La ministra de Industria advierte que "quienes se focalizan nada más que en la devaluación como herramienta para solucionar supuestos problemas se equivocan" porque "claramente la devaluación es una llamarada que quema el salario y apaga al mercado interno".

Periodista: ¿Cuál es el balance que hace de la industria en estos 12 años de gobierno del FpV?

Débora Giorgi: Realmente hemos tenido el crecimiento industrial más fuerte desde el año 1900. Desde 2003 a 2014, el producto bruto industrial casi se duplicó, con un crecimiento del 92%, tenemos una participación de la industria en el PBI del 19,5%; en Brasil ese número es del 10,8%.

P.: ¿Qué opina de las propuestas sobre la necesidad de devaluar?

D.G.: Pienso dos cosas: que son burros y no leyeron, o que son funcionales a los intereses que siempre quisieron, que el mercado de los argentinos fuera tomado por terceros. En un contexto internacional tremendamente complejo, con los BRICS afectados y devaluaciones competitivas, quienes se focalizan nada más que en el aspecto de la devaluación competitiva, o sea la devaluación como herramienta para solucionar supuestos problemas, se equivocan. Claramente la devaluación es una llamarada que quema el salario y apaga al mercado interno, y provoca que comience nuevamente la historia que ya vimos en los 90, y en ese contexto no hay exportación que valga, salvo la exportación primaria que tiene poco uso de mano de obra.

P.: ¿Argentina debe enfocarse en la agro-industria o puede ser competitiva en otros sectores? 

D.G.: Desde el primer día dejamos atrás la dicotomía entre campo e industria. Es campo más industria. Tenemos un valor agregado por trabajador por hectárea de u$s 14 mil en todo lo que es producto primario, el BRICS que más se nos acerca es Rusia con poco más de u$s 9 mil. Hoy le estamos dando de comer a 400 millones de habitantes, y tenemos la capacidad hacia 2020 de 600 millones. Ahora, eso no invalida una Argentina fuerte que hacia 2017 o 2018 se convierta en un hub productor de pick-up para toda Latinoamérica y con proyectos para Estados Unidos. Vamos a tener la capacidad de poder hacer 400 mil camionetas, de las cuales el 70% se exportan. 

P.: ¿Cómo se organizó el III Congreso Federal de Industria en El Calafate realizado en 2012?

D.G.: Se realizó por iniciativa de la OMPI (Organización Mundial de la Propiedad Intelectual), que tiene una relación muy fluida con el INPI (Instituto Nacional de Propiedad Industrial), que depende de mi ministerio. La OMPI lo que propuso fue difundir pero con una impronta de llegar con el mensaje a toda la Argentina. De esta forma convocó a cada uno de los ministros de las provincias y les propuso este seminario. La OMPI directamente mandó la invitación a cada uno de los ministros haciéndose cargo de los pasajes y la estadía. Y eligió hacerlo en El Calafate y en el hotel Los Altos de Calafate. 

P.: ¿De dónde surge la factura de $ 25.200 que la administradora del hotel hizo a nombre del Ministerio de Industria?

D.G.: En el marco del seminario, nosotros como Ministerio de Industria hicimos un almuerzo como consta en el expediente de la Oficina Anticorrupción (OA) que respondimos en marzo de 2014, donde hubo un pedido de retiro del secretario de la Sepyme, Horacio Roura, de $ 30 mil pesos, el almuerzo y pequeños gastos costaron $ 26.660 y se devolvieron los $ 3.340. Este almuerzo tenía un doble sentido: en parte una cuestión de cortesía, pero también cumplir con el mandato que tengo por ley de reunir dos veces por año, y en realidad lo hago cuatro veces por año, a todos los ministros de la producción en el Consejo Federal de Industria. Esta situación está perfectamente explicada desde marzo de 2014, 

P.: ¿Por qué cree que aparece ahora este tema?

D.G.: Una vez que se presentó el informe a la OA desde esa fecha no tuve novedades hasta que la señora (Margarita) Stolbizer empezó el viernes con unos comunicados, sinceramente con planteos descabellados sin ningún carácter probatorio. Y luego la dimensión de lo que fue la tapa de Clarín, que nuevamente miente. Sinceramente da una mezcla de pena y fastidio que una señora grande como Stolbizer, que realmente tiene años en la política, con una trayectoria, se transforme en una denunciadora serial, con argumentos disparatados.

Entrevista de Guillermo Gammacurta