El kirchnerismo comienza a rearmarse luego de la dura derrota electoral sufrida a fines del año pasado, cuando no sólo perdieron el poder en la ciudad, sino que a su vez tuvieron una contundente caída a nivel nacional y provincial.

En ese contexto, el ex intendente de La Plata, Pablo Bruera, buscaba de alguna manera contener el poder político pensando en las elecciones del Partido Justicialista local y es por ello que su hermano, Gabriel Bruera quería conducir a un sector del peronismo platense para seguir viviendo de los cargos electivos.

No obstante, un duro golpe habría sufrido en estas últimas horas, cuando las concejales Silvana Soria y Lorena Riesgo decidieron romper el bloque legislativo que integran en el Concejo Deliberante con los ediles Gabriel Bruera, Gabriel Céspedes, Fabián Lugli y Pedro Borgini.

Fuentes cercanas a las ediles, confirmaron a este medio que el acuerdo que permitió su salida del bruerismo fue trazado entre el diputado provincial Gustavo “Tío” Di Marzio, y los concejalesFlorencia Saintout y Guillermo Cara, con el ex Jefe de Gabinete, Santiago Martorelli.

Si bien el ex funcionario municipal hoy no tiene cargo político, lo cierto es que ha iniciado conversaciones con su anterior espacio, el Movimiento Evita, para buscar unificar al peronismo en la ciudad, dejando de lado al ex intendente Pablo Bruera y su banda de secuaces.

En ese marco, Soria y Riesgo se sumarían al bloque kirchnerista de Saintout y “Nano” Cara, mientras que siguen las tensiones en el bruerismo, el cual no logra la unidad de sus distintos actores para mostrarse sólido en lo discursivo y político.

Por su parte, Borgini y Lugli buscan por estas horas despegarse de la estructura de Gabriel Bruera y “Gabito” Céspedes, dos de los referentes más “marcados” del bruerismo por sus negociados con las cooperativas y las contrataciones del personal municipal.

Si bien al momento no han dado precisiones sobre su destino político el dirigente de Los Hornos mantiene una buena relación con el oficialismo comunal y podría dar el salto a la conformación de un unibloque.

Aunque también se analiza que pueda jugar “en tándem” con el sindicalista Borgini para proyectar su futuro dentro del Concejo Deliberante. “Ninguno quiere quedarse con Bruera y Céspedes, porque saben que con ellos no pueden negociar nada”, precisaron fuentes del concejo.

En medio de todas estas idas y vueltas, lo único que va quedando claro es que el bruerismo se desintegra y comienza a formar parte de la historia política de la ciudad, en momentos donde el Frente para la Victoria comienza a pensar en las elecciones internas del PJ y a mirar en el horizonte las legislativas del 2017.