El domingo, balotaje. Ayer fue el primer turno de la interna presidencial de Los Republicanos. El domingo será el balotaje. Sarkozy, afuera.
Después de la victoria de Donald Trump, no hubo “Frexit” en Francia. Ganó la serenidad y las promesa de reformas del ex primer ministro François Fillon en la primera vuelta las elecciones primarias abiertas de la oposición de Los Republicanos. Los franceses deberán elegir el próximo domingo en el balotaje entre este reformador conservador tradicional, modelo thatcherista y un gaullista social, el exprimir ministro Alain Juppé. Uno o el otro probablemente será el próximo presidente de Francia en las elecciones generales del mes de abril, si los franceses deciden frenar la amenaza del Frente Nacional y la candidatura presidencial de Marine Le Pen. Ella ya sueña con el Palacio del Eliseo y todos la ven llegar a la segunda vuelta de mayo.
En los primeros resultados oficiales sobre 8890 mesas escrutadas, Fillon obtuvo el 44,1 por ciento, el 28,3 por ciento para Alain Juppé y 20,9 por ciento para Nicolas Sarkozy. Él y Bruno Le Maire, el otro candidato derrotado, llamaron a sus electores a votar a Fillon el próximo domingo. Nathalie Kosciusko Morizet, en cuarto lugar, expresó su apoyo a Juppe.
“Del fondo de mi corazón, gracias”, dijo Fillon. “Yo saludo un remarcable éxito popular. Mi proyecto despertará una nueva esperanza”.
Juppe reconoció con elegancia su derrota y anunció: “Yo decidí seguir el combate”, para “unir el pueblo de Francia” . “Yo creo que más que nunca el pueblo debe unirse para dar vuelta la página de este quinquenato y hacer barrera al Frente Nacional”. Un combate que se dará entre Juppé y Fillon de propuesta contra propuesta, en otro debate público esta semana.
Los franceses desafiaron a Nanette, una violenta tormenta que azota el norte y el oeste del país, en un día histórico. Se movilizaron nada menos que 4 millones de electores y pagaron 2 euros para votar y para dar un ejemplo de participación masiva frente a esta “crisis de la democracia”, que llega desde Estados Unidos y el Brexit y amenaza la unión de Europa. Un 15 por ciento de electores de izquierda y socialistas decidieron ir a votar en la primaria de la derecha para expulsar a Sarkozy. Ese voto se observó en los barrios XI, XII y XVIII de París, donde hasta hubo dos horas de cola para poder sufragar bajo llovizna y el frío. Un 8 por ciento de militantes del Frente Nacional también votó, según Elabe, una empresa de sondeos.
El primer test europeo frente al populismo post victoria de Donald Trump se convirtió en un referéndum contra el ex presidente Nicolás Sarkozy, a quien acaban de jubilar de la política en un voto masivo contra el. El fue el primer ex presidente que quiso regresar al Eliseo y quería encarnar los valores del xenófobo Frente Nacional y robarle los votos en las próximas comicios generales.
Sarkozy fue magnánimo a la hora de admitir la derrota y su retiro de la política.”Mi único objetivo es que el candidato que ustedes han elegido gane la elección presidencial” dijo Sarkozy. "Quiero decir a mi esposa Carla y a mis hijos. No es fácil vivir al lado de un hombre que suscita a veces tales pasiones. Es hora de abordar una vida con más pasiones privadas, menos pasiones públicas. Buena suerte a todos. Yo no tengo ninguna rencor, ninguna tristeza y les deseo lo mejor para mi país, para el que vaya a conducir ese país. Yo soy feliz de haber participado en este combate. Adiós a todos”.
Hasta el triunfo de Donald Trump, el candidato en los sondeos era el ex primer ministro Alain Juppé, actual alcalde de Bordeaux, que proponía “una identidad feliz”, en una Francia dividida, crispada, con racismo y odio a los musulmanes tras los atentados terroristas e irreformable para los sucesivos presidentes. Pero el “Tsunami Donald” cambió las condiciones en Francia. El gaullista social Juppé comenzó a caer y François Fillon, que propone concretar las reformas en una Francia irreformable, lo alcanzó en los sondeos. La candidatura de Nicolás Sarkozy, que estaba muerta, resucitó y Marine Le Pen, del euroescéptico Frente Nacional se sintió ya presidente de Francia. Nadie se atrevía a pronosticar un resultado después del fracaso globales de los sondeos.
Estas elecciones primarias de Los Republicanos hubiesen tenido un impacto menor sin miedo al efecto Trump. Europa esta preocupada. Su temor es que esta revolución populista aterrice en su continente y prenda fuego un año electoral en diferentes países de la Unión. El referéndum en Italia, los comicios generales de Holanda, Francia, Austria y finalmente Alemania son los que están en riesgo. UnTrump que puede cambiar la cara de Europa y al mismo tiempo, desintegrarla. Ese es el gran riesgo en la Unión a lo largo de este año.
El “proyecto de ruptura” de François Fillon para reencaminar a Francia sedujo a los electores, frente a un Alain Juppé que prometía solo un mandato, con sus 71 años. Pero garantizaba que las reformas se concretarían en la calma y la integración entre laicos y musulmanes armoniosamente, en un país profundamente dividido.
El balotaje enfrentará a Fillon y Juppe, dos amigos gaullistas. Entre ellos no estará la crispación de Nicolas Sarkozy ni su deseo de disputarle al Frente Nacional la elección, con un discurso securitario y xenófobo.
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