Ayer venció el plazo para la presentación de listas de candidatos para los comicios provinciales. La sede de la JEP de calle Mendoza 1.050 era un “hormiguero” de apoderados partidarios. Tanto Manzur como Cano apuestan por el sistema de “acoples”; el oficialista duplicaría al radical en cantidad de colectoras. Son 503 agrupaciones las que estaban en condiciones de elevar candidatos para la elección.
Autos en doble fila. Un pequeño gentío en la entrada. La mayoría ojerosos, con los teléfonos celulares pegados a las orejas o llenando papeles sobre la vereda. Y adentro, carpetas sobre sillas. Carpetas sobre mesas y más carpetas en el piso. La prisa y el bullicio colmaron ayer el ambiente del local alquilado por la Junta Electoral Provincial (JEP) para los comicios del 23 de agosto. Ocurre que anoche venció el plazo para que se presenten los acoples y los candidatos. En el primer piso del edificio de Mendoza 1.050, apoderados, funcionarios y candidatos opositores y oficialistas se mezclaron para cumplir con el trámite. Exactamente 503 partidos provinciales, municipales y comunales (los que informaron a la JEP que celebraron internas) tenían que acercar sus nóminas.
A poco del cierre, de acuerdo con uno de los secretarios del organismo, Alfredo Iramain, sólo el 70% había completado el requerimiento para participar de la contienda. Se esperaba, sin embargo, que durante la última hora se agolparan las agrupaciones restantes.
“Sala de espera”
Los dirigentes debían retirar un número y esperar a que los empleados -unos 60 cumpliendo diversas tareas- los llamaran. En la “sala de espera” podía verse ayer a la coapoderada del Frente para la Victoria (FpV), Ana Escobedo, revisando unas cajas gordas con documentación; al ex presidente del socialismo Oscar Gramajo sentado y esperando; a los camporistas Federico Casinelli y Gastón Robles ir y venir; al enviado del macrismo Roberto Ávila cargado con dos bolsas amarillas repletas de papeles y al apoderado del Acuerdo para el Bicentenario (ApB), Daniel Ponce, atendiendo llamados incesantemente. Una vez que eran convocados a los mesones que oficiaron de mostrador, los apoderados debían exhibir documentación del partido y las fotocopias de los DNI, la aceptación del cargo y la declaración jurada de los candidatos.
“Ahora chequeamos y cargamos los nombres en una base de datos. Hasta el lunes se pueden impugnar y de ahí, vamos a publicitar las nóminas”, explicó Iramain mientras supervisaba el trabajo. Cerca de él, sobre una mesa había una veintena de cajas donde se ordenaban las postulantes por ciudad. “¡Son sólo algunas!”, advirtió entre risas.
En el salón, políticos seguían de cerca los pasos de algunos apoderados. Por lo bajo, recordaron que en años anteriores hubo algunos de pequeños partidos que se pasaron “de bando” minutos antes de la inscripción. Otros, se quejaban del sistema de acoples, que propició la proliferación de partidos. “Es perverso, no beneficia a la transparencia”, renegó Ponce, que lleva al menos cuatro procesos como apoderado del radicalismo y de frentes opositores. “Uno va adquiriendo gimnasia, ya sabe qué información debe tener”, manifestó. Alvaro Contreras, el amayista coapoderado del ApB, también masculló una queja: “desvirtúan la democracia. Hacen de la política una profesión y no una vocación”. Ambos coincidieron en que la tarea de reunir la información es ardua y que siempre hay imprevistos.
“En general, hay inconvenientes con las fotocopias de DNI o con algunos datos”, consignó Iramaín. Ponce aseguró, por ejemplo, que fue dificultoso reunir las constancias de educación de los postulantes a comisionado comunal.
“Muchos estamos sin dormir. Nos lleva como un mes preparar todos los papeles. Por cada lista a concejal, por ejemplo, se necesitan en Lules 15 postulantes”, relató el concejal radical Gonzalo Guerra, candidato a intendente por el ApB que llevará 10 “colectoras”.
La JEP se prepara para otro aluvión de trabajo para el miércoles, cuando los partidos deberán presentar sus modelos de boleta.
Comentá la nota