Los trabajadores alertaron sobre el incumplimiento del protocolo para el tratamiento de cadáveres. La respuesta del Gobierno.
Los trabajadores del Hospital de niños Ricardo Gutiérrez denunciaron la falta de insumos, de morgueros y de camilleros en morgues y el incumplimiento del protocolo para el tratamiento de cadáveres, nacidos muertos, segmentos y partes anatómicas en los sanatorios de la Ciudad de Buenos Aires.
Ante esta situación, los empleados exigen que se generen nuevas vacantes de enfermeros y camilleros que estén especializados para el trabajo en morgues, poder contar con un fotógrafo de cadáveres tal como lo establece el protocolo y que el hospital ofrezca apoyo psicológico para aquellos empleados que lo necesiten.
Un trabajador sanitario explicó a PERFIL que las irregularidades se registran en varios nosocomios de la ciudad, no obstante en el Gutiérrez se vivió recientemente un caso muy sensible que disparó las alarmas. “No es únicamente del Gutiérrez, varios hospitales no cuentan con el personal y los recursos para realizar los procedimientos”, consignó.
Hace unos días uno de los camilleros del hospital público infantil ubicado en la calle Gallo al 1330 se encontró con una situación sumamente complicada, tal y como lo describieron varios de los trabajadores del lugar. Una de las puertas de acceso a la morgue se encontraba cerrada por remodelaciones por lo que el empleado debió cargar con el óbito en brazos por la puerta principal hasta las heladeras.
Escasez de personal. El morguero del turno mañana renunció el pasado 30 de octubre, con lo que no hay un profesional que recepcione el cuerpo a su llegada. “En el Gutiérrez no hay nadie desde las 20 hasta las 14 horas. El cadáver lo mete el camillero en la heladera y el protocolo no lo establece así, el camillero es responsable del traslado únicamente. Y además tiene que haber un fotógrafo para que registre cómo se encuentra el óbito al ingresar a la morgue y no lo hay”, reveló otra fuente consultada por este medio.
Uno de los camilleros del nosocomio certificó que no se cumple con el protocolo: “Nosotros llevamos y trasladamos el óbito hacia la morgue y no hay morguero, no hay nadie que nos reciba el cuerpo excepto una secretara y lo tenemos que meter nosotros mismos en la cámara”. Otro empleado detalló la falta de insumos que registra el hospital: “Faltan bolsas. El protocolo determina que los cuerpos tienen que salir con las bolsas y no es así. El cuerpo es tapado con una sábana, no está a la vista pero se nota. En las heladeras tampoco están con las bolsas como corresponde”. El precio de las mismas es entre 80 y 100 pesos la unidad, dependiendo del tamaño.
En el caso de un reclamo, la responsabilidad recaería sobre el camillero por hacer algo que no le corresponde. Lo mismo sucede con los enfermeros. El Formulario Único de Seguimiento del Cuerpo no está cumplimentado como es debido: “Los médicos no están capacitados a la hora de tener que afrontar el llenado de los formularios y para desenvolverse en una situación tan compleja como esa. Los enfermeros siempre ponen el cuerpo en todas la situaciones y suelen estar predispuestos, entonces la carga siempre queda en manos del más débil”, explica el empleado sanitario consultado por este medio.
PERFIL accedió varios de esos formularios. Algunos de los ellos no contaban con la rúbrica del médico, por lo que lo debió firmar un camillero; otros no tienen el sello del hospital y en otros casos no cuentan con las etiquetas con el número de Certificado de Defunción o Defunción Fetal o Historia Clínica.
Además, el personal no cuenta con ningún tipo de apoyo psicológico. “Muchos de los trabajadores padecen ciertos traumas y golpes anímicos que los dejan a veces depresivos. Es una situación de total descubierto por lo menos por las camilleros que, para colmo, son los que menos ganan”, analiza el empleado sanitario.
Consultado por este medio, un camillero reconoció que su trabajo le afecta debido a su situación personal: “Yo soy padre de familia. Veo a mis hijos en las caras de los chiquitos que transporto. Y después de todas las cosas que pasan acá dentro con los óbitos y el personal… es terrible”.
El diputado Hernán Rossi, tras reunirse con empleados del sanatorio, expresó su inquietud al afirmar que la morgue se encuentra en "grave riesgo sanitario". Por ello, el legislador presentó un pedido de informe sobre el protocolo de tratamiento de cadáveres ante la Legislatura porteña y un proyecto de declaración en el que se manifiesta al Estado la preocupación por la falta de camilleros morgueros y solicita al Poder Ejecutivo que tome las medidas necesarias para solucionar esta situación.
La respuesta del Gobierno. Ante la consulta de este medio, el Ministerio de Salud Porteño que dirige Graciela Reybaud emitió un comunicado en el que niega que en ese nosocomio existan irregularidades. "El hospital Ricardo Gutiérrez cumple con los protocolos vigentes para el tratamiento de cadáveres, segmentos y partes anatómicas. Este protocolo se lleva a cabo en todos los hospitales del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. El hospital Gutiérrez no presenta ninguna situación de riesgo sanitario", precisó el escrito.
Asimismo, detallaron cómo es el proceso de tratamiento de cadáver en los hospitales de la Ciudad: "El Servicio de Origen completa toda la información documental referida al registro de la defunción y traslado del cuerpo. También asegura las gestiones necesarias para que el cuerpo abandone el servicio identificado o individualizado, correctamente preparado, embolsado, y con toda la documentación requerida adjuntada y completada de forma adecuada. Luego el cuerpo es llevado hacia la morgue e inscripto en el registro de novedades; a la espera de su retiro".
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