Sin ningún acuerdo cerrado, el PRO reforzó el diálogo interno para unificar posiciones, evitar grietas y, desde allí, pensar en una alianza con La Libertad Avanza. Hay tres opciones: pacto entre partidos, saltos individuales o armados que contemplen los pesos de cada uno de los espacios en los distintos municipios.
Por
CARLA PELLIZA
El día que el PRO bonaerense juntó a sus dirigentes territoriales, Mauricio Macri salió a recorrer la provincia de Buenos Aires. Estuvo en Balcarce, ubicado en la quinta sección electoral, donde algunos referentes ya empujan el acuerdo con La Libertad Avanza. No será la única aparición del ex presidente que, como en la Capital Federal, está decidido a jugar en campaña.
El PRO provincial se reunió en la sede nacional de la calle Balcarce. El encuentro, como se especuló en la previa, no arrojó ningún avance concreto en la relación del partido con La Libertad Avanza, pero dejó en claro, también como se especuló en la previa, la predisposición de los macristas para llegar a un acuerdo que permita pensar en una victoria en tierras bonaerenses.
“Seguimos como estábamos. O sea, bien”, resumió un dirigente. Es que el objetivo del cónclave no fue tanto salir con una posición cerrada, sino evitar divisiones hacia adentro. Escuchar a los negociadores cabecera, conocer las conversaciones con eel gobierno, poner sobre la mesa las visiones de los intendentes con problemas de convivencia con los libertarios y pensar el mejor escenario posible de cara al 7 de septiembre.
Se trató de un paso más dentro de una etapa preliminar intra partido. Los amarillos empezaron a delinear, este martes, un probable acuerdo interno para empezar, desde ahí, a diagramar una alianza con los libertarios.
Es que en el PRO conviven distintos bandos. Por un lado, los que creen en la posibilidad de un acuerdo entre partidos, haciendo valer el peso territorial del macrismo y, por el otro, los que no descartan saltos individuales. “Hay diálogo pero no acuerdo”, describió otro de los presentes en la reunión amarilla.
La opción salvadora indicaría, entonces, acuerdos sectoriales, distintos niveles de acercamientos teniendo en cuenta el peso de cada espacio. Que donde haya un intendente amarillo, sea ese cacique y ese partido el que encabece y maneje el grueso de la lista, dejando mayor libertad para otras latitudes.
Más allá de las diferencias internas, los dirigentes convinieron profundizar los vínculos con La Libertad Avanza, pero también con otras fuerzas políticas con las que comparten un horizonte común. Allí entra la UCR, de gran presencia en los municipios del interior productivo. El partido centenario atraviesa, como los amarillos, divisiones internas y distintas formas de pensar las alianzas.
Frente a la amenaza de saltos individuales, hasta ahora el PRO parece haberse decidido por apostar a un acuerdo lo más abarcativo posible. Sin una unidad total, pensar en ganarle al peronismo cohesionado sería misión imposible.
La participación de los Macri – Jorge y Mauricio – puede ser clave. Los acuerdistas piensan que cualquier injerencia de ambos es capaz hacer detonar la posibilidad de acuerdo con los libertarios. Cuestionan que se encierren en su círculo más íntimo - muy criticado por considerarlo de poca altura, aunque lleno de gente simpática -, y los ubican como el factor determinante para definir si habrá fugas o no.
Hasta ahora, el PRO y La Libertad Avanza se reunieron y publicaron dos fotos para dejar en claro que ambos tienen el objetivo de lograr la síntesis pero, por el momento, sin nada en concreto. Como dijo Mauricio Macri, en coincidencia con el bando acuerdista, el gobierno aún no propuso nada.
Lejos están las discusiones de sellos y, aún más distante, la de nombres. No se puso sobre la mesa ningún detalle referido a si los amarillos mantendrán la identidad PRO o si sólo es posible, como desliza el sector libertario, una fusión.
“No hacemos alianzas para ganar elecciones, no lo hicimos nunca, no lo vamos a hacer ahora. En tal caso, habrá alianzas o sumaremos gente de PRO a las listas siempre y cuando las agendas se compartan”, dijo Manuel Adorni, vocero presidencial y candidato porteño, en una entrevista con La Nación.
Lo que pareciera claro, tanto para el gobierno como para el bando amarillo, es que la Casa Rosada quiere negociar con los que salen en las fotos: Cristian Ritondo, Diego Santilli y Guillermo Montenegro. Por esta razón, desde el PRO aseguran que, si Mauricio se mete en la discusión, el acuerdo probablemente no funcione.
El ex presidente quiere patear cualquier definición para después de las elecciones porteñas, su distrito cabecera, el que demostrará si el kirchnerismo es un peligro a combatir en unidad o el que dejará a uno de los dos partidos de derecha mejor posicionado para rechazar todo lo que el otro ofrezca.
La guerra entre el PRO y La Libertad Avanza parece haber bajado unos cuantos cambios en la Capital Federal. Como contó El Destape hace diez días, el macrismo esperaba que el gobierno cambiara el ataque para enfocarlo a Unión por la Patria, dado que al votante compartido no le seduce una pelea entre proyectos muy similares. Si los dardos en Capital Federal se calman, puede que haya más chances de lograr un mejor pacto en provincia.
En la reunión de este martes, el PRO bonaerense decidió convocar a un evento con todos los concejales de la provincia, alrededor de 300, para las próximas semanas. También se acordó sostener la posición en contra de las reelecciones indefinidas de los intendentes.
Del evento participaron Ritondo, Santilli, Montenegro, Soledad Martínez (Vicente López), Pablo Petrecca (Junín), Javier Martínez (Pergamino), María José Gentile (9 de Julio), Ramón Lanús (San Isidro), Sebastián Abella (Campana), Marcelo Matzkin (Zárate), Diego Reyes (Puan), Juan Ibarguren (Pinamar), Fernando Bouvier (Arrecifes), Jorge Etcheverry (Lobos), Lisandro Matzkin (Pringles), y los legisladores Matias Ranzini, Adrian Urrelli, Agustin Forcchieri, Cristian Gribaudo, Alejandro Rabinovich. También estuvo Nestor Grindetti, de manera virtual.
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