De total, 31 millones son de la deuda impositiva que mantiene con los Estados nacional y provincial. Otros 20 millones corresponden a proveedores; entre ellos los tamberos asociados a la Cooperativa, y a los empleados.
El 9 de diciembre del año pasado la Cooperativa Tambera presentó en el Juzgado Civil y Comercial Nº 1 a cargo del doctor Víctor Arakaki, secretaría del doctor Ricardo Mudrovici, la apertura del concurso preventivo para poder congelar su pasivo y evitar acciones legales de sus acreedores.
El concurso preventivo es un mecanismo legal que permite a una empresa con problemas financieros y abultadas deudas, hacer una convocatoria a todos sus proveedores para negociar la modalidad de pago de esa deuda, congelar los intereses y paralizar todas las acciones judiciales individuales de sus acreedores públicos y privados.
Con esta acción, Cotagú logró parar el pedido de remate de la Administración Tributaria de Entre Ríos (ATER) que mediante edicto judicial publicado en octubre del año pasado por el Juzgado en los Civil y Comercial N° 1, había dado curso al pedido de remate de la ATER para cobrase una deuda impositiva de 180 mil pesos, que la empresa láctea tiene de años con el organismo provincial.
La propiedad que se iba a rematar, comprende 797 m2 limitando al norte con calle Buenos Aires, al Este con la carpintería que se encuentra sobre Av. Rocamora y era la antigua entrada a la Sociedad Rural a principios del siglo XX. Al sur con el lote 4 de la Cooperativa Arrocera y al oeste con la finca de Horacio Bachello. Ese sector es empleado para la carga y descarga de camiones además de encontrarse el lavadero de los camiones cisternas que transportan la leche de los tambos hasta la usina láctea.
Una vez abierto el concurso en el Juzgado Civil y Comercial Nª 1, determinó que la deuda con los acreedores de Cotagú supera los 51 millones de pesos entre más de 115 acreedores públicos y privados.
La firma tendrá tiempo hasta el 15 de octubre para proponer la forma de pago con cada uno de sus acreedores.
Entre ellos están los 46 empleados cuya deuda total es de 2.550.000 pesos en cuanto al pasivo de salarios adeudados, según consta en el expediente del concurso preventivo. En esta cuenta no está valuada la indemnización porque la relación laboral aún prosigue, debido a que la planta láctea aún está en producción.
De acuerdo a lo que el diario El Argentino puedo saber, el martes el Síndico del concurso preventivo, que está representado por el contador Horacio Luribay, mantuvo una reunión con todo el equipo directivo de la Cooperativa. Hay mucha preocupación en el Síndico porque desde que se abrió el concurso, la empresa de la economía social no logró aún revertir su déficit, y el mismo Síndico prepara un informe económico, para ser presentando ante el Juzgado en el transcurso de este mes.
Revertir el déficit y cumplir con los plazos judiciales para llegar a un acuerdo con los acreedores antes del 15 de octubre y así evitar el remate de la propiedad, será muy difícil si Cotagú no llega a una cuota productiva de 70 mil litros de leche diarios, es decir que debe procesar 40 mil litros día más, a lo que está elaborando en la actualidad.
Conseguir ese volumen en una cuenca lechera en donde compiten por esa materia prima las grandes empresas lácteas del país, será difícil.
Una esperanza se abrió la semana pasada cuando la empresa láctea la Sibila en Nogoyá, anunció que dejaría de procesar 150 mil litros de leche diarios, con destino a la producción de leche en polvo. Pero para poder captar parte de esa materia prima disponible en el marcado, Cotagú necesita de dinero contante y sonante que hoy no lo tiene.
Los números en la lechería, son muy finos, y los plazos de pagos de la usina láctea no pueden estirarse tanto, si se quiere garantizar la sustentabilidad de los pequeños y medianos tamberos, de lo contrario éstos buscarán vender su leche a otra empresa láctea.
Del monto de 51 millones de pesos, 31 millones corresponde a la deuda impositiva que mantiene la Tambera con el Estado nacional y provincial, otros 20 millones corresponden a proveedores y a los tamberos –la mayoría de Aldea San Antonio- que pese a ser pequeños tambos, ante el Síndico mostraron su voluntad de contribuir a que Cotagú no quiebre, su propiedad pase a ser rematada y 46 empleados queden en la calle.
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