Según estimaciones privadas, en 2023 crecería por debajo de los niveles del año pasado. Inflación, divisas y una economía menos dinámica, algunos de los factores que pueden incidir.
Por Andrés Randazzo
Impulsado por un buen primer semestre, el consumo creció durante 2022. Sin embargo, algunas luces de alerta se encendieron en la segunda mitad del año pasado y dejaron un escenario de mayor incertidumbre de cara a lo que puede ocurrir en 2023. La pérdida de poder adquisitivo, la falta de divisas para sostener la producción y la volatilidad propia de un año electoral, son algunos de los aspectos que pueden incidir en este contexto. Así, de acuerdo a estimaciones privadas, en 2023 el consumo crecería por debajo de como lo hizo en 2022.
“Con salarios que este año irán quedando relegados de la inflación, familias que ya están sobre financiadas (por los programas Ahora), tarifas de servicios y transportes en alza y los precios de la canasta (como alimentos) que continuarán en aumento, el consumo este año crecerá sólo un 1,7%, lejos de la bonanza del 8,5% que exhibió en 2022”, estimaron desde la consultora Abeceb.
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“Esa desaceleración se enmarca en dos años que se presentarán muy distintos para la economía de los argentinos: en 2022, el PBI cerrará con un crecimiento del 5,5% impulsado por un mejor primer semestre con desaceleración de la actividad a partir del segundo; mientras que 2023, arrastra poca inercia y podría terminar en apenas un punto”, agregaron desde la firma.
Detallaron, además, que el consumo tiene dos factores clave: el poder de compra de los salarios y las opciones de financiamiento. “En ese marco, el salario real en 2022 no perdió lo esperado contra la inflación debido a la apertura de paritarias y negociaciones permanentes. Cierra el año en -0,4% para trabajadores registrados privados, lo que explica en parte el sostenimiento del consumo masivo y de bienes semidurables”, detallaron.
La extensión de los programas Ahora, en tanto, incentivaron el consumo “de electrodomésticos y electrónica de consumo como resguardo de valor, pero, sobre todo, como una alternativa para colocar los pesos excedentes ante un escenario con distorsión de precios relativos y alta inflación”.
“Por eso, 2022 cerró con balance positivo, impulsado por un mayor consumo en el primer semestre del año con signos de desaceleración que comenzaron a registrarse a partir de julio”, detallaron desde la firma.
Consumo: panorama para 2023
El crecimiento del consumo frenó su marcha en la segunda mitad del año pasado. “El segundo semestre del año pasado fue más complicado, por varias razones, como las restricciones macroeconómicas principalmente, que se vieron sobre todo en el último trimestre. Especialmente, fue por la retracción del ingreso disponible: hubo una caída del ingreso real, que se empezó a notar más allá de la aceleración inflacionaria”, explicó a Ámbito Matías Bolis Wilson, Economista Jefe de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC).
“Es decir, la aceleración inflacionaria lo que produce es que la gente se quiera desprender de los pesos y eso puede ayudar en algunos tipos de bienes. Pero, en términos generales, al consumo no lo ayuda la inflación, al contrario. La inflación lo erosiona. Entonces, estás en una situación compleja. Y, además, operan las restricciones de toda la macroeconomía, especialmente en el mercado cambiario y las importaciones”, agregó Bolis Wilson.
En ese escenario, de cara a lo que pueda ocurrir en 2023, el Economista Jefe de la CAC señaló: “Por un lado, creo que el Gobierno va a querer incentivar el consumo, especialmente porque es un año electoral, y eso aprieta un poco el lado externo: más del 85% de lo que se importa es para producir; entonces, si se quiere incentivar el consumo, se va a necesitar alimentarlo con algo. Y eso se alimenta con producción. Es toda una cadena. Cuando se quiera aumentar la producción, vas a necesitar importar. Y se van a necesitar dólares”.
La inflación, lógicamente, es otro aspecto que puede incidir en el consumo. “Si querés incentivar el consumo en una economía caliente en materia de precios, estás fomentando, de alguna manera, alguna aceleración de precios. Es difícil, porque el Gobierno tiene que mantener un montón de equilibrios. La economía es eso. Es un camino difícil, con una macro compleja. Por eso, veo difícil que se pueda mantener un consumo en niveles elevados. Va a ser un año complicado”, detalló Bolis Wilson.
La incertidumbre que suele generarse en años de elecciones, remarcó el especialista, puede influir también en el consumo: “La incertidumbre también genera problemas en el consumo. Especialmente, por el nivel de actividad y nivel de empleo. Y las expectativas juegan un rol importante en el consumo. Y cuanta más incertidumbre tenga, la gente creo que va a tratar de ahorrar un poco. Aunque el nivel de ahorro también va a caer. Pero sin acceder a mercados internacionales, sin tener un flujo de inversión extranjera directa que te compense, cómo vas a crecer sin ahorro. Esa es la gran pregunta”.
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