El ex ministro del Interior, Jorge Rubén Matzkin, declarará como testigo, y no como imputado, en la causa donde se investiga el robo en la casa de su hijo David, ocurrido el domingo a la noche.
Una y otra cosa son dos cuestiones absolutamente diferentes en el ámbito penal. Como testigo, el ex funcionario menemista y duhaldista está obligado a decir la verdad sobre lo que ocurrió esa noche, pero no es sospechoso de ningún delito. En cambio si la fiscal lo hubiera llamado a indagatoria pasaría a ser imputado, ya que le disparó cuatro tiros por la espalda e hirió a Jonathan Paolo Pérez, el joven de 19 años que se llevó un fajo con 10.000 dólares del domicilio de David.
El miércoles, durante la audiencia de formalización, Martiní le imputó provisoriamente a Pérez dos delitos, robo agravado por uso de armas y escalamiento, en concurso real con privación ilegítima de la libertad, agravada porque hubo dos víctimas menores. Por ello la jueza de control, Florencia Maza, ordenó que siga detenido hasta el juicio y dispuso, ese mismo día, una rueda de reconocimiento donde el hijo de Matzkin identificó a Pérez como el asaltante. Durante ese trámite, la fiscal no agregó el delito de lesiones a pesar de que, en el relato de los hechos, afirmó reiteradamente que el joven tajeó a David Matzkin y mantuvo casi permanentemente un cuchillo de carnicero sobre su cuello.
Matzkin padre intervino en el violento episodio porque David lo llamó por teléfono -el ex ministro vive enfrente- para pedirle dinero, ya que Pérez se lo reclamaba y él tenía apenas 60 pesos. El testigo llevó el fajo de dólares y otro similar de pesos y los arrojó al patio de la casa. En ese momento, David forcejeó con Pérez y pudo sacarle el cuchillo, por lo que el ladrón salió corriendo. El también ex diputado nacional, que había ido con una pistola Glock, calibre 40, escondida entre sus ropas, le descerrajó cuatro tiros y con uno le atravesó el tórax. El joven quedó herido y fue atendido por los médicos policiales al ser detenido doce horas después en la casa de su madre.
Portación.
Hace casi dos años este diario publicó una nota informando que, de acuerdo a estadísticas del Registro Nacional de Armas de fines de 2008, en La Pampa había solamente tres ciudadanos civiles autorizados a portar armas. Uno de ellos era el propio Jorge Matzkin, que en esa época estaba procesado por amenazas contra el encargado de un campo -luego la jueza Laura Armagno lo sobreseyó- y otro uno de sus hijos.
La diferencia entre tenencia y portación es clara. Se considera tenencia al permiso para tener un arma en la casa, y a transportarla descargada, y con las municiones aparte. Portación, en cambio, es poder salir a la calle con el arma en condiciones de uso inmediato, es decir cargada para disparar. En la Argentina sólo hay un uno por ciento de personas que tienen permisos para portar armas en comparación con las que cuentan con autorizaciones de tenencia.
Anoche altas fuentes policiales pampeanas señalaron que los permisos de portación son "especiales y muy condicionados" y que los otorga exclusivamente el Registro Nacional, un organismo que depende del Ministerio de Justicia. Además deben renovarse anualmente.
Para obtener una autorización de portación -en el caso de Matzkin sería de uso condicional, antes llamadas armas de guerra, por el calibre de la Glock- se requiere un certificado de inexistencia de antecedentes penales, la acreditación de medios de vida (recibo de sueldo o de jubilación), un certificado de estado de salud psicofísica, la idoneidad en el manejo de armas de fuego (otorgada por un instructor de tiro habilitado) y un justificativo de las razones del pedido. Un detalle: si el ex ministro hubiera sido condenado por las amenazas podría haber perdido ese permiso.
"Los que generaron la pobreza"
"El pibe que entró a robar tiene 19 años y vive cerca de la casa. Por ahí se pone el acento en el robo y en la violencia que obviamente todos repudiamos, pero hay que pensar que personas como Matzkin fueron los que generaron la pobreza que ese pibe está sufriendo. Ellos (Matzkin y la clase política) tuvieron la oportunidad durante la década del '90, cuando fueron gobierno, de remediar la pobreza que había, y la verdad es que la agudizaron y la profundizaron. Y ahora les tocó. Es repudiable las amenazas a los chicos y lastimarlos, pero también es repudiable la forma escandalosa con la que ellos se enriquecieron".
El testimonio, textual, pertenece a "Micky" Fiol, uno de los responsables del desayunador de Villa Germinal, cuando se le pidió una opinión sobre la actitud del ex ministro del Interior duhaldista, Jorge Matzkin, de querer hacer justicia por mano propia con un ladrón que atacó a su hijo y sus nietos.
La consulta fue formulada en función de la participación social del desayunador, que no se limita sólo a atender a los chicos del barrio. También participan en el debate diario que se debe dar sobre la pobreza y sus consecuencias, donde ellos están no sólo desde la acción sino también desde la reflexión.
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