Por: Victor García.

El mercado interno de vinos tiene complicaciones. La caída es fuerte y sostenida y el pico de mayor consumo que se registró en la pandemia, es solo eso, ya que las tendencias marcan que la disminución sigue siendo importante. Hoy  se enfrenta no solo a la competencia de otras bebidas, como cerveza, aguas saborizadas o aguas gaseosas, sino que también siente el impacto de la crisis económica.

Es que la gente cuando siente que de alguna forma la crisis le aprieta el bolsillo deja de comprar productos que no son de primera necesidad y dentro de ellos está el vino. Esta disminución en las compras tiene su impacto directo en la economía de San Juan y Mendoza, que son los principales productores de vinos del país.

Los datos del INV- Instituto Nacional deVitivinicultura-, registran una alarmante caída en las ventas que se dirigen al mercado interno con más del 29%. De hecho, en la industria siempre se habló de cuidar el potencial del mercado interno de vinos argentinos, porque si se compara representa más del 70% de los vinos que se producen en el país, el restante 30% tiene como destino el mercado externo.

Los datos del INV indican que de este 70% de los vinos que se producen en el país, que van al mercado interno, el 62% son vinos sin mención de varietal- comunes- y le siguen los vinos varietales que representan el 32%.  Cuando se analiza la realidad de la producción de vinos, se observa que son los vinos varietales los que tienen el poder económico sobre los comunes. Esa situación tiene un impacto negativo en San Juan, si se entiende que la provincia tienen un predominio de uvas comunes sobre los varietales. En cambio, la  brecha se achica en Mendoza, donde el cultivo de varietales es muy importante con un peso específico de importancia.

Cuando se profundiza en el análisis del total de vinos consumidos en Argentina, hubo una caída importante del 6.1% en los vinos sin mención de varietal con respecto al año anterior. En esto se produndiza la caída en la venta  de los vinos tintos con el 10.1% contra un aumento del 4.5% de los vinos comunes. Sobre este tipo de consumos hay quienes creen que el crecimiento en el consumo de vinos blancos se debe a que el consumidor los mezcla con otras bebidas, llevando a que haya una demanda superior.

En este contexto interno complicado, se observa un crecimiento de los vinos varietales, donde los tintos crecieron el 7.2% y los blancos registran un aumento del 6.3%.

El panorama es también similar cuando se observa el comportamiento en los vinos fraccionados. Los vinos comercializados en botellas de 651 a 750 centímetros cúbicos tuvieron un aumento del 3.6%- donde la mayoría de este tipo de vinos son varietales-. En tanto que la caída se registró en el tetra brik con 8.2% y damajuanas con el 9.5%