Buques refaccionados de forma irregular, "dueños" de los muelles, la debilidad del Consorcio Portuario y la falta de perspectiva comercial y productiva.
Para 1980, la actividad portuaria representaba un 52% de la economía de la ciudad. Según reflejan la historias, un dirigente sindical solía decir que la riqueza de la ciudad "bajaba por la calle 12 de octubre". La realidad, hoy, pinta un panorama diferente, dónde dicho número se redujo a la mitad y dónde la gestión cumple un papel clave.
La falta de controles y el desmanejo no es novedad en el sector. La conducción del ravertista, Gabriel Felizia, es varios puntos una continuidad de Matías Merlini, vinculado al macrismo y otros predecesores. Algo común es la falta de idoneidad para un sector complejo y heterogéneo. Según dijo una fuente del rubro a este medio, "el problema es que al puerto lo dirige gente de la política y no de puerto".
Una muestra cabal de dicho asunto es lo que acontece en los distintos muelles, dónde los principales empresarios hacen las veces de "dueños" con reglamento propio. Según pudo recabar La Tecla, una práctica cada vez más extendida es la de la reparación de unidades a flote (pintura, cambio de chapas navales, entre otros) algo que está prohibido. La normativa establece que dichas tareas deben realizarse en astilleros, algo de lo que las empresas renegarían por una cuestión de costos y de espera (las empresas dan turnos a meses para realizar refacciones).
Según explicaron a este medio, la razón de que Mar del Plata siga siendo el principal puerto del país se debe principalmente a que los puertos del sur -dónde se concentra buena parte de la pesca- aún no disponen de la infraestructura y la lógistica necesaria para el caudal de carga y movimiento existente. Es decir, es menos un mérito de "La Feliz" y más una cuestión de tiempo de la competencia patagónica.
El desmanejo abre, entonces, una interrogante: ¿cuál es el futuro del puerto marplatense? Sectores vinculados creen que este debe transitar hacia un puerto multipropósito, que incorpore, además de la pesca, el desarrollo de la parte de cargas y transporte, así como otros rubros económicos como la industria off-shore.
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