Unos hablan del golpe institucional, otros de ruptura. Y entre acusaciones repiten la palabra unidad como si por solo mencionarla pudieran garantizarla. Nada de eso. El diálogo para lograrla está roto y este martes puede transformarse en una jornada definitoria sobre el futuro de Unión por la Patria.
Por: Rosario Ayerdi.
Quienes hablan de golpe institucional son los dirigentes que responden a Axel Kicillof. Así califican el movimiento del kirchnerismo que puede mostrar avances con la imposición de un artículo en el proyecto de eliminación de las primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias, que hable de elecciones concurrentes (comicios provinciales y nacionales el mismo día con sistemas distintos).
El gobernador cree que es facultad del Ejecutivo provincial fijar la fecha de elecciones y recita el artículo 144 inciso 7 de la constitución bonaerense. Obligarlo a realizarlas el mismo día que los comicios nacionales sin que la mesa de diálogo haya podido avanzar en una estrategia conjunta, ¿es un golpe institucional? Eso creen y, a partir de ahí, tiene dos caminos.
Primero, intentarán cambiar el texto en el Senado provincial si en Diputados finalmente las elecciones concurrentes avanzan. Pero los números para Kicillof no son favorables (una de las razones por las que pide con insistencia voz en este cierre de listas), por lo que si no lo consigue, también le queda la posibilidad de veto parcial.
“No creo que Axel retroceda si le imponen por la fuerza la fecha de la elección”, dicen en su entorno más íntimo. La pelea puede llegar demasiado lejos en una disputa que no solo tiene a las listas legislativas en pugna, sino que adelanta la pelea interna por 2027.
Allí es donde el kirchnerismo habla de ruptura. “Si Kicillof decide convocar a elecciones adelantando los comicios provinciales, rompe”, dicen.
Por estas horas, el kirchnerismo se está asegurando votos del Frente Renovador para avanzar con la estrategia de Cristina Kirchner, pero también con La Libertad Avanza y con el PRO. Corre con una ventaja con respecto a la semana anterior: ya no está obligado a conseguir los dos tercios para habilitar el debate que necesitó la semana pasada y no llegó. Ahora requerirá 47 votos. Con 26 peronistas (no cuentan los 11 que responden a Kicillof) más los libertarios blue (que suelen acompañar) y 13 legisladores que aporten La Libertad Avanza, llegan. Aún tienen votos para buscar en el radicalismo y el PRO. ¿Estarán todos esos votos?
Para terminar de definir su postura, Sergio Massa reunió ayer a su tropa en San Fernando. Sus intendentes se pararon en el medio ante el cruce de comunicados de jefes comunales que salieron a posicionarse de un lado y del otro de Kicillof y CFK. Hasta acá defendían la tercera postura de su jefe político que los llevaba a desdoblar la elección para avanzar con los comicios provinciales el 9 de noviembre.
La reunión duró más de lo esperado. La palabra repetida fue unidad. Massa tiene hasta el martes para convencer a sus socios de llegar a un acuerdo sin que la votación del proyecto que incluye las concurrentes signifique una ruptura.
Sin embargo, para ese día en el kirchnerismo lo anotan a Massa de su lado. En la gobernación también entienden que, si tiene que jugar para uno de los dos, lo hará del lado de CFK. ¿Se pueden estirar los tiempos? Sí.
Quien se apuró es el sector que responde a la titular del PJ. Su socio, el tigrense, creía que la definición podría haberse tomado recién a fines de abril. Quedan poco más de 48 horas.
“Yo no sé si es con concurrencia o desdoblamiento posterior o anterior, antes de esto hay que resolver un paso previo: ¿hay o no hay vocación política de construir algo colectivo?¿Es en unidad o no? ¿Es representante de un sistema de valores distinto al de este gobierno? ¿si o no? Después discutamos la táctica”, dijo Massa ayer. Busca una diagonal.
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