El juez de faltas Ricardo Germani firmó hoy el oficio por el cual representantes del gobierno provincial fueron autorizados a retirar las 51 bicicletas y las 1.000 cajas con pandulces secuestradas el jueves pasado en un local del barrio Noroeste y que derivó en un recalentamiento de la interna peronista de la ciudad.

   Germani intervino en el caso luego de que desde el área de Fiscalización de la Municipalidad retiraran las bicicletas y los panes dulces porque el lugar no estaba habilitado para tal fin y porque la mercadería no tenía ningún remito y era perecedera, según dijo el responsable del área, Gustavo Altuna.

   “La actuación de los inspectores fue correcta”, señaló Germani.

  Tras las acusaciones de los concejales del sciolismo sobre que el operativo tenía un tinte político debido a que las bicicletas y los panes dulces se estaban acopiando para ser repartidos por el gobierno provincial con motivo de las Fiestas de fin de año, Germani dijo que “los inspectores no evalúan derechos o si la situación es punible, ellos se encuentran con una situación objetiva, requieren permisos que justifiquen que cierta mercadería este en ese lugar y cuando eso no está se inicia el sumario contravencional”.

   Agregó que en el predio de Chancay y Santa Cruz, “los inspectores comprobaron que había alimentos perecederos y que no había permisos para tenerlos. Se realizaba una actividad que no corresponde al lugar”.

   Sobre por qué se secuestraron las bicicletas, el juez dijo que fue debido a que “no es frecuente que se acopie semejante cantidad de bicicletas nuevas en un cuartel de bomberos. No se pudo acreditar el origen. La Municipalidad hace un secuestro preventivo”.

   Acerca del origen de la denuncia que desde la Municipalidad dijeron que provenía de vecinos y que desde el sciolismo pusieron en duda, Germani manifestó que “no es relevante el origen de la denuncia si después se comprueba lo que fue denunciado”.

Para la concejala Espina, fue una movida "política"

   Por su parte, la concejala del Frente para la Victoria, Soledad Espina, dijo a La Nueva. que lo ocurrido con el secuestro de la mercadería y las bicicletas fue un acción “netamente política” y “una vergüenza” que solo sirvió “para perjudicar a la gente”.

   “Las bicis están bastante abolladas. Y no sé por qué les sacaron el sticker con el nombre de cada chico [que iba a recibir una]. No tienen ningún signo político”, agregó Espina, aunque las bicicletas están pintadas de anaranjado, el color elegido para la campaña presidencial de Daniel Scioli.