Un diputado macrista de Santiago del Estero presentó un reclamo formal en el partido amarillo porque emisarios de Larreta se reunieron con Zamora. Los antecedentes.
Con perfil bajo, pero sin pausa, el jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta trabaja en el interior del país para construir su candidatura presidencial. Es una tarea que a partir de las internas de su partido será más compleja de lo esperado. El examen final será en 2023, pero ya cuenta con un equipo de funcionarios políticos, encabezados por el secretario de Ambiente porteño Eduardo Macchiavelli, que viaja a distintas provincias como "adelantado". La atención ahora está enfocada en el norte argentino, una parte de los territorios electorales más adversos que el alcalde porteño tiene por delante. Una muestra de las dificultades que le esperan se puede advertir en la denuncia que el legislador santiagueño del PRO, Rodrigo Posse, le presentó a la presidenta del partido, Patricia Bullrich, hace dos semanas. Le pidió que el Tribunal de Disciplina sancione a Machiavelli y al legislador porteño Guillermo González Heredia por reunirse en secreto con el gobernador provincial, Gerardo Zamora, radical de origen, principal dirigente del Frente Cívico y Social local y socio del Frente de Todos.
Macchiavelli no viaja de improviso. Lo hace empoderado como secretario general del PRO nacional y delegado político de Larreta. Va con la misión de tejer acuerdos con dirigentes locales y a veces regresa con invitaciones oficiales para que Larreta los visite.
De acuerdo al documento al que accedió Tiempo, Posse está afiliado al PRO desde 2006. Es legislador provincial desde 2017 y concluye su mandato en diciembre próximo. Presentó la denuncia el pasado 16 de marzo y sostiene que Machiavelli llegó a la provincia el 11 de febrero, acompañado por González Heredia, en calidad de "veedor electoral" para esa provincia. Según cuenta el diputado santiagueño, hubo una reunión en el hotel Altos del Estero de la capital provincial, que concluyó antes del mediodía por problemas de agenda de los invitados. La zozobra se disparó cuando los anfitriones se enteraron de las razones del apuro.
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"Grande fue nuestra sorpresa e indignación cuando tomamos conocimiento de que el Sr. Macchiavelli tenía apuros en su apretada agenda, ya que al mediodía tenía estipulada una visita en la propia Casa de Gobierno provincial con el gobernador Zamora, la cual por cierto nunca fue informada oficialmente a nuestra parte", sostiene en su acusación.
"A la mayoría de los dirigentes provinciales del PRO y de Juntos por el Cambio en nuestra provincia, nos indignó y causó estupor, sino repugnancia, que el secretario Nacional de nuestro partido, a escondidas de nuestra dirigencia, haya tenido una reunión con uno, sino el gobernador más perverso y autoritario de nuestro país, junto a Gildo Insfrán, de Formosa, cuya esposa es tercera en la línea sucesoria nacional, por su cargo en el Senado de la Nación", sostuvo Posse en referencia a la titular provisional de la Cámara Alta, Claudia Ledesma Abdala de Zamora.
Para el denunciante, Machiavelli "fue partícipe de una audiencia privada, inconsulta, secreta, y oculta, con Zamora, la cual fue en todo momento organizada y pautada por González Heredia, dados sus estrechos vínculos con Zamora y su entorno", apuntó.
Según el informe que le mandó a la conducción partidaria el legislador "nunca tuvo un rol institucional o partidario en nuestra provincia sino que desde unos meses anteriores apareció interesado en la marcha de nuestro partido a nivel local y de las elecciones internas partidarias que se encontraban en pleno desarrollo, llegando incluso a presentarse como “veedor” partidario en el proceso electivo llevado a cabo el 6 de marzo de 2021, y finalizado el 8 de marzo, en dos pequeñas localidades del interior provincial".
El pedido de sanción disciplinaria contra un funcionario muy cercano a Larreta está en manos de Bullrich, su principal adversaria en la interna del PRO, y superior inmediata de Macchiavelli en la jerarquía del partido amarillo. Tanto para 2023 como para este año, si la jefa del PRO decide postularse como candidata a diputada nacional por la Capital.
La exministra tiene previsto encabezar un acto el próximo 6 de abril en la provincia de Buenos Aires con el respaldo del titular del PRO bonaerense, el intendente de Vicente López, Jorge Macri, que cedió ante un pedido que no pudo rechazar de su primo, el expresidente Mauricio Macri. Buscarán impulsar la candidatura de Florencia Arietto con el objetivo aprovechar el vacío que deja la indefinición de la exgobernadora María Eugenia Vidal, bloquear la eventual candidatura provincial del vicejefe de Gobierno Diego Santilli y quitarle centralidad a Larreta.
En esa tensión, el señalamiento de Posse busca advertirle a la conducción partidaria que el enviado de Larreta se reúne en forma reservada con enemigos políticos del PRO, sin consultarle a nadie. En el texto el legislador va más lejos y en su petitorio se pregunta si Macchiavelli "en dicha gira ¿también visitó el despacho del gobernador de Tucumán, Juan Manzur, como parte de la agenda oficial del PRO en el NOA argentino?”
También pide saber si le informaron de la reunión a Bullrich y si "¿fueron anoticiados los vicepresidentes primero y segundo, (el diputado nacional santafesino) Federico Angelini y (la senadora nacional por Córdoba) Laura Rodríguez Machado, respectivamente de la audiencia y su objeto?".
Uno de los interrogantes que más atención llamó a quienes leyeron el documento al que accedió este diario es punto tres: "¿Cuál fue la materia de la reunión con Zamora? ¿Qué temas fueron analizados en la misma? ¿Se trató la interna partidaria y la conveniencia de correr a algunos actores inconvenientes para el gobernador?".
Los voceros del alcalde no contestaron las consultas de Tiempo al respecto, pero este diario pudo saber no fue la primera vez que los enviados porteños de Larreta pasan malos ratos en sus misiones federales. Las desventuras también sucedieron en Corrientes, antes de una visita del alcalde al gobernador Gustavo Valdés, y en Tucumán, donde el diputado radical José Cano puso el grito en el cielo cuando se enteró que el ministro de Gobierno porteño, Bruno Screnci, estaba midiendo la performance de un exfuncionario de Manzur. «
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