Cada año entre 1.300 y 1.400 niños son diagnosticados con cáncer. El tipo de cáncer más común en los niños es la leucemia linfoblástica aguda.
Cada año, entre 1.300 y 1.400 niños son diagnosticados con cáncer en la Argentina. Pero, afortunadamente, con un diagnóstico precoz, casi el 80% de los casos se curan y tienen un buen pronóstico de sobrevida. En el Hospital Garrahan se trata un tercio de los casos de cáncer infantil que se producen en el país. La leucemia es el tipo más común, seguido por los tumores del sistema nervioso central, y los linfomas de Hodgkin y no Hodgkin.
El cáncer pediátrico no es prevenible, pero se puede detectar oportunamente, lo que aumenta la oportunidad de curación. En los últimos años se han registrado avances muy importantes en el tratamiento, como la introducción de la radioterapia y la quimioterapia, así como la creación de nuevos protocolos clínicos controlados y pautas más adecuadas para cada neoplasia y para cada paciente.
El tipo de cáncer más común en los niños, la leucemia linfoblástica aguda, era considerada fatal hasta hace 30 años. Hoy, su tasa de sobrevida a cinco años supera el 70%, lo que implica que la mayoría de los pacientes puede curarse.
En Argentina, en 2000 se creó el Registro Oncopediátrico Hospitalario Argentino para conocer la incidencia del cáncer infantil. Según este registro, cada año se diagnostican 1.300 nuevos casos en menores de 15 años. Hay trabajos que muestran que también en el país se ha logrado reducir la mortalidad en el primer año de diagnóstico, cuando hay mayor riesgo de infecciones y sangrados.
“En 2000, de los 1.300 chicos que empezaron el tratamiento en el primer año se morían 260. En 2012 fallecieron 130. Es decir, se redujo 50% la mortalidad por cáncer infantil en el primer año tras el diagnóstico”, le explicó a Perfil Marcelo Scopinaro, presidente del Consejo de Administración del Hospital Garrahan.
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