La devaluación de Brasil encendió alarmas por la competitividad

La devaluación de Brasil encendió alarmas por la competitividad

El tipo de cambio real quedó por debajo del nivel del 9 de diciembre

 

 

Por Mariano Cuparo Ortiz

 

 

La devaluación en Brasil aceleró un poco más el atraso cambiario y las complicaciones en materia de competitividad para la economía argentina. La suba del dólar en comparación con el real fue del 3,1% entre el miércoles y el jueves y de esa forma el tipo de cambio del principal socio comercial llegó a los R$6 por dólar. Para la Argentina, el tipo de cambio real ya cayó a niveles inferiores a los del 9 de diciembre o incluso peores, lo que complica a unas cuentas externas que llevan cuatro meses consecutivos en rojo.

El director de la consultora Analytica, Claudio Caprarulo, afirmó: "La mayor depreciación del Real muestra la vulnerabilidad de un régimen de tipo cambio semi flexible. Al no adaptarse el tipo de cambio a la reacción del resto de las monedas frente al dólar se profundiza la pérdida de competitividad cambiaria y con ello se dificulta aún más restablecer el necesario balance en la cuenta corriente en una economía que sigue sin acceso al financiamiento internacional y tiene altos compromisos de deuda".

El BCRA publica todos los días la evolución del Índice del Tipo de Cambio Real Multilateral (ITCRM). Es un buen indicador de la competitividad de la economía local: cuanto más baja, más barato es importar e irse al exterior de viaje, complicando la balanza externa. Este jueves cayó a los 80,2 puntos. El nivel más bajo desde el 9 de diciembre del 2023, justo antes de la asunción del presidente Javier Milei, cuando había llegado a 80,4 puntos. El día después, 10 de diciembre había caído hasta los 79,8 puntos. El 13 de diciembre, tras la megadevaluación, había saltado hasta los 161,3 puntos.

Aquella inyección de competitividad permitió que el Gobierno acumulara entre diciembre y mayo seis meses consecutivos de superávits gemelos por un total, gracias también a la otra pata, el equilibrio fiscal, que a la vez motorizó una fuerte recesión. El positivo en el frente externo, la cuenta corriente cambiaria, generó ingresos por USD12.123 millones en total en esos seis meses.

El crawling peg del 2% mensual, con una inflación siempre por encima de ese nivel, sin embargo, fue deteriorando esa fuerte competitividad y desde junio el Gobierno acumuló cuatro meses de rojo sostenido de cuenta corriente, entre junio y septiembre, por un total de USD3.860 millones. Se achicó fuerte el superávit de bienes y se agrandó el rojo de turismo, al que se sumaron los intereses de la deuda. Este viernes el BCRA publicará el resultado cambiario de octubre, en el que el Indec ya mostró que hubo un boom de importaciones de consumo.

El ITCR bilateral con Brasil, por cierto el más importante de todos ya que se trata del principal socio comercial, ya está en su peor momento. Bien por debajo del piso más bajo que alcanzó el 12 de diciembre, a dos días de la asunción de Milei. Este jueves cayó a los 73,8 puntos y en aquel entonces había llegado a 75,5 puntos (y 81,4 puntos el día de la asunción). De hecho, la apreciación del peso respecto al real no había sido tan pronunciada desde diciembre del 2015, justo un día antes de la devaluación propiciada por Cambiemos, el gobierno entrante en aquel entonces.

Se vienen las vacaciones de verano y el turismo hacia Brasil promete unos meses de rojo histórico en la cuenta corriente externa. Esos serán dólares que se irán por la cuenta servicios y que la consultora Epyca cuantificó en un potencial de USD3.000 millones. La expectativa oficial es que la cuenta financiera, con desembolsos del FMI, cubra ese gap a lo largo de todo el 2025, hasta que despunten los dólares del RIGI y Vaca Muerta

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