Los gobernadores que perdieron están concentrados en revertir los resultados en octubre; los que ganaron no tienen apuro en salir a la cancha
Como era de esperar, los resultados del domingo reactivaron la puja por el futuro y el liderazgo del peronismo. Aunque las cartas definitivas estarán echadas recién después del 22 de octubre, la foto de las PASO sacudió el mapa de la reorganización del partido: potenció a algunos gobernadores, complicó a otros y sembró dudas nuevas.
Es que al podio posprimarias se le sumó el ajustado desenlace de la elección bonaerense. Entre los gobernadores, la diferencia ínfima entre Esteban Bullrich y Cristina Kirchner desató interpretaciones varias, tanto sobre su futuro como sobre su eventual incidencia en la reorganización del peronismo.
Para la mayoría, el resultado bonaerense indica que Cristina alcanzó su techo. No se les escapa, sin embargo, que una polarización mayor en octubre podría darle más margen de sobrevida. ¿Tanto como para tallar en el rearmado del peronismo? Se ilusionan con que no.
¿Y Sergio Massa? Demasiado pronto para pensar en un acercamiento. Saben que sólo ellos pueden meterlo en el juego partidario. Antes, verán qué pasa en octubre con los votos que sacó anteayer.
En lo inmediato, los gobernadores seguirán concentrados en cuidar cada uno su juego, ahora con los resultados en la mano. La premisa corre para ganadores claros de las PASO, como el salteño Juan Manuel Urtubey y el tucumano Juan Manzur, y para perdedores estrepitosos, como Juan Schiaretti (Córdoba) y Gustavo Bordet (Entre Ríos).
Cerca de Urtubey ayer estaban exultantes. "La derrota de Schiaretti lo catapulta como el gobernador joven, nuevo y con llegada a todo el país que, además, es el único que habilitó el juego presidencial", razonó uno de sus colaboradores ante LA NACION.
En el entorno de Manzur destacaban que el tucumano fue el peronista que ganó por el mayor margen, 22 puntos, y que la provincia es la más grande de las que registraron victorias del PJ. "Eso lo pone en un lugar donde lo miran aunque no quiera", decían ayer.
También ganaron Sergio Uñac (San Juan), Hugo Passalacqua (Misiones), Sergio Casas (La Rioja) y Domingo Peppo (Chaco), de la camada de los "nuevos", aunque ninguno tiene hoy proyección nacional ni planes presidenciales.
El lote de triunfadores se completa con los más longevos y no asociados con la renovación partidaria: Gildo Insfrán (Formosa), Lucía Corpacci (Catamarca) y Claudia Ledesma (Santiago del Estero).
Derrotados
Del lado de los perdedores ayer intentaron minimizar los golpes. "Quedamos cinco puntos abajo compitiendo desde un frente nuevo con 10 listas contra una lista única y una marca absolutamente instalada en la provincia como Cambiemos", sopesaron en el entorno de Bordet. "En octubre competiremos frente contra frente y ahí se van a ver los pingos", dijo ayer el propio gobernador.
Junto con Schiaretti y Manzur, Bordet es uno de los impulsores de la nueva "liga" de gobernadores. El entrerriano cultiva un perfil bajo, no tiene planes presidenciales ni intenciones de liderar. Es básicamente un armador.
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También perdió la fueguina Rosana Bertone, otra de las figuras estables del elenco de gobernadores que pugnan por la renovación. Quedó tercera, detrás de un candidato de La Cámpora y del de Cambiemos. El apellido conocido de su candidata, Laura Colazo, hija del ex gobernador Jorge Colazo, no alcanzó.
Entre el resto de los derrotados no hay figuras con proyección nacional. Son todos antiguos caciques peronistas sin posibilidades ni intención de ponerse al frente de la reorganización del PJ: Carlos Verna (La Pampa), Mario Das Neves (Chubut), Alberto Rodríguez Saá (San Luis) y Alicia Kirchner.
Por los fondos
Mientras cuidan su terruño -para repetir los resultados de ayer o para revertirlos-, los gobernadores tienen previsto volver a mostrarse juntos, aunque no en lo inmediato. Probablemente, entrado el mes que viene.
Se vieron por última vez hace dos semanas para acordar una estrategia para hacer frente al reclamo de Buenos Aires por el Fondo del Conurbano, que ya está en manos de la Corte Suprema. Quedaron en repetir después de las PASO.
Tal como resolvieron entonces, ya pidieron una audiencia con los jueces del máximo tribunal para transmitirles su preocupación por la posibilidad de que un fallo en favor de Buenos Aires reduzca sensiblemente los recursos que reciben de la Nación.
Según pudo saber LA NACION, la solicitud de los gobernadores ya llegó a manos de los jueces y probablemente sea analizada en el acuerdo de hoy. La Corte difícilmente conceda la audiencia habiendo un juicio en curso en el que las provincias fueron llamadas a pronunciarse. Los gobernadores ya tienen plan B: apostarán a la presión en el Congreso no bien ingrese el presupuesto 2018.
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