Yeza describió un escenario patético en el municipio; hay destrozos y faltantes
Decenas de vehículos inactivos, oficinas sin mobiliario, deudas con proveedores que se cuentan por meses y servicios cortados son parte de la herencia que recibirá Martín Yeza, el intendente electo de Cambiemos en Pinamar.
Con algo de ironía, bajo el hashtag #anécdotasdetransición, Yesa resumió en una serie de tuits el patético escenario que deberá administrar desde el 10 de diciembre. "Es bizarro lo que vemos en cada área en que nos asomamos", comenta a LA NACION.
El caso más extremo se dio al ingresar a una oficina fundamental para proyectos de desarrollo del distrito, donde se toparon con funcionarios, en pleno mediodía, tomando cerveza. "Qué explicación damos si, en lugar de ser nosotros, el que entraba era alguien que quería invertir en Pinamar", advirtió un colaborador del futuro intendente. También hallaron un área de planeamiento que no tenía computadoras. "¿Qué hacían?", se pregunta.
Con apenas 29 años, Yeza es el jefe comunal más joven de la provincia. También, el sexto intendente de esta ciudad en siete años, tras una larga serie de escándalos, renuncias y destituciones. "La realidad no se puede esconder", planteó, al recordar la primera y única reunión con el intendente saliente, Pedro Elizalde: le dijo que todo funcionaba bien.
Descreído, Yeza optó por visitar las distintas áreas y allí constató que lo espera una administración destrozada: dependencias donde figuraba que había 25 sillas y sólo hallaron 2; máquinas viales arrumbadas; 21 móviles policiales parados por problemas mecánicos. Y, lo más urgente, 6 millones de pesos en caja para pagar gastos y sueldos por 13 millones. "No es imposible de afrontar, se trata de desidia", concluyó.
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