si competirá en busca de la reelección o no. Desde su entorno dan algunas pistas y afirman que el jefe comunal ya decidió sostener su proyecto de vida en Mar del Plata, lo cual lo acercaría a la búsqueda de la reelección. Pero al mismo tiempo siembran la duda: “Hay días que lo vemos con ganas de jugar y otros con menos voluntad”.
El primero en demandar la definición fue el exintendente Daniel Katz, socio de la coalición opositora pero, cada tanto, crítico de Montenegro. Dijo que sería una “irresponsabilidad” no volver a postularse y le achacó que no es bueno sostener la incertidumbre. Con menos contundencia, algunos integrantes del Pro también le reclaman definiciones al intendente.
Las personas más cercanas a Montenegro, como un mantra, repiten que ningún vecino está preocupado por las candidaturas y que no tomarán definiciones por el apuro de la política. Y exageran que hasta el 24 de junio podrían mantener esa postura.
Montenegro incluso se mantuvo ajeno a las internas partidarias: a diferencia de la mayoría de los intendentes no hizo público su apoyo ni a Larreta o Bullrich ni a Santilli o Ritondo, por mencionar los dos grandes bandos. “Apoyo a todos”, repite cuando alguien le pregunta por su posicionamiento interno. Apoyar a todos también podría interpretarse como no apoyar a ninguno.
Ya sea por estrategia política o por una duda real de continuar cuatro años más en la Intendencia, la indefinición es un “permitido” que Montenegro puede darse porque hoy las encuestas (con la misma salvedad que el anterior comentario sobre las encuestas) le sonríen. A punto tal que en su entorno repiten que si hay algún impaciente en Juntos por el Cambio que quiera empezar a trabajar para sucederlo o eventualmente enfrentarlo puede hacerlo. ¿Lo habrá?.
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