La renegociación de la deuda pública con los bonistas ingresa en una semana clave. Aún está en duda cuántos acreedores se sumarán a la propuesta.
La negociación por la reestructuración de la deuda entró en una nueva semana crucial, teniendo en cuenta que, en principio, el canje que propone el Gobierno cierra el 4 de agosto, pero en el mercado local se estima que pese la importante mejora ofrecida por el Ejecutivo en su última propuesta, aún persisten grandes dudas acerca del grado de adhesión que pueda conseguir el Poder Ejecutivo.
El consultor del mercado, Christian Buteler, estimó que las diferencias económicas que persisten en la negociación son bajas con respecto a la reestructruración global.
"La diferencia en monto es como máximo unos tres mil millones de dólares en 10 años, con lo cual, la cifra no es tan terrible como para no acordar, aunque aún así no va a ser fácil llegar a los porcentajes requeridos como exitosos", puntualizó Buteler a PERFIL.
En realidad, en esta oportunidad, el Gobierno necesita llegar a un nivel de adhesión del 66 por ciento en la reestructuración de los bonos emitidos durante la gestión de Mauricio Macri y del 85% en los títulos reestructurados por el kirchnerismo en 2005 y 2010.
Si no se llega a esos porcentajes, la Argentina no está a salvo de la acción colectiva, por lo cual, podría proliferar demandas judiciales en los Estados Unidos contra la Argentina por default o incumplimiento.
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El punto central que consideran en el mercado es que a diferencia de la etapa del juicio que iniciaron los fondos buitres durante la anterior gestión del kircherismo, ahora la justicia estadounidense tendría tiempos bastante más rápidos de lo que fue en aquel entonces con el fallecido juez de Nueva York, Thomas Griesa.
La diferencia entre el Gobierno y tres de los grandes grupos de acreedores, entre los cuales se encuentra el poderoso BlackRock, se concentra en el valor de la lámina de los nuevos bonos, la cual se achicó a unos tres dólares por cada 100.
Pese a que parece muy exigua, la dificultad para acordar todavía persiste. En ese sentido, el economista Luis Secco consideró que el Gobierno y los acreedores "están más cerca que nunca" de llegar a un acuerdo por la deuda, por lo cual afirmó que "sería un despropósito" no lograrlo.
Y a la vez aclaró que el Poder Ejecutivo "está bastante firme en su posición de no mejorar la oferta, así que estimo que esta será una semana compleja". "Transitamos una negociación muy larga y todavía no estamos seguros que las negociaciones concluyan el 4 de agosto, como fijó el Gobierno", señaló Secco, en declaraciones al programa "Ruleta rusa", por FM Rock and Pop.
Por su parte, el empresario y dirigente de la Unión Industrial Argentina (UIA), José Urtubey aseguró, en declaraciones radiales, que la oferta del Gobierno a los acreedores "es razonable", y destacó el apoyo del Grupo de los Seis a la propuesta oficial.
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"El apoyo del Grupo de los Seis es a la postura argentina, que es razonable. Creemos que es importante sostener la postura argentina desde la economía real", enfatizó el empresario.
El viernes 24, las entidades empresarias que integran el Grupo de los Seis emitieron un comunicado en el que instó a los acreedores a cooperar "con un esfuerzo final" para lograr la reestructuración de la deuda de una forma "consensuada".
"Argentina consolidó una propuesta que compatibiliza las posibilidades de crecimiento con el cumplimiento de las obligaciones contraídas, además de reducir las erogaciones futuras", destacó ese Grupo, conformado por la Unión Industrial (UIA), la Sociedad Rural, las Cámaras de Comercio y de la Construcción, la Bolsa de Comercio y la Asociación de Bancos Privados de Capital Argentino.
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