El ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni, designó a María Eugenia Bernal, ex ministra de Educación y diputada nacional (MC) de la provincia de Jujuy al frente de la Dirección Nacional de Educación Permanente de Jóvenes y Adultos.
Tras asumir, Bernal anunció que la principal meta de su gestión es la reducción del analfabetismo en el país. El objetivo –precisó- es reducir el 1.9% de analfabetismo que existe hoy en el territorio nacional, aunque señaló que, en el marco latinoamericano, Argentina se encuentra entre los países con menor tasa, por lo que, dijo, estamos muy cerca de alcanzar la meta 0%.
Como segunda meta a trabajar, explicó que será la de acompañar los procesos de terminalidad de aquellos jóvenes y adultos que dejaron sus estudios, mediante el diseño de nuevos dispositivos y ofertas educativas, más flexibles y en acuerdo con organizaciones, Ong´s, municipios y gobiernos provinciales.
La funcionaria indicó que la educación de jóvenes y adultos trabaja para atender las diversas realidades de sus estudiantes quienes, por múltiples razones, se han visto obligados a dejar los estudios, atendiendo a las características de los sujetos que se educan bajo esta modalidad, y ayudando a mejorar sus condiciones de ingreso y permanencia en el sistema. Bernal refirió que estas particularidades motivan el desarrollo de propuestas curriculares de mayor flexibilidad, fomentando el vínculo de los proyectos educativos con sectores laborales.
Como tercera meta, resaltó la necesidad de acompañar con recursos y material didáctico a estas ofertas.
También adelantó que otro de sus objetivos será fortalecer el Plan Nacional de Educación Obligatoria y Formación Docente avalado por el Consejo Federal, acompañar las transformaciones de la Ley Nacional 26.206 y la Ley Provincial 5807, realizar acciones desde la modalidad para la inclusión, y eliminar las barreras educativas que existen en las ofertas vigentes en las diferentes jurisdicciones del país.
Para finalizar, sostuvo que la Educación de Jóvenes y Adultos es central, “no solo para la reducción de la tasa de analfabetismo, sino para ayudar a los ciudadanos a encontrarse con un futuro esperanzado, en el marco de un Estado participe y activo en las respuestas educativas para una franja etaria que va más allá de los 18 años”.
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