La consultora Reale Dalla Torre lanzará a principios de año una medición decisiva para que el oficialismo elija a su competidor en las elecciones. Es la encuestadora a la que más miran en Cambia Mendoza, pero se cotejará con otros números. Los intendentes preparan las suyas, y la mirada también apunta hacia Petri, De Marchi y el PJ
Por Julián Imazio
Cincuenta días. Ese es el tiempo que falta para que Realle Dalla Torre, la consultora a la que más mira la mesa chica del Gobierno, lance su próxima encuesta. Tal vez, la última antes de que se defina quién será el candidato oficialista para las elecciones 2023, que depende en gran medida de Suarez y Cornejo. En el medio, se van perfilando estrategias y nuevas alianzas dentro del frente y también se aguardan los números de otras firmas, que surgirán casi en simultáneo. Esos datos servirán para cotejar, apuntalar y también contradecir a las “cifras oficiales”.
En Cambia Mendoza los nombres son seis: por un lado están Cornejo y los tres intendentes (Suarez, Orozco y García Zalazar), y por el otro, el radical díscolo Luis Petri y el líder indiscutido del PRO, Omar De Marchi. Mientras los primeros juegan su propia interna -con tintes amistosos, porque los caciques están dispuestos a bajarse si el sancarlino decide volver-, los que están por afuera no tienen ninguna intención de abandonar. Por más regresos que haya.
Por eso la expectativa crece. El hecho de que los dos hombres que han gobernado Mendoza desde 2015 tengan tal poder de decisión, dota a su vez de fuerza a los guarismos que vaya a hacer Martha Reale. Los torna casi definitivos. Y la mujer de confianza para el núcleo oficialista ya dispuso que esa tarea se haga recién después de la segunda quincena de enero de 2023. El tiempo no acompaña, y como se sabe, el adelantamiento de la votación en las comunas que conduce el peronismo también ayuda a acelerar todo. Para las elecciones anteriores, Cornejo presentó al Suarez candidato muy tempranamente: la primera semana de febrero.
El estudio se abocará a los ejes ya conocidos y, sobre todo, a preguntarse si las tendencias que fueron más o menos invariables durante 2022 se mantienen iguales. La coyuntura y lo que pase en el país, especialmente en términos económicos, también jugará su partido, desafiando a la gestión. Por ejemplo, el Gobierno sabe que, dentro de las fluctuaciones normales, en 2022 tuvo una de sus peores bajas de popularidad -entre 3 y 4 puntos- mientras duró el agudo conflicto con los gremios. El candidato ya ungido podría tener que lidiar con esos problemas en plena campaña, ya que los meses venideros anuncian pujas similares. Aunque -esperan- sin saltos inflacionarios que obliguen a adelantar revisiones.
Por supuesto, esta última encuesta no será lo único que defina al candidato. Por un lado hay que señalar las decisiones personalísimas de Cornejo y Suarez -mencionadas antes-, a las que el gobernador dijo hace poco que se les agregará la postura de otros nombres fuertes dentro de la coalición. Es decir, habría una mesa de dirigentes que también tendría poder para designar. Entre ellos nombran a Julio Cobos, con quien la relación dista muchísimo de ser la mejor, y al vice Mario Abed; además de un puñado de intendentes y algún que otro legislador -entre los que algunos imaginan a Martín Kerchner y a Andrés Lombardi-. No está confirmado que esa mesa vaya a existir, ni tampoco cuánta incidencia pueda tener finalmente.
Por otro lado, también están las otras consultoras con las que cotejarán los números de Reale. Los propios intendentes con aspiraciones ya preparan las que arrojarán sobre el mesón del debate -las que más los favorezcan, obvio- y también Cornejo y Suarez harían, como aseguran que suele hacerse, una lectura de datos complementarios. Según contaron distintas fuentes a UNO, ahí aparecería lo que midan Sociolítica, de Roberto Stahringer; algunas de Buenos Aires, y el aporte siempre tenido en cuenta de Elbio Rodríguez.
La interna de los líderes territoriales
Hasta acá, en los últimos relevamientos que ha hecho RDT (tanto los que se publicaron como los que se mantuvieron secretos), Ulpiano Suarez se queda con el ansiado tercer lugar. Por momentos, incluso sacándole un buen puñado de puntos a sus rivales. Ese espacio es anhelado porque, si bien llega después de Suarez y Cornejo, se sabe que el primero no puede presentarse y el segundo podría decidir no hacerlo. Si eso ocurre, el tercero pasará a ser el número uno. En calle 9 de julio al 500 lo saben.
Sus competidores relativizan esos números. Ocurre en Godoy Cruz y en Las Heras, puntualmente. Ahí, ambos jefes territoriales sostienen sus chances y esperan a que Suarez se arroje de una vez por todas a la reelección en Capital. Orozco se ampara en sus propios datos y su sector también planea medir en los próximos meses. La intención es salir la primera semana de febrero y hacerlo con una consultora nacional -según supo este diario, una firma con la que no habían trabajado hasta el momento-. De hecho habían pensado en hacerla a través de Elbio Rodríguez, pero eso se desestimó en los últimos días.
La última encuesta que tienen -propia- en la municipalidad es la que se hizo mientras el asesor mexicano Galo Limón estuvo de visita por Mendoza -ahora es el propio Daniel Orozco quien viajó al país azteca-. Esos números, que planean tener listos antes de que se tome la gran decisión, servirán para apuntalar una idea que vienen empujando desde hace tiempo dentro del frente: que no sean las cifras de Martha Reale las que más peso tengan, y que se evalúe con mayor atención otros guarismos. Los suyos, por ejemplo.
Por el lado de Luis Petri, algunas de las que le han dado más margen de victoria fueron Isonomía, dirigida por el profesor en marketing político Juan Germanó, y DC Consultores, del platense Aníbal Urios, quien casi bimensualmente le toma el pulso a la opinión pública mendocina. Los primeros están a punto de lanzar una nueva medición, mientras que los segundos -que han llegado a confirmar 32% de apoyo para Petri, poniéndolo apenas detrás de Cornejo-, no tienen pensado relevar en los meses de verano.
De todos modos, su plan aparece complejo. Este miércoles revalidó en Canal Siete que está dispuesto a competir en las primarias contra Alfredo Cornejo o contra quien sea el (otro) candidato del partido, y eso trajo una respuesta prácticamente inmediata: el congreso partidario de este sábado terminó con una definición que puede leerse, casi, como dedicada al ex diputado: irán a las PASO con un único candidato, que surgiría del consenso interno.
De Marchi, la amenaza para la UCR
Para la última encuesta de Poliarquía, que se conoció recién este viernes, Cornejo es el dirigente con mayor imagen positiva de la provincia; pero Omar De Marchi aparece inmediatamente después, en segundo lugar. La información es incómoda para la UCR, porque saben que la interna contra él está casi asegurada en una PASO, y suelen medirlo con bastante celo –no sólo en cuanto a números, sino también con la mira puesta en sus acciones-. Incluso contaron para esta nota cómo quedaron aguardando un lanzamiento oficial que –se presumía- iba a hacerse en noviembre.
Como se narró en distintos medios durante el fin de semana, en calle Alem algunos le bajaron el precio a los números de esa encuesta y dijeron que están "direccionados" a favor del lujanino y de sus intereses. Esa postura no es homogénea entre los correligionarios: hay dirigentes de peso que la convalidan. “Conozco a Catterberg y nunca haría algo que no fuera serio. En todo caso, habrá un margen de error, pero yo sí creo que esos son los números”, dijo a UNO uno de los radicales que tienen todas las fichas puestas en 2023. La referencia es a Alejandro Catterberg, el director de Poliarquía.
Está claro que el diputado nacional sigue bien posicionado. Sin embargo -ya analizando varios meses hacia el futuro- hay un pronóstico que le juega en contra: en teoría, las elecciones departamentales en 12 de las 13 comunas oficialistas, van a tener en la misma “tira” (recordemos que el año que viene será una larga columna, dentro de la boleta única) al candidato radical a la gobernación, que figurará junto a quien se presente para ganar cada municipio. A De Marchi, esto sólo le convendría en Luján, donde tanto su figura, como la de Sebastián Bragagnolo, tienen buena imagen –superior a cualquiera, al parecer-.
En todas las otras, le costaría traccionar con los candidatos del PRO a las intendencias, ya que suelen ser menos conocidos que los de la Unión Cívica Radical, que además, en algunos casos podría tener jefes comunales buscando la reelección. Todo esto es a priori, claro; y siempre recordando que el sistema permite marcar los casilleros que uno desee, apostando por distintas fuerzas en un mismo voto. Rememorar esto no está de más, porque la docencia para enseñarle al ciudadano cómo se vota con el nuevo formato todavía no comienza.
¿Y contra quién?
Hay un dato que puede surgir de esta famosa "gran encuesta" y en las otras aledañas que les disgusta a ciertos aspirantes. Sería que, para los números fríos, quede establecido que la holgura de una posible victoria ante el Partido Justicialista sea demasiado amplia. Tanto, que cualquiera de los nombres que están en danza aparezca como un posible y asegurado ganador. Por supuesto, eso no le restaría total importancia a ser el que mida más -porque no sólo hay que pensar en la gobernación, sino en todos los lugares disponibles en el ámbito legislativo- pero sí abre un panorama distinto para los no tan bendecidos por las cifras.
En ese sentido, cuando la cúpula piensa en la competencia, no sólo focaliza en los opositores, sino -y por momentos preeminentemente- en la mencionada interna contra el PRO de De Marchi. Es una preocupación casi central. Por su parte, el peronismo también saldrá a artillar las puertas de las casas y los teléfonos con sus encuestas. Hasta el momento no han publicado ninguna de las propias y según las de Reale Dalla Torre -sin perder de vista su filiación con el Gobierno- al espacio que Anabel Fernández Sagasti legará este miércoles a Flor Destéfanis, el techo no le sube del 30%. Número reservado, además, sólo para algunos nombres propios en particular, mientras que para otros, la cifra ronda más bien el 22%.
Por fuera de los dos espacios que han gobernado Mendoza desde la vuelta de la democracia (cinco gobernadores cada uno), no aparecen grandes posibilidades. La tercera fuerza tarda en consolidarse, y es probable que a ese lugar -que en las últimas ejecutivas fue para José Luis Ramón- se lo terminen disputando entre el Partido Verde y una coalición liberal, como la que podría estar en ciernes con el Partido Demócrata como base.
Los "gansos" tienen nuevo presidente: Armando Magistretti y siguen analizando cómo capitalizar la imagen de Javier Milei, quien mantiene con firmeza sus intenciones de ser presidente, y de lograrlo a través de una fuerza que contenga a los de calle Sarmiento. Junto a ellos aparece el Partido Libertario, que aún pelea para que la Justicia les otorgue la personería definitiva en Mendoza. Necesitan 1.400 fichas de afiliación más que todavía no consiguen.
Según Poliarquía, La Libertad Avanza y sus socios locales están rondando un 10% de adhesión entre los votantes de la provincia, mientras que los Verdes, cuyo más probable candidato a la gobernación es Mario Vadillo -aunque también se muestra con intenciones el ambientalista Eduardo Sosa-, no superarían el 7%. Al frente conservador que muchos imaginan compitiendo el año que viene, ya se han acercado dirigentes como Carlos Ianizzotto, y están en conversaciones con el Partido de los Jubilados. Todo va de a poco, pero va.
Estamos en la primera semana de diciembre. Dentro de exactamente un año, la peatonal se va a ir colmando de vallas y se dispondrán los espacios, previendo el acto de asunción oficial. A la explanada de Casa de Gobierno comenzarán a llegar los gruesos cables de los equipos de sonido, y se armarán los sistemas de luces destinados a enfocar el cambio de mando.
En los alrededores aparecerán, al principio tímidas, las primeras banderas y las primeras guirnaldas.
¿De qué colores serán? Con un poco de tiempo, y con encuestas de por medio, se sabrá la respuesta.
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