Frente a esta situación, desde el Centro de Panaderos de Tucumán advirtieron que muchas panaderías volvieron a utilizar bromato de potasio, una sustancia prohibida en nuestro país desde 1998, que permite aumentar el volumen de los panificados.

El titular del gremio que nuclear a los panaderos, Mario Véliz, pidió a la comunidad que sea responsable en el producto que adquiere y señaló que la forma más efectiva que tiene un consumidor de darse cuenta que el producto fue elaborado con bromato es su precio.

“Teniendo en cuenta que los molinos están vendiendo la bolsa de harina a $320, no se puede vender el kilo de pan a $8, como lo hacen algunas panaderías de barrio. Estos valores hacen suponer, que para reducir costos, están utilizando el bromato para aumentar el volumen del pan”, denunció Véliz en el programa Los Primeros que se emite por Canal 10 de Tucumán.

Según explicó el referente gremial, la función de este aditivo en la preparación del pan es integrar la preparación y ayudar a que conserve su forma sin perder volumen. Su sobredosificación, añadió, produce una costra característica en la superficie de la masa.

El Bromato de Potasio ha sido catalogado por el Comité de Expertos en Aditivos Alimenticios (OAA/OMS), como un aditivo de acción carcinógena.

Hasta su prohibición definitiva fue uno de los aditivos minerales más utilizados en Argentina y en todo el Mercosur. Ahora será el turno de las dependencias de control de establecer donde se produce pan con este aditivo.