Fue el séptimo resultado consecutivo adverso para Cambiemos en lo que va del año.
Entrada la tarde de este domingo, cuando ya era una certeza el triunfo de Juan Schiaretti por amplísimo margen, funcionarios del Gobierno diferían en el análisis sobre si ocasionará un perjuicio a Mauricio Macri en el plano nacional. En cambio hubo matices aunque reconocimiento general del balance magro en la provincia, con pases de factura por las candidaturas divididas de Mario Negri y Ramón Mestre, y el golpazo extra de la pérdida de la intendencia de Córdoba, la segunda ciudad más importante del país.
Se trató de la séptima elección este año con resultado adversopara la Casa Rosada, la tercera general (antes Neuquén y Río Negro) sumadas a las primarias en San Juan, Entre Ríos, Chubut y Santa Fe, con números difíciles de revertir.
En Córdoba el kirchnerismo bajó su lista, por lo que en este caso no pudo apelar al “consuelo” de un triunfo de un mandatario de relación estrecha con Macri como Alberto Weretilneck y Omar Gutiérrez. Con un esquema de internas en las que no participó el peronismo por tener definido su candidato, el macrismo también había sufrido un revés con la derrota de Carlos Mac Allister ante el radical Daniel Kroneberger en el inicio del calendario electoral en La Pampa.
En la previa se descontaba una victoria cómoda de Schiaretti, aunque impactó el porcentaje y la ventaja con el resto. María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta habían viajado a respaldar a Negri. Elisa Carrió se instaló en Córdoba un tramo de la campaña y también acudió el correligionario Gerardo Morales.
El jefe del interbloque de Diputados de Cambiemos quedó segundo arriba de Mestre y así cumplió uno de los módicos objetivos del Gobierno. En el otro no hubo caso: ambos radicales sumados no llegaron al 33,8% de Oscar Aguad en 2015. Peor la comparación con 2017: Héctor Baldassi se impuso hace dos años con el 48,48% de los votos.
Al caer la noche Rogelio Frigerio -ministro del Interior- llamó al ganador para felicitarlo. En el Gobierno se repetían los lamentos por la división y también por la unificación de la fecha en la Capital, con el aliciente de que la suma de los votos de Negri y Mestre representarían -de acuerdo con la mirada oficial- “el piso de Cambiemos de cara a las PASO” en las que Macri buscará la reelección.
“Es un triunfo contundente de Schiaretti, aun así se demostró que Negri era más competitivo que Mestre y no creemos que esto vaya a tener un correlato nacional. El Presidente sigue estando bien en Córdoba”, decía al caer la noche uno de los funcionarios que no había podido evitar el quiebre en la provincia.
El triunfo de Martín Llaryora sobre Rodrigo de Loredo y Luis Juez en el territorio gobernado por Mestre terminó de sacudir a Cambiemos. “Es una catástrofe. Imposible todavía saber el efecto a nivel nacional pero no es nada bueno. Se hubiera perdido igual pero se podía conservar la Capital si Negri, Juez y Carrió no rompían la interna”, fue más crudo otro dirigente con participación en el armado del distrito.
“Un desastre. Previsible, aunque no sé si tanto. Es el resultado de la torpeza, el radicalismo dejó una pésima imagen. Pero el elector de Schiaretti vota peronismo federal o Macri, no al kirchnerismo”, mechó un ministro la mirada (auto)crítica y el consuelo de un escenario diferente para la presidencial.
Mauricio Macri, con Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal, la semana pasada.
Algunos en la Casa Rosada lamentaron la devolución de coparticipación y la condonación de deudas a la provincia. Y se mantenía la expectativa sobre el rol de Schiaretti luego del triunfo, desde “ordenador” a “jefe indiscutido” del peronismo no kirchnerista. Un alto funcionario descartaba en la noche de este domingo que pudiera subirse a una candidatura nacional e incluso lo imaginaba como "coordinador" entre Macri y la oposición considerada racional o moderada.
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