La plaza España vuelve a ser un escenario peligroso, a cualquier hora del día.

Así lo plantean usuarios del lugar, que concurren al mismo para pasear sus mascotas o pasar un rato de esparcimiento.

Le echan la culpa a una gavilla de delincuentes que actúan con total desenfado y roban al estilo "piraña": se abalanzan sobre la víctima y le exigen lo que lleve en ese momento, y si se resiste, lo muelen a golpes (ver aparte).

Los denunciantes de estas situaciones no dieron sus apellidos, temerosos de las represalias.

Gabriela, que vive por Montevideo, sostuvo que "los que sacamos a nuestros perros, salimos todos juntos como una forma de protegernos". Ella misma fue amenazada por dos malvivientes, pero logró disuadirlos.

Nacho, otro visitante periódico de la plaza, sostuvo que no hay una adecuada vigilancia y los preventores que concurren circunstancialmente al espacio público no alcanzan o no pueden evitar las situaciones de riesgo. También este joven marcó un cambio de modalidad en el uso del arbolado sitio. Afirmó que son cada vez menos los alumnos de las escuelas de la zona que se instalan en la plaza, como anteriormente lo hacían, por la permanente situación de acoso que sufren.  

Uno de los casos graves se produjo hace unas semanas, cuando en horario nocturno los arrebatadores se lanzaron contra un jovencito que ingenuamente había desplegado una computadora portátil. "No solo le arrebataron el procesador sino que además lo golpearon con saña", relataron los damnificados.

Vecinos y visitantes comentaron que este problema es relativamente reciente. "Hace un par de años había un policía de provincia fijo, más los municipales.

Estaba mejor, pero desde marzo de 2014 el uniformado no viene más y solo se observa el paso, esporádico, de un móvil policial, que evidentemente no alcanza", apuntó Magdalena, quien saca a caminar a su caniche sosteniendo, discretamente, una fusta, el látigo que usan quienes cabalgan, antiguo trofeo heredado de su padre ya fallecido,

Con tiempo para actuar

Los ladrones que invaden la plaza se encubren entre el público normal, y llegan a pasar un largo tiempo esperando para dar un golpe. Generalmente son menores y  se observa el liderazgo de uno o más mayores. En ocasiones también actúan mujeres, que como los varones suelen portar algún tipo de arma blanca.

Otra modalidad que emplean los oportunistas es dejar la plaza a oscuras, luego de acceder a un tablero sobre calle San Lorenzo y bajar el interruptor termomagnético o llave térmica.

Si los vecinos son afectados por esta ola de delitos, que sube y baja, los empleados municipales también están expuestos. Hace unos 20 días, la placera del turno mañana fue agredida y despojada de un pequeño bolso, donde guardaba el celular y un poco de dinero para almorzar.

Juan Carlos, un profesor de la Facultad de Artes de la UNCuyo, no  anduvo con preámbulos. "Esto es tierra de vagos, algunos consumidores (de drogas) y de los skaters, que siguen destruyendo las preciosas mayólicas, que alguna vez se trajeron de España".

Los planteos de más vigilancia han llegado a la Municipalidad de Capital, la Policía de Mendoza y el Ministerio de Seguridad. Hace poco hubo una reunión en el mismo escenario de los hechos, y asistieron, entre otros, Leticia Cortese, directora de Apoyo a la Comunidad de la cartera de seguridad; Sebastián Tapia, concejal justicialista y representantes policiales y también municipales.

Cortese dijo, escuetamente, que se estaban articulando acciones con las partes y trabajando para neutralizar los problemas. También añadió que luego del encuentro con los particulares se había detenido a una persona, involucrada en los despojos.

Por su parte, el edil opositor manifestó que está en contacto con Raúl Levrino, secretario de Seguridad Ciudadana, con quien dialogó sobre la posibilidad de destinar preventores en forma permanente. No hay decisión aún al respecto. Otro contacto que mantuvo este representante municipal fue con el director de Servicios Públicos, Mario Campos, quien se comprometió, según el concejal citado, a mejorar la iluminación y a reiterar arreglos en puntos afectados por patinetas y otros despropósitos.

El jefe policial de la Distrital N° 1, comisario general Humberto Neila, informó que se hacen operativos periódicamente en esa y otras plazas de la Capital y reconoció que los malvivientes se camuflan entre la gente normal. Admitió que no pueden destinar un efectivo exclusivamente para el lugar, la solicitud más concreta de los usuarios.  

"Es imposible tener un hombre uniformado en todas las esquinas", graficó. Si admitió que se han reforzado los patrullajes y que aguardaba que el municipio apostara allí personal de su cuerpo de preventores en forma continua. Además, algunos residentes disponen del número de celular de uno de los coches de patrulla. Vecinos y usuarios de la plaza acotaron que los hechos delictivos se han registrado a toda hora, a la mañana, la tarde y noche.

Ayer, ambiente en la plaza era de aparente tranquilidad. Gente caminando, otros sentados a la sombra y algunos estudiantes comiendo una merienda. Dos o tres turistas extranjeros enfocaban sus cámaras al vistoso monumento en mármol travertino de San Juan.

En un costado de la fuente, los músicos Félix Martínez (cubano, trombón a vara) y Marions Pedricé (francesa, percusionista) ensayaban tranquilamente y de paso actuaban "a la gorra" para lograr su sustento.

En detalle

Los vecinos tienen agendada una cronología de sus sucesos delictivos, pero reconocen que es parcial. Lo que más predomina es el despojo "piraña": el grupo cae sobre la víctima, le roba y huye; si hay resistencia, agrede.

-Sin fecha precisa: golpe en grupo contra un jovencito que operaba una notebook. Como se resiste, lo golpean con saña.

- Hace un mes, mujeres en banda despojaron de pertenencias a una turista joven, alrededor de las 17.

- 13 de marzo: con modalidad "piraña" asaltan a 2 estudiantes. Actuaron 5 desconocidos.

- 29 de marzo, a las 11: una bandita de varones le quita mochila, cámara fotográfica y celular a un turista extranjero.

- Hace 20 días, la víctima fue la placera de la España.