La Defensoría del Pueblo de la provincia de Buenos Aires le solicitó al Congreso de la Nación que redacte, legisle y apruebe un proyecto de ley para poder crear la Agencia Nacional de Algoritmos, un organismo dependiente del Estado nacional que proteja los datos personales de las empresas digitales.

Guido Lorenzino, defensor del pueblo bonaerense, explicó: “Esta idea nace de entender que estas compañías tienen un poder casi absoluto en cuanto al acopio y utilización de nuestros datos personales. Conocen en forma exhaustiva todo de nosotros y nosotras y no podemos eludir a los algoritmos, que eligen presentarnos al mundo de una forma sólo guiada por el ánimo de lucro de estas firmas”.

Además, agregó: “Resulta indispensable crear un estándar de protección de las personas que limite el libre desempeño de los algoritmos, y que analice las finalidades y valores que persigue la inteligencia artificial. Desde el Estado debemos evitar que se instaure un modelo de totalitarismo digital”.

Entre las funciones que tendría esta Agencia, se encuentran: la aplicación y eventuales reformas de la ley de protección de datos personales; digitalización del Estado; ciberseguridad; soberanía digital; protección de la ciudadanía ante los posibles riesgos que deriven de la implementación de algoritmos e inteligencia artificial; así como la supervisión y registro de los algoritmos e inteligencia artificial para que no contengan sesgos de género, raza o clase.

Asimismo, se busca encuadrar dentro de las nuevas relaciones sociales, laborales, económicas y culturales que se creen desder de la proliferación de las economías de plataformas y apps; la relación desde el Estado con las empresas tecnológicas.

“La tecnología no es neutral. Se impone un profundo debate sobre el rol de los estados y las regulaciones necesarias para dar cuenta de esta problemática. Casos como el de Cambridge Analítica o el referido al Brexit en Gran Bretaña nos muestran cómo los algoritmos pueden ser utilizados para incidir en la vida política, social y económica de las sociedades”, sostuvo Lorenzino.

Finalmente, concluyó: “Hay un direccionamiento de la voluntad de las personas mediante la utilización de grandes cantidades de información obtenidas de las redes sociales que hoy se encuentran fuera de toda regulación”.