El gol llegó temprano, después de buena acción colectiva y perfecta definición de Gonzalo HIGUAÍN. A partir de allí, dentro de un trámite parejo, la selección nacional mereció un segundo tanto, aunque no pudo lograrlo.
os belgas no parecieron desesperados por atacar, pese a lo cual Romero tuvo alguna buena intervención. La diferencia de un gol, con Messi bien marcado y Di María saliendo por lesión, no dejó otra opción que tratar de no cometer errores y esperar el silbato final. El funcionamiento general del equipo conformó, siendo ratificado por el técnico al término del encuentro.
La gente, brotando de cada sector de la ciudad y llegando de los barrios, copó el centro con predominio de banderas, gorros y remeras con los colores argentinos. Era para celebrar el acceso a semifinales, después de 24 años, cuando el Mundial se jugó en Italia. Hubo que esperar hasta el atardecer para saber que el rival será Holanda, en partido a jugarse el miércoles 9 de Julio, otro día donde los colores patrios gustan salir a la calle
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