Ayer por la tarde, en Pueyrredón entre San Nicolás y Merced se desmoronó parte de una vivienda y se dañó seriamente la estructura de una cochera. Los comerciantes de la zona sostienen que “de milagro no hubo víctimas, si los obreros trabajan sin ninguna protección” y apuntan al empresario Roberto Barros por la desidia en la obra y los daños causados a lo largo de los días.
La noticia sacudió la tranquila tarde de Pergamino, y daba cuenta de un derrumbe en pleno centro. A las 14.00 hs de ayer, cedió la pared de una vivienda ubicada en un primer piso, al lado de una obra donde se había demolido una propiedad. Según los primeros especialistas que se acercaron a la zona, la falta de sostenimiento y el no haber excavado “por tramos” son algunos de los factores que influyeron en el desenlace y que a su vez, implicarían demoler la totalidad de la propiedad.
Si bien el accidente fue de grandes magnitudes, las consecuencias fueron solo materiales y lo que siguió fue un trabajo de rutina: bomberos, policias y personal municipal abocados a ordenar a los peatones y los vehiculos para que no circulen por la zona.
El empresario Roberto Barros, propietario del terreno lindero, donde se hizo la demolición a partir de la cual supuestamente se generó el derrumbe, se hizo presente en el lugar junto al titular de la empresa constructora para, junto a las autoridades municipales encabezadas por el secretario de Desarrollo Urbano, José Salauati, buscar una solución. Sin embargo, su presencia desató la molestia de algunos comerciantes de la zona que hablaban de “previsibilidad” en lo que había pasado.
Según pudo averiguar PRIMERA PLANA, la obra había sufrido una suspensión municipal en el mes de Septiembre, por ese motivo reanudó sus trabajos alrededor del 20 de Diciembre, fecha clave para los comerciantes de la zona que utilizan las fiestas como un amortiguador de sus economias: “fuimos varios los que le preguntamos si no podían empezar post fiestas, porque las ventas bajaron mucho, todo el tiempo cortaban la calle y la gente dejó de circular por esta cuadra”. Según esta vecina con comercio en la cuadra “nunca le importó y dijo que lo lamentaba por nosotros”.
Florencia Pratissoli es la dueña del local “Papaya” junto a sus padres y en diálogo con PRIMERA PLANA relató su malestar “los problemas comenzaron cerca de las fiestas, cuando por dos días consecutivos nos derrumbaron el techo, lo cual trajo muchos problemas, en lo económico, y la salud. Tuvimos que cerrar el local una semana, porque por el derrumbe se estropeó mucha mercadería (que aún no está paga) y encima nos cerraron el paso de la vereda por la construcción lo que impidió que el libre tránsito en época de fiestas, sabiendo cómo está la situación hoy en día era la fecha clave de ventas” y agregó “todo eso genera nervios, estrés, el no saber que va a suceder con tu trabajo, con tus cosas, si alguien se va a responsabilizar de los daños causados, tuvimos que pagar escribano y abogados para que todo quede verificado como corresponde”.
A un mes de ese primer derrumbe, los comerciantes vuelven a padecer la misma incertidumbre: “hoy sentimos una terrible vibración y explosión que que hizo caer mercadería de muchos locales, y nosotros que estamos pegados a la construcción estamos más que asustados nuevamente, encima la policia y bomberos no nos dejaron ingresar para sacar las cosas” comentó angustiada Pratissoli.
Sobre el control municipal, la dueña del local “Papaya” fue contundente “nunca vimos a nadie, acá trabajan todos sin cascos y el tránsito cuando descargan camiones lo cortan ellos, una locura. Sólo cuando se nos derrumbó el techo vino alguien de la Municipalidad a decirnos que lo lamentaba pero la obra estaba aprobada y no iban a parar”.
Florencia también se refirió a las responsabilidades sobre las pérdidas, “esperemos que el señor Roberto Barros se haga cargo de todos los daños, él ahí va a construir dos locales más depósito supuestamente, sabe del rubro, sabe lo que nos cuesta”
Sumándose al testimonio de la vecina, otra comerciante absolutamente indignada por las pérdidas que le ocasionaría el corte de luz preventivo también disparó contra Barros “ningún obrero acá tiene protección y después del derrumbe seguían trabajando, pararon cuando llegaron los bomberos, a los que llamé yo, ¿por qué nadie le puede tocar el culo a ese señor? (sic), todos sabemos como maltrata a sus empleados, ¿por qué no averiguan como les paga a sus empleados cuando es la maratón? Que pase local por local a pedir disculpas” y mientras se alejaba alcanzó a gritar “la mercadería que tenga que tirar s ela voy a cobrar a él”.
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