El desafío de Kicillof, que necesita romper la endogamia política

El desafío de Kicillof, que necesita romper la endogamia política

En la provincia de Buenos Aires es donde se posan las expectativas del futuro del justicialismo. Un territorio, el Conurbano, que es el 26% del padrón electoral nacional, donde Cristina Kirchner sigue gozando de muy buena salud política y por ende repercute en su hijo Máximo Kirchner. Hay dos dirigentes, que navegan buscando un horizonte que les permita encontrar su destino: Sergio Massa y Axel Kicillof.

Por Carlos Germano (*).

El ex ministro de Economía, desaparecido mediáticamente desde hace más de un año, actuando como operador político, trata de equilibrar la guerra desatada, todavía en carriles formales, entre la presidenta del justicialismo y el gobernador de la Provincia. 

Sergio Massa, en su rol de mediador no nombrado por ninguno, busca como objetivo que el peronismo bonaerense vaya unido en el proceso electoral en marcha y, en lo posible, a pesar de no manifestarlo, encabezar la boleta como Diputado Nacional.

Axel Kicillof busca consolidar su proyección y liderazgo nacional para poder ser el representante del justicialismo en las elecciones presidenciales del 2027. La pregunta que nace, ¿le alcanza con mostrarse como la contracara de las políticas del gobierno nacional y tratar de instalarse como el mayor dirigente opositor al presidente Javier Milei?

Por el momento todos los sondeos preelectorales muestran que la principal opositora al gobierno nacional es Cristina Kirchner. Por ende, para ocupar el espacio de líder opositor es necesario romper la endogamia política y mirar a la sociedad que no comulga con las ideas ni con el gobierno libertario.

Axel Kicillof debería repasar la historia del peronismo y retrotraerse a 1988, donde los afiliados decidieron nuevos liderazgos. No hay ninguna posibilidad, sin consultar a la sociedad, de mover de su sitial a Cristina Kirchner. Los liderazgos se ganan, no es con acciones políticas como la de desacoplar las elecciones provinciales de las nacionales que se consolida el respeto del afiliado o de la sociedad. Se materializa ganando una elección y respetando las reglas de la democracia. 

Los caminos del gobernador se achican. Querer liderar es difícil y duro, más cuando enfrente está las dos veces presidente de los argentinos, una dirigente con voluntad y vocación de poder.

El desafío es de Axel Kicillof y su búsqueda es salir del LABERINTO por el lugar adecuado.

(*) Analista y consultor político.

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