Desconfianza interna en Capital Humano después de la denuncia de Pettovello contra funcionarios propios

Desconfianza interna en Capital Humano después de la denuncia de Pettovello contra funcionarios propios

En la Casa Rosada aseguran que la ministra sigue firme mientras se multiplican las renuncias. Hay parálisis en varias áreas

Por Brenda Struminger

Una sensación de alarma recorría ayer los despachos de las secretarías que dependen del sensible Ministerio de Capital Humano, donde se frenó buena parte de la actividad. La crisis interna creció a partir de la denuncia que inició la propia titular del área, Sandra Pettovello, contra uno de sus secretarios, y ahora es una creencia generalizada en la cartera de que todos todos quedaron bajo sospecha y son pasibles de ser investigados en la Justicia. Mientras tanto, se acumulan las renuncias.

“Los funcionarios se dedican esencialmente a hablar, escuchar, tomar decisiones, y firmar. Ahora nadie se está atreviendo a firmar”, ilustró el escenario en la mega cartera social un operador todoterreno que frecuenta a diario sus oficinas. El área donde se produjo el cimbronazo fue Desarrollo Social, pero en el resto de las secretarías -Educación, Trabajo, y Salud- también están en vilo. “Los funcionarios cobran como mucho dos millones de pesos por mes, y son responsables con su firma por miles de millones. Ahora que saben que todos pueden ser investigados están muy cag... Está todo embarradísimo”, dijo un dirigente libertario con llegada al Gabinete.

En los pasillos de las secretarías se rumorea que podría continuar el desangrado de funcionarios de los últimos días, aunque muchos cuadros de primeras y segundas líneas están a la espera de que se aclare el panorama para decidir si se quedan o se van. Muchos no descartan saltar del barco la semana que viene si no hay una señal de contención desde la cúpula en los próximos días. Por caso, sólo ayer se fueron cuatro cuadros de Educación, donde manda Carlos Torrendell.

“Ese ministerio tiene un nivel tal de complejidad, de la ministra para arriba y de la ministra para abajo, que no vale la pena meterse en plena radioactividad”, dijeron sobre la nula intervención en el tema del resto de los alfiles del Gobierno, incluido el nuevo jefe de Gabinete, Guillermo Francos. Todos saben que Pettovello es un caso aparte en el equipo libertario, por su amistad con el Presidente, que intervino innumerables veces para defender sus acciones desde el fin de semana. “Sobre ese área nadie puede decir nada sin ganarse el infierno”, deslizaron.

A pesar de la defensa a ultranza de parte del primer mandatario, que además de confiar, se apoya emocionalmente en su ministra, muchos creen que su gran error fue empezar una causa en contra de sus propios funcionarios. “Lo peor que podés hacer es judicializar la política”, dijeron. Las fuentes coinciden en ese diagnóstico, pero también en sus “buenas intenciones”. “Es lo más transparente que hay”, repiten. Y señalan que los alimentos estaban almacenados a punto de vencerse justamente porque la funcionaria no quería entregársela a redes de distribución que consideraba irregulares.

Por lo pronto, Pettovello se mantiene alejada por completo de los micrófonos como desde el primer día. Pero también su primera y única vocera, Leila Gianni, que en la práctica es su subsecretaria del área legal, bajó el perfil durante las últimas 24 horas. Particularmente desde que se enfrentó frente a las cámaras con Juan Grabois y perdió la discusión cuando finalmente el juez Sebastián Casanello le ordenó que entreguen los alimentos retenidos.

La última acción que tomaron las jefas de C.H. en la vorágine política fue comunicarle al juzgado, a través de un escrito firmado por Gianni, que acatarán la orden. Mientras tanto, genera cada vez más suspicacias la cercanía de la ministra con su subsecretaria, a quien prácticamente todos apuntan como una “agente infiltrada” del kirchnerismo. “Leila se ganó a Sandra mostrándose como la más fiel, la que estaba dispuesta a todo por ella. Es la única explicación para la decisión de sostenerla”, describieron en Gobierno.

Por el contrario, en la Casa Rosada destacaron la decisión de Pablo De la Torre de dejar su cargo sin estridencias para evitar una escalada en el conflicto, al igual que su hermano, Joaquín, con fuerte ascendencia en la arena bonaerense. “Se comportaron con códigos y se mordieron la lengua. Saben que esto recién empieza”, opinaron en Balcarce 50 sobre los referentes de San Miguel. Al punto de que un asesor del Presidente deslizó: “Nadie dice que no puedan volver”.

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