29 días de peleas. 29 días de retención de tareas quedaron en evidencia en Mar del Plata con basura acumulada en postales emblemáticas de la ciudad, falta de control en los centros comerciales, falta de controles de alcoholemia y la lista sigue. Y todo en medio de una temporada de verano en la que toda la ciudad tiene muchas expectativas.
Las secuelas no solo fue la mala publicidad que hicieron muchos medios nacionales, sino que este conflicto deja cada vez más en evidencia la grieta que existe en el gabinete de Carlos Arroyo.
En las últimas horas hubo una muestra contundente: mientras el municipio pedía la conciliación obligatoria para destrabar el conflicto, el propio intendente elaboraba un memorándum para detallar qué sanciones podían caberle a los empleados municipales que decidieran seguir con las medidas de fuerza.
“Algunos tratan de calmar las aguas y otros quieren dinamitar todo”, razonó un edil de Cambiemos, ante esta situación.
No es la primera vez que pasa, incluso con declaraciones del propio Arroyo, que llegó a decir que quería a los empleados municipales y valoraba el trabajo del sindicato, para luego amenazar con acciones judiciales por su postura.
Fajitas para la tregua legislativa
En medio de esas idas y venidas de los funcionarios del Ejecutivo, la semana pasada hubo una reunión importante de todos los concejales de Cambiemos. Se reunieron en la casa del vidalista Alejandro Carrancio y, cena mexicana mediante, comenzaron a hablar del trabajo a futuro.
En esa reunión, pese a las diferencias con las que vienen trabajando en el cuerpo legislativo, lograron establecer varios acuerdos de cara al futuro. Aquella noche, alrededor de los tacos y los nachos, el anfitrión planteó la necesidad de que toda la bancada acordara una línea concreta: sin ir en contra de los municipales, era necesario plantear que el conflicto le estaba haciendo mal a la ciudad. Y todos coincidieron en el análisis.
Esa misma noche se habló de la posibilidad de que el Ejecutivo volviera a pedir la conciliación obligatoria y de que la cartera labora hallara un vericueto legal para poder dictarla. Así, encontrarle una salida (temporal) a un conflicto que por la vía del diálogo por el momento no tuvo respuestas favorables.
Dos bombas en el aire
Ya casi a la hora del postre, mientras el anfitrión, los radicales, el concejal del Pro Guillermo Volponi y los arroyistas degustaban las frutillas se habló de otros dos temas, que quedaron flotando en el aire. Los dos son cambios o salidas que harán mucho ruido si se concretan.
Por un lado, en el arroyismo ya hicieron saber su hartazgo con ciertas actitudes del presidente del cuerpo legislativo Guillermo Sáenz Saralegui. Sin embargo, tienen dos cuestiones que se deben resolver. Una es quién podría reemplazarlo y la otra es analizar si puede ser más dañino desde una banca que desde la presidencia. ¿Y si se le encuentra otra salida?, preguntó alguno.
El otro movimiento del que se habló no es dentro del cuerpo legislativo. Y haría mucho más ruido. Entre los concejales la idea cayó muy en gracia porque el personaje no es para nada simpático, incluso entre aquellos que podrían suponerse aliados de él. Sin embargo, hubo una definición tajante: “No lo va a entregar”. Y allí quedó otra idea dando vueltas…
“Nos vamos”, pero volvieron
Después de la segunda reunión que se realizó en La Plata, los funcionarios del gobierno provincial ya tenían resuelto que se correrían de la negociación entre el municipio y el STM. “Lo intentamos, hicimos todo lo posible, pero nos encontramos con dos posturas inflexibles. No abandonamos a los marplatenses, pero en esta situación no podemos intervenir más”, señalaban fuentes del Ministerio de Trabajo provincial.
Quedaba, entonces, la alternativa de volver a pedir una conciliación obligatoria, cosa que el Ejecutivo hizo este lunes y fue dictada el martes. Es que más allá de la decisión tomada sobre fines de la semana anterior, el conflicto comenzó a cobrar cada vez mayor visibilidad y afectó la temporada en Mar del Plata.
Todos los medios nacionales que enviaron corresponsables a la ciudad para hacer las habituales notas de color habían comenzado el año con el trágico derrumbe del balcón en Punta Mogotes, la violación de la adolescente en el camping El Durazno y ahora el desmadre que exhibían los espacios públicos de Mar del Plata.
“La conciliación fue la salida elegante para todos, porque el conflicto además de traerle problemas al Ejecutivo ya comenzaba a traerle problemas al sindicato porque comenzaban a crecer las críticas de la gente”, señalaron fuentes consultadas por este medio.
¿Y el 17%?
Tras la reunión de este lunes, trascendió que el municipio había hecho una última oferta al STM para llegar a un acuerdo: elevar la propuesta de aumento del 14% al 17%. Sin embargo, cuando salieron los protagonistas no hicieron referencia a ese monto.
El secretario de Gobierno Alejandro Vicente dijo que trabajaban en una nueva propuesta, pero no dio detalles. Y el secretario general del STM, Antonio Gilardi, dijo que no escuchó una oferta del 17%. ¿No existió?
“La propuesta está. Pero como no se iba a resolver el conflicto se resolvió que no figure en el acta para no quemar una carta antes de tiempo”, contaron a este medio.
“Se había llegado a un callejón sin salida”
El diputado Guillermo Montenegro se refirió al conflicto con los trabajadores municipales y celebró que finalmente se haya acordado un impasse porque "era malo para todos”. “Se había llegado a un callejón sin salida. Estuve hablando con el ministro (Marcelo) Villegas y con la gobernadora todo el tiempo para intentar encontrar una solución a este conflicto que realmente nos perjudicó mucho a todos los marplatenses", opinó.
“Era muy malo para todos los marplatenses, un conflicto tan extendido, que perjudicaba a todos, a quienes hicieron un gran esfuerzo para recibir a los turistas en el verano, que sabemos que es un momento que muchos esperan, y también por el esfuerzo que hizo la Provincia, con las playas públicas, con las propuestas culturales de Acercarte, con el operativo Sol, para que quienes nos eligieron quieran volver”, dijo y pidió que haya voluntad “de ambas partes” para encontrar una solución definitiva a este conflicto.
“Es importante ir trabajando durante todo el año para que cuando llegue diciembre no nos encontremos con esta situación, y tampoco puede ser que siempre Provincia tenga que aparecer siempre para solucionar los problemas”, cerró.
¿Felices las dos?
Dentro de tanto conflicto, el intendente Carlos Arroyo resolvió incorporar a una nueva funcionaria a la gestión municipal. Se trata de la exdefensora del Pueblo y exgerenta de Empleo del Ministerio de Trabajo de la Nación, Mónica Felices.
La flamante funcionaria fue noticia meses atrás, tras ser protagonista de un siniestro vial fatal, donde murió una nena de 5 años.
Felices se sumará como directora coordinadora de la subsecretaría de Asuntos de la Comunidad, a cargo de Stella Maris Marinier. “Son dos personalidades muy fuertes, se van a matar”, anticipó un funcionario del gabinete.
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