Si bien académicos de las relaciones internacionales hablan de una “desproporción” en la reacción de la Argentina frente a los ataques de Irán a Israel, descartan en el corto plazo que este posicionamiento repercuta en el plano del comercio exterior
Delfina Celichini
El último ataque de Irán a Israel generó un desmarque diplomático de la Argentina con los países de la región y buena parte del mundo. El categórico apoyo de la administración de Javier Milei al gobierno del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, desencadenó reacciones contrapuestas en la comunidad académica y encendió las alertas de muchos especialistas en política internacional que catalogaron el posicionamiento diplomático del país como “desmesurado”. No obstante, la mayoría todavía ve lejano que esta decisión repercuta negativamente en el plano comercial, aunque advierten sobre el impacto que puede traer aparejado que la agenda personal del Presidente se mezcle con la política exterior.
“El Gobierno hizo un cambio significativo al profundizar la relación y el apoyo a Israel como un eje clave de su posicionamiento internacional. En momentos de la escalada con Irán y al mismo tiempo que la Justicia argentina acusó a Irán de Estado terrorista, responsable del atentado a la AMIA, el Presidente envía mensajes simbólicos desmesurados comparados con los comunicados de prensa de la Cancillería, que son más cautelosos”, analizó en diálogo con LA NACION Elsa Llenderrozas, directora de la carrera de Ciencia Política de la UBA y parte de la Red de Politólogas.
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Su postura coincide con la de Juan Negri, director de las carreras de Ciencia Política y de Estudios Internacionales de la Universidad Torcuato Di Tella, quien destaca que lo que se ve en política exterior se relaciona con cómo la administración libertaria “se maneja en otras áreas del Estado”. “Con cierta inexperiencia, pero también con cierta exageración, desmesura”, precisó. Para el especialista, “no queda claro cuál es la racionalidad de levantar tanto el perfil en un tema en el que no somos tan importantes ni estratégicos”.
Bajo el prisma de Negri, el apoyo irrestricto a Israel profundiza las diferencias de la Argentina con los países de la región. “Aleja la posibilidad de un posicionamiento único en este tema por parte de América Latina y agrega un ladrillo más a la desestructuración latinoamericana en política exterior”.
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Según Federico Merke, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de San Andrés, “la Argentina ha cambiado su voto en Naciones Unidas recientemente, alejándose del grueso de Occidente en su condena a Israel por el tratamiento a los palestinos en Cisjordania”. Si bien el experto descartó que esta postura “afecte seriamente la relación de la Argentina con otros países”, consideró: “Me cuesta pensar cómo esta definición beneficia a la Argentina en términos de inversiones, comercio, ayuda o reputación internacional”.
María Lourdes Puente Olivera,y Federico Merke (derecha), junto a Juan Gabriel Tokatlian y Patricio CarmodySantiago Filipuzzi
Por eso, muchos especialistas miran de cerca la influencia de la agenda personal del Presidente en la política exterior y señalan un problema. “Más allá de la definición de un alineamiento muy fuerte con Estados Unidos e Israel, en estos pocos meses la agenda externa ha estado muy marcada por altercados personales del Presidente con otros mandatarios de la región, visitas a reuniones de tipo privadas –como con Elon Musk– y no una agenda de visitas a jefes de estado como es la tradición en estos casos”, observó Llenderrozas. Y advirtió que no existe “un posicionamiento claro del Gobierno con respecto a las instituciones regionales o a los mecanismos multilaterales, como el G20″.
En la misma línea, Lourdes Puente, directora de la Escuela de Política y Gobierno de la Universidad Católica Argentina (UCA), subrayó que “todos los posicionamientos intransigentes son negativos”. Sin embargo, reconoció que en la diplomacia “hay que ver más los hechos que las palabras”, por lo que consideró que en la lógica comercial “van a primar los intereses que sean más convenientes para los Estados”. Y sumó: “Tiendo a pensar que en el vínculo con Brasil, China e India no habrá un impacto en la medida que haya interés mutuo de seguir comerciando”.
La reunión de gabinete encabezada por el presidente Javier Milei en Casa Rosada.Twitter
Sobre el impacto que la definición de la Argentina podría traer aparejada en el comercio, Paulo Botta, director del Comité de Medio Oriente del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI), aportó un dato clave: alrededor del 5% del comercio exterior total de la argentina es con el mundo árabe. “El grueso de ese porcentaje está dado por el comercio de commodities. Es decir, productos primarios que obedecen a lógicas más estructurales. Por eso, en términos comerciales, no veo una ruptura a corto plazo”, analizó Botta.
El referente de CARI consideró como un “posicionamiento lógico” el apoyo de la Argentina a Israel. “Existen casi 100.000 ciudadanos argentinos viviendo en Israel”, señaló Botta a este medio y destacó que esto supone “la diáspora hispano parlante más importante de Israel”. “La cercanía en términos humanos no puede ser superada por la relación con un país de Medio Oriente”, dictaminó. Y sumó: “Los atentados del 92 y el 94 que tuvieron lugar en la Argentina, que de acuerdo a la Justicia le dieron responsabilidad a organizaciones vinculadas con Irán, son otros elementos que hacen que la Argentina esté más cerca de Israel”.
El embajador de Israel Eyal Sela junto al vocero de la presidencia Manuel Adorni
El último gesto de apoyo irrestricto a Israel del gobierno de Milei se conoció anoche, durante una conferencia de prensa tras la reunión de Gabinete de urgencia que encabezó el Presidente tras su regreso de su gira internacional. El vocero Manuel Adorni dijo que la Argentina apoya “incondicionalmente” a Israel. Además, el primer mandatario recibió al embajador de Israel en la Argentina, Eyal Sela, quien agradeció al Gobierno “por su rotunda condena a Irán y estar del lado correcto de la historia y los hechos. Estamos muy agradecidos al Presidente por lo que se publicó sobre el tema”, explicó en una conferencia conjunta el propio embajador.
Como consecuencia de esta definición, el Gobierno aumentó la seguridad en la zona de la Triple Frontera con Paraguay y Brasil. “Se están tomando todas las medidas necesarias para tener un mayor control”, declaró el portavoz presidencial, y aclaró: “El ministerio de Seguridad trabaja en conjunto con el de Defensa y el ministro del Interior para efectivamente tener alerta ante cualquier tipo episodio que nos pueda llamar la atención”. Poco después, Seguridad comunicó que, en rigor, el nivel de alerta se mantuvo en “alto” para la Triple Frontera y las embajadas argentinas en zonas de conflicto, pero se redujo a “moderado” para el resto del país.
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